Con rumbo NE y un adiós
nos despedimos de Madrid y viajamos al distrito alemán del este de Chemnitz, Chemnitz-Hilbersdorf con el objetivo de adentrarnos en el
bosque petrificado de Chemnitz. Pero no es un bosque cualquiera, es un bosque
que quedó fosilizado por el sucesivo depósito de cenizas y flujos
volcánicos que ocurrieron a finales del Sakmariense, Pérmico –haciendo
cuentas y aunque cueste de imaginar, aproximadamente 290 millones de años–.
Apenas se conservan bosques tan antiguos como éste en la actualidad.
Figura 1. Bosque petrificado de Chemnitz expuesto en el centro cultural Kulturkaufhaus Tietz. |
Artículo: Ludwig Luthardt,
Ronny Rößler & Joerg W. Schneider (2016). Palaeoclimatic and site-specific conditions in the early Permian fossil forest
of Chemnitz—Sedimentological, geochemical and palaeobotanical
evidence. (http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0031018215005775)
SU HISTORIA EN TIEMPOS
ANTRÓPICOS
Este bosque no es un descubrimiento de ahora, ya se conocía en el siglo
XVIII debido a las actividades de explotación de minerales preciosos. Sin
embargo, no fue hasta el siglo XIX cuando hubo un interés creciente en la paleobotánica
(Barthel, 1976; Cotta, 1832; Rößler, 2000, 2006; Sterzel, 1904).
Entre 2008 y 2011 se realizaron campañas de excavación en
Chemnitz-Hilbersdorf por el Museo Natural de Chemnitz, tiempo suficiente para
obtener una visión más amplia del tanatocenosis local, la reconstrucción
del hábitat y el descubrimiento de 53 árboles petrificados fijados aún al
sustrato original, junto con una gran diversidad de ramas y tallos. En un único
horizonte del suelo se encontraron hojas y moldes junto con once restos de
artrópodos, reptiles y anfibios (Dunlop & Rößler, 2013; Feng
et al., 2014; Rößler
et al., 2012b).
Al mismo tiempo en 2009 se inició
otra campaña de excavación en Chemnitz-Sonnenberg, distrito que comparte
frontera con el de Chemnitz-Hilbersdorf (Rößler & Merbitz,
2009). Los investigadores Ludwig Luthardt, Ronny Rößler, Joerg W. Schneider pretenden
proseguir durante los próximos años, con la excavación, con el fin de conocer
el ecosistema del bosque petrificado, en cuanto a la diversidad de plantas y
animales, su distribución espacial, las variaciones de las características
ambientales en un área más amplia y las diferencias tafonómicas en
correlación con las distancias al volcán.
UN AMOR INTERCONTINENTAL
Cojamos el coche DeLorean DMC-12 del científico Doc para retroceder unos 300 millones de años. Nos encontramos a finales del Carbonífero donde las diversas masas de tierra continentales estaban bastante juntas a medida que el supercontinente Pangea empezaba a tomar forma.
Figura 2. Representación del contexto paleogeográfico de finales del Carbonífero. |
A finales del Pérmico Gondwana y Siberia quedan
soldadas a Laurasia (formada por los continentes Laurentia y Báltica), formando
Pangea. El nivel del mar desciende por lo que la masa continental queda
emergida. Se comunica el Pacífico con el antiguo Mediterráneo o Thethys, dando
lugar al océano Panthalasa. Las aguas de este océano circulaban más libremente
que en la actualidad, lo que daba como resultado temperaturas del agua más similares.
Figura 3. Representación del contexto paleogeográfico del Pérmico y localización del Mar de Zechstein. |
.
LA GEOLOGÍA DE CHEMNITZ
Figura 4. Características geológicas de la zona de estudio. |
El bosque petrificado se ubica en el este de la Cuenca Pérmica
temprana de Chemnitz. La cuenca está fortificada al norte por un Macizo de granulitas
y al sur por los Montes Metalíferos –en alemán Erzgebirge –. La
cuenca está rellena de estratos rojos continentales intercalados con piroclastos
del Pérmico temprano (del Asseliense al Artinskiense) y de la mitad al final
del Pérmico (del Capitaniense al Wuchiapingiense). Sobre éstos aparecen
depósitos marinos y evaporitas de las transgresiones del Mar de Zechstein, así
como depósitos del Triásico Inferior (Legler & Schneider, 2008; Schneider et al., 2012).
¿QUÉ PEQUEÑAS Y GRANDES
SORPRESAS SE ENCONTRARON?
YACIMIENTO DE HILBERSDORF
La excavación abarca una superficie de 24 por 18 m hasta una profundidad de
6 m. Se encuentra a 500 m de la estructura llamada caldera. Se encontraron los
siguientes fósiles:
- Sistemas de raíces de helechos con semillas medullosan (35%), cordaitaleans (30%), helechos arborescentes psaroniaceous (22%) y calamitaleans (13%). También se encontraron 53 tallos de árboles, de los cuales el 30% permanece sin identificar. Los 37 tallos identificados se encuentran de pie, en posición de crecimiento. (Rößler et al., 2012b).
Figura 8. Raíz silicificada de una Medullosa stellata. (Escala: 0,1 m). |
Figura 9. Madera muerta
cordaitalean.
(Escala: 0,2 m).
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- Pequeños fragmentos de huesos fosilizados de tamaños
inferiores a 10 mm y conservados en fluorapatito
- Artrópodos (Arthropleura, diplópodos), arácnidos uropygid y un arácnido trigonotárbido, aún no identificado (Dunlop & Rößler, 2013 y Rößler et al., 2012b).
- Dos escorpiones completos y varios fragmentos, producto del proceso de la ecdisis, enterrados en sus madrigueras oríginales, a pocos centímetros por debajo de la superficie del paleosuelo. Estos hallazgos representan los primeros fósiles del cuerpo del escorpión completamente conservados desde el Pérmico.
Figura 12. Uno de los dos escorpiones
encontrados en su madriguera.
La zona de color rojiza señala el contorno de la
madriguera.
(Escala: 10 mm).
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- Grandes gasteropodos terrestres encontrados a 0,4 m por debajo de la superficie del paleosuelo. Pertenecen al género Dendropupa (Rößler et al., 2012b) y paracen estar relacionados con D. walchiarum Fisher del Pérmico Inferior de Francia. También pueden ser comparados con el D. Zareczenyi Panow del Pérmico Inferior de Polonia (Stworzewicz et al., 2009) y D. Vestusta del Pensilvaniense Inferior de Nueva Escocia, Canadá (Falcon-Lang et al., 2004). Los gasterópodos se conservan normalmente como moldes de óxidos de manganeso o hierro, y raramente como conchas silicificadas. Se han encontrado en zonas próximas a las raíces y troncos de madera muerta, lo que parece indicar que pudieron establecer un tipo de interacción con estas partes de los árboles para alimentarse de microartrópodos, algas, hongos o bacterias.
Figura 13. (E) Gasterópodos
silicificados (Barra de escala: 2 mm).
(F) Masa de gasterópodos en un fragmento
de madera muerta,
conservado como moldes rellenos con óxidos de hierro.
(Escala:
20 mm ).
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- Dejando lo mejor para el final, os presento uno de los más famosos fósiles, el más grande calamite documentado en el mundo hasta la fecha, Arthropitys bistriata, con una longitud de 15 m. (Feng et al., 2012 y Rößler et al., 2012a).
Se ubica a 1,5 km de la excavación de Hilbersdorf y a 2 km SO del centro de erupción estimado. Solamente se han encontrado restos muy fragmentados de brotes de hojas (aún no identificados) y un tronco petrificado con un diámetro de 0,60 m. Este tronco se encontró en posición horizontal enterrado en dirección NE-SW (Rößler & Merbitz, 2009) en un estrato de depósitos de flujos piroclásticos (L3) que parece correlacionarse con la unidad S3 en Hilbersdorf (Eulenberger et al., 1995).
Figura 14. (C) Sección
litológica de la excavación Sonnenberg.
(D) Sección litológica de la excavación
Hilbersdorf.
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LOS ANILLOS DE LA VIDA DE UN CALAMITE
Se
estudiaron las variaciones de densidad del tejido de dos especies de calamites:
Arthropitys bistriata (Fig. 15) y Arthropitys sterzelii (Fig. 16). El
primero pertenece a la excavación de Hilbersdorf, mientras que el segundo se
encontró en una zona próxima a ella.
Ambas muestras presentan anillos similares a los
anillos falsos, que son aquellos que presentan zonas radiales difusas de
células ligeramente pequeñas y de paredes gruesas (Creber & Chaloner, 1984).
Figura 16. A. sterzelii.
Se observa una disminución del engrosamiento de la pared celular.
(Escala: 50
mm).
|
Las variaciones de densidad de los tejidos pueden ser el resultado de una serie de
posibles eventos como heladas, sequías severas, defoliación, incendios,
rayos, caída de cenizas volcánicas o inundaciones (Byers et al., 2014, Creber & Chaloner, 1984 y Schweingruber &
col., 2011). Sin embargo, las inundaciones fueron descartadas de acuerdo con el
registro fósil, lo mismo ocurrió con los incendios forestales, puesto que no se
encontró carbón en el paleosuelo y, así sucesivamente con el resto de eventos,
quedando dos posibles: las sequías severas y la caída de cenizas volcánicas. La
primera porque la presencia de anillos falsos es frecuente en zonas tropicales
y subtropicales, así como en las regiones áridas del desierto (Chapman, 1994,
Creber & Chaloner, 1984 y Schweingruber et
al., 2008), mientras que la segunda podría ser el presagio de la gran
erupción del volcán Zeisigwald.
Aún
resulta difícil conocer si la causa de las variaciones de densidad de los
tejidos de ambas especies se debe al mismo evento. Investigaciones futuras serán
capaces de reconocer los acontecimientos climáticos de corta duración y su
correlación con el modelo paleoclimático a partir de las variaciones de
densidad del tejido (Roscher & Schneider, 2006).
CONTEXTO PALEOCLIMÁTICO Y AMBIENTAL
La
información del paleosuelo del bosque de Chemnitz indica un hábitat húmedo,
pero no puede ser designada de alta humedad porque las plantas leñosas
registran oscilaciones sensibles al clima. La aparición de escorpiones
conservados en sus madrigueras originales refuerza la idea de condiciones
adecuadas para la vida en cuanto a la humedad del suelo, la aireación y los
minerales disponibles en el sustrato.
Sin
embargo, el comportamiento de madriguera de gasterópodos terrestres nunca ha
sido documentado en el registro fósil del Paleozoico. Podría interpretarse como
una estrategia de supervivencia con el fin de evitar la desecación durante los
períodos de sequía.
Los organismos encontrados en Chemnitz (gasterópodos terrestres, arácnidos, diversos vertebrados y artrópodos) reflejan un ecosistema relativamente joven con una pirámide trófica bien desarrollada.
CITAS BIBLIOGRÁFICAS
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