viernes, 26 de febrero de 2016

Un bosque un tanto encantador, sin gnomos a su alrededor


Con rumbo NE y un adiós nos despedimos de Madrid y viajamos al distrito alemán del este de Chemnitz, Chemnitz-Hilbersdorf con el objetivo de adentrarnos en el bosque petrificado de Chemnitz. Pero no es un bosque cualquiera, es un bosque que quedó fosilizado por el sucesivo depósito de cenizas y flujos volcánicos que ocurrieron a finales del Sakmariense, Pérmico –haciendo cuentas y aunque cueste de imaginar, aproximadamente 290 millones de años–. Apenas se conservan bosques tan antiguos como éste en la actualidad.


Figura 1. Bosque petrificado de Chemnitz expuesto
en el centro cultural Kulturkaufhaus Tietz.


Artículo: Ludwig Luthardt, Ronny Rößler & Joerg W. Schneider (2016). Palaeoclimatic and site-specific conditions in the early Permian fossil forest of ChemnitzSedimentological, geochemical and palaeobotanical evidence. (http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0031018215005775)


SU HISTORIA EN TIEMPOS ANTRÓPICOS

Este bosque no es un descubrimiento de ahora, ya se conocía en el siglo XVIII debido a las actividades de explotación de minerales preciosos. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX cuando hubo un interés creciente en la paleobotánica (Barthel, 1976; Cotta, 1832; Rößler, 2000, 2006; Sterzel, 1904).

Entre 2008 y 2011 se realizaron campañas de excavación en Chemnitz-Hilbersdorf por el Museo Natural de Chemnitz, tiempo suficiente para obtener una visión más amplia del tanatocenosis local, la reconstrucción del hábitat y el descubrimiento de 53 árboles petrificados fijados aún al sustrato original, junto con una gran diversidad de ramas y tallos. En un único horizonte del suelo se encontraron hojas y moldes junto con once restos de artrópodos, reptiles y anfibios (Dunlop & Rößler, 2013; Feng et al., 2014; ßler et al., 2012b).

Al mismo tiempo en 2009  se inició otra campaña de excavación en Chemnitz-Sonnenberg, distrito que comparte frontera con el de Chemnitz-Hilbersdorf (Rößler & Merbitz, 2009). Los investigadores Ludwig Luthardt, Ronny Rößler, Joerg W. Schneider pretenden proseguir durante los próximos años, con la excavación, con el fin de conocer el ecosistema del bosque petrificado, en cuanto a la diversidad de plantas y animales, su distribución espacial, las variaciones de las características ambientales en un área más amplia y las diferencias tafonómicas en correlación con las distancias al volcán.


UN AMOR INTERCONTINENTAL

Cojamos el coche DeLorean DMC-12 del científico Doc para retroceder unos 300 millones de años. Nos encontramos a finales del Carbonífero donde las diversas masas de tierra continentales estaban bastante juntas a medida que el supercontinente Pangea empezaba a tomar forma. 


Figura 2. Representación del contexto paleogeográfico 
de finales del Carbonífero.

A finales del Pérmico Gondwana y Siberia quedan soldadas a Laurasia (formada por los continentes Laurentia y Báltica), formando Pangea. El nivel del mar desciende por lo que la masa continental queda emergida. Se comunica el Pacífico con el antiguo Mediterráneo o Thethys, dando lugar al océano Panthalasa. Las aguas de este océano circulaban más libremente que en la actualidad, lo que daba como resultado temperaturas del agua más similares.

Figura 3. Representación del contexto paleogeográfico del Pérmico
 y localización del Mar de Zechstein.
.

LA GEOLOGÍA DE CHEMNITZ

Figura 4. Características geológicas
de la zona de estudio.
El bosque petrificado se ubica en el este de la Cuenca Pérmica temprana de Chemnitz. La cuenca está fortificada al norte por un Macizo de granulitas y al sur por los Montes Metalíferos –en alemán Erzgebirge . La cuenca está rellena de estratos rojos continentales intercalados con piroclastos del Pérmico temprano (del Asseliense al Artinskiense) y de la mitad al final del Pérmico (del Capitaniense al Wuchiapingiense). Sobre éstos aparecen depósitos marinos y evaporitas de las transgresiones del Mar de Zechstein, así como depósitos del Triásico Inferior (Legler & Schneider, 2008; Schneider et al., 2012).


¿QUÉ PEQUEÑAS Y GRANDES SORPRESAS SE ENCONTRARON?

Figura 6. Ubicación aproximada de la caldera Zeisigwald en el NE de Chemnitz compuesta por el material piroclástico expulsado por el volcán Zeisigwald. El número dos indica el sitio de la excavación Hilbersdorf, mientras que el cinco el de Sonnenberg.

YACIMIENTO DE HILBERSDORF
La excavación abarca una superficie de 24 por 18 m hasta una profundidad de 6 m. Se encuentra a 500 m de la estructura llamada caldera. Se encontraron los siguientes fósiles:


  • Sistemas de raíces de helechos con semillas medullosan (35%), cordaitaleans (30%), helechos arborescentes psaroniaceous (22%) y calamitaleans (13%). También se encontraron 53 tallos de árboles, de los cuales el 30% permanece sin identificar. Los 37 tallos identificados se encuentran de pie, en posición de crecimiento. (ßler et al., 2012b).

Figura 7. Sistemas de raíces de la vegetación forestal hygrophilous. La arenisca de grano medio da el color rojo a la superficie del terreno. El color negro de los restos radiculares lo da el manganeso y los óxidos de hierro. (Escala: 20 mm).

Figura 8. Raíz silicificada de una
Medullosa stellata. (Escala: 0,1 m).
Figura 9. Madera muerta cordaitalean. 
(Escala: 0,2 m).










  • Pequeños fragmentos de huesos fosilizados de tamaños inferiores a 10 mm y conservados en fluorapatito . Debido a su pequeño tamaño, la identificación para designar la especie de vertebrado resulta una misión imposible, a excepción de una clavícula de anfibio y una mandíbula con dientes diminutos pertenecientes a un reptil.

Figura 10. Fragmento de hueso conservado en fluorapatito con relictos de tejido esponjoso. 
(Escala: 0,5 mm).

  • Artrópodos (Arthropleura, diplópodos), arácnidos uropygid y un arácnido trigonotárbido, aún no identificado (Dunlop & ßler, 2013 y ßler et al., 2012b).


Figura 11. Arácnido trigonotárbido. (Escala: 2 mm).

  • Dos escorpiones completos y varios fragmentos, producto del proceso de la ecdisis, enterrados en sus madrigueras oríginales, a pocos centímetros por debajo de la superficie del paleosuelo. Estos hallazgos representan los primeros fósiles del cuerpo del escorpión completamente conservados desde el Pérmico.


Figura 12. Uno de los dos escorpiones encontrados en su madriguera. 
La zona de color rojiza señala el contorno de la madriguera. 
(Escala: 10 mm).

  • Grandes gasteropodos terrestres encontrados a 0,4 m por debajo de la superficie del paleosuelo. Pertenecen al género Dendropupa (ßler et al., 2012b) y paracen estar relacionados con D. walchiarum Fisher del Pérmico Inferior de Francia. También pueden ser comparados con el D. Zareczenyi Panow del Pérmico Inferior de Polonia (Stworzewicz et al., 2009) y D. Vestusta del Pensilvaniense Inferior de Nueva Escocia, Canadá (Falcon-Lang et al., 2004). Los gasterópodos se conservan normalmente como moldes de óxidos de manganeso o hierro, y raramente como conchas silicificadas. Se han encontrado en zonas próximas a las raíces y troncos de madera muerta, lo que parece indicar que pudieron establecer un tipo de interacción con estas partes de los árboles para alimentarse de microartrópodos, algas, hongos o bacterias.

Figura 13. (E) Gasterópodos silicificados (Barra de escala: 2 mm). 
(F) Masa de gasterópodos en un fragmento de madera muerta, 
conservado como moldes rellenos con óxidos de hierro.
(Escala: 20 mm ).

  • Dejando lo mejor para el final, os presento uno de los más famosos fósiles, el más grande calamite documentado en el mundo hasta la fecha, Arthropitys bistriata, con una longitud de 15 m. (Feng et al., 2012 y ßler et al., 2012a).


YACIMIENTO DE SONNENBERG
Se ubica a 1,5 km de la excavación de Hilbersdorf y a 2 km SO del centro de erupción estimado. Solamente se han encontrado restos muy fragmentados de brotes de hojas (aún no identificados) y un tronco petrificado con un diámetro de 0,60 m. Este tronco se encontró en posición horizontal enterrado en dirección NE-SW (ßler & Merbitz, 2009) en un estrato de depósitos de flujos piroclásticos (L3) que parece correlacionarse con la unidad S3 en Hilbersdorf (Eulenberger et al., 1995).


Figura 14. (C) Sección litológica de la excavación Sonnenberg. 
(D) Sección litológica de la excavación Hilbersdorf.


LOS ANILLOS DE LA VIDA DE UN CALAMITE



   Se estudiaron las variaciones de densidad del tejido de dos especies de calamites: Arthropitys bistriata (Fig. 15) y Arthropitys sterzelii (Fig. 16). El primero pertenece a la excavación de Hilbersdorf, mientras que el segundo se encontró en una zona próxima a ella.

   Ambas muestras presentan anillos similares a los anillos falsos, que son aquellos que presentan zonas radiales difusas de células ligeramente pequeñas y de paredes gruesas (Creber & Chaloner, 1984).


         Figura 15. A. bistriata (A) Las variaciones de densidad del tejido viene representado por el cambio de colores: la repentina disminución de tamaño y la deformación de las celulas, seguida de una fase de recuperación con un crecimiento celular normal. (Escala: 50 mm). (B) Los intervalos entre los anillos son más anchos e irregulares en la zona central, mientras que en las partes más distales presentan intervalos más estrechos y más regulares. b- variaciones en la densidad del tejido irregular, c- el anillo se asocia a una lesión grave de la parte externa del tronco, d- tejido de callo en crecimiento a ambos lados de la cicatriz asociado con fisuras resultantes de una lesión externa, e- fisuras causadas por la contracción de la madera,  f- variaciones en la densidad del tejido regular interrumpida en su parte inferior por fisuras. 

Figura 16. A. sterzelii. Se observa una disminución del engrosamiento de la pared celular. 
(Escala: 50 mm). 

    Las variaciones de densidad de los tejidos pueden  ser el resultado de una serie de posibles eventos como heladas, sequías severas, defoliación, incendios, rayos, caída de cenizas volcánicas o inundaciones (Byers et al., 2014, Creber & Chaloner, 1984 y Schweingruber & col., 2011). Sin embargo, las inundaciones fueron descartadas de acuerdo con el registro fósil, lo mismo ocurrió con los incendios forestales, puesto que no se encontró carbón en el paleosuelo y, así sucesivamente con el resto de eventos, quedando dos posibles: las sequías severas y la caída de cenizas volcánicas. La primera porque la presencia de anillos falsos es frecuente en zonas tropicales y subtropicales, así como en las regiones áridas del desierto (Chapman, 1994, Creber & Chaloner, 1984 y Schweingruber et al., 2008), mientras que la segunda podría ser el presagio de la gran erupción del volcán Zeisigwald.

    Aún resulta difícil conocer si la causa de las variaciones de densidad de los tejidos de ambas especies se debe al mismo evento. Investigaciones futuras serán capaces de reconocer los acontecimientos climáticos de corta duración y su correlación con el modelo paleoclimático a partir de las variaciones de densidad del tejido (Roscher & Schneider, 2006).


      CONTEXTO PALEOCLIMÁTICO Y AMBIENTAL

   La información del paleosuelo del bosque de Chemnitz indica un hábitat húmedo, pero no puede ser designada de alta humedad porque las plantas leñosas registran oscilaciones sensibles al clima. La aparición de escorpiones conservados en sus madrigueras originales refuerza la idea de condiciones adecuadas para la vida en cuanto a la humedad del suelo, la aireación y los minerales disponibles en el sustrato.

    Sin embargo, el comportamiento de madriguera de gasterópodos terrestres nunca ha sido documentado en el registro fósil del Paleozoico. Podría interpretarse como una estrategia de supervivencia con el fin de evitar la desecación durante los períodos de sequía.
   
   Los  organismos  encontrados en  Chemnitz  (gasterópodos  terrestres, arácnidos, diversos vertebrados y artrópodos) reflejan un ecosistema relativamente joven con una pirámide trófica bien desarrollada.

    
CITAS BIBLIOGRÁFICAS

  • Barthel, M., 1976. Die Rotliegendflora Sachsens. Abhandlungen des Staatlichen Museums für Mineralogie und Geologie zu Dresden 24 (190 pp., Dresden).
  • Byers, B.A., Ash, S.R., Chaney, D., DeSoto, L., 2014. First known fire scar on a fossil tree trunk provides evidence of Late Triassic wildfire. Palaeogeogr. Palaeoclimatol. Palaeoecol. 411, 180–187. http://dx.doi.org/10.1016/j.palaeo.2014.06.009.
  • Chapman, J.L., 1994. Distinguishing internal development characteristics from external palaeoenvironmental effects in fossil wood. Rev. Palaeobot. Palynol. 81, 19–32.
  • Cotta, B., 1832. Die Dendrolithen in Bezug auf ihren inneren Bau. Arnoldische Buchhandlung, Leipzig, Dresden (89 pp.).
  • Creber, G.T., Chaloner, W.G., 1984. Infuence of environmental factors on the wood structure of living and fossil trees. Bot. Rev. 50, 357–448. http://dx.doi.org/10.1007/ BF02862630.
  • Dunlop, J.A., Rößler, R., 2013. The youngest trigonotarbid, from the Permian of Chemnitz in Germany. Fossil Rec. 16, 229–243.
  • Falcon-Lang, H.J., Bashforth, A.R., 2004. Pennsylvanian uplands were forested by giant cordaitalean trees. Geology 32, 417–420. http://dx.doi.org/10.1130/G20371.1.
  • Falcon-Lang, H.J., Rygel, M.C., Calder, J.H., Gibling, M.R., 2004. An early Pennsylvanian waterhole deposit and its fossil biota in a dryland alluvial plain setting, Joggins, Nova Scotia. J. Geol. Soc. Lond. 161, 209–222.
  • Feng, Z., Rößler, R., Annacker, V., Yang, J.-Y., 2014. Micro-CT investigation of a seed fern (probable medullosan) fertile pinna from the Early Permian Petrified Forest in Chemnitz, Germany. Gondwana Res. 26, 1208–1215. http://dx.doi.org/10.1016/j.gr. 2013.08.005.
  • Legler, B., Schneider, J.W., 2008. Marine ingressions in context to onemillion years cyclicity of Permian red-beds (Upper Rotliegend II, Southern Permian Basin, Northern Germany). Palaeogeogr. Palaeoclimatol. Palaeoecol. 267, 102–114.
  • Roscher, M., Schneider, J.W., 2006. Permocarboniferous climate: Early Pennsylvanian to Late Permian climate development of central Europe in a regional and global context. In: Lucas, S.G., Cassinis, G., Schneider, J.W. (Eds.), Non Marine Permian Chronology and Correlation. Geological Society London, Special Publication 265, pp. 5–136.
  • Rößler, R., 2000. The late Palaeozoic tree fern Psaronius—an ecosystem unto itself. Rev.  Palaeobot. Palynol. 108, 55–74. Palaeobot. Palynol. 108, 55–74.
  • Rößler, R., 2006. Two remarkable Permian petrified forests: correlation, comparison and significance. In: Lucas, S.G., Cassinis, G., Schneider, J.W. (Eds.), Non-Marine Permian Biostratigraphy and Biochronology. Geological Society London, Special Publication 265, pp. 39–63.
  • Rößler, R., Merbitz, M., 2009. Fenster in die Erdgeschichte—Die Suche nach Kieselhölzern auf dem Sonnenberg in Chemnitz. Veröff. Mus. Naturkunde Chemnitz 32, 47–54.
  • Rößler, R., Zierold, T., Feng, Z., Kretzschmar, R.,Merbitz,M., Annacker, V., Schneider, J.W., 2012b. A snapshot of an Early Permian ecosystem preserved by explosive volcanism: new results from the petrified forest of Chemnitz, Germany. Palaois 27, 814–834.
  • Schneider, J.W., Werneburg, R., 2012. Biostratigraphie des Rotliegend mit Insekten und Amphibien. In: Lützner, H., Kowalczyk, G. (Eds.), Stratigraphie von Deutschland X. Rotliegend. Teil I: Innervariscische Becken. Schriftenreihe der Deutschen Gesellschaft für Geowissenschaften 61, pp. 110–142.
  • Schweingruber, F.H., Börner, A., Schulze, E.-D., 2008. Atlas of Woody Plant Stems—Evolution, Structure and Environmental Modifications. Springer, Heidelberg, Berlin http://dx.doi.org/10.1007/978-3-540-32525-3 (229 pp.).
  • Schweingruber, F.H., Börner, A., Schulze, E.-D., 2011. Atlas of Stem Anatomy in Herbs, Shrubs and Trees. Springer, Berlin, Heidelberg (495 pp.).
  • Sterzel, J.T., 1904. Ein verkieselter Riesenbaum aus dem Rotliegenden von Chemnitz. Ber. Naturwiss. Ges. Chemnitz 15, 23–41.
  • Stworzewicz, E., Szulc, J., Pokryszko, B.M., 2009. Late Paleozoic continental gastropods from Poland: systematic, evolutionary and paleoecological approach. J. Paleontol. 83, 938–945.

No hay comentarios: