jueves, 26 de abril de 2018

El pequeño drácula que martirizaba a los dinosaurios con plumas

¡Hola a todos! Nos encontramos aquí otra vez, en la tercera y última entrega sobre los insectos y artrópodos. Como anteriormente hemos visto, dentro de la paleontología, estos pequeños seres son un quebradero de cabeza para todo paleontólogo por la compleja clasificación y su enorme biodiversidad tal y como pudimos ver en mi anterior publicación (Evolucion y clasificacion de coleópteros), en la que hablaba del gigante orden de los escarabajos y su clasificación, origen y evolución (ocupando nichos ecológicos importantes).


Antes de empezar, quiero aclarar un pequeño detalle sobre esta entrega, el articulo sobre el que hago la publicación fue publicado en diciembre de 2017 en la revista Nature, pero fue corregido en 2018 y por tanto, tras consultarlo con Manuel, me dio permiso a poder hacer la publicación sobre este artículo.

Las garrapatas  
Hoy vengo a hablaros de un artrópodo del cual hay muy pocos conocimientos sobre su origen y su evolución (la cual debe estar muy ligada a la de los vertebrados que parasita), así es, nuestro protagonista de hoy es la garrapata (Ixodida) ese extraño y molesto parásito que cogen toda clase de animales, aunque los que más veamos sean en nuestras mascotas (o incluso en algún que otro niño que se va de campamento).


Una garrapata macho
La garrapata es un arácnido(aunque no pueda parecerlo) y además, este artrópodo es un ectoparásito, es decir, parásitos que viven en la superficie del huésped (si quieres conocer más sobre los ectoparásitos) y se alimenta de la sangre de sus huéspedes. Así bien, conociendo un poco mejor a la garrapata vamos a entrar en materia.
Una garrapata hembra

El artículo del que hablo hoy es el siguiente: "Ticks parasitised feathered dinosaurs as revealed by Cretaceous amber assemblages" es de la revista Nature Communications y es de un investigador español: Enrique Peñalver. Trata sobre el descubrimiento de una garrapata pegada a una pluma de dinosaurio dentro de un ámbar (procedente de Myanmar) del mesozoico (aproximadamente unos 100 m.a), este hallazgo fue bastante relevante ya que el registro fósil de garrapatas en el mesozoico es pobre. Este fósil revela la existencia de una relación de parasitismo entre garrapatas y dinosaurios con plumas que hasta ahora era desconocida. En el ámbar se han encontrado varios ejemplares asique vayamos por partes:

Cornupalpatum burmanicum
La primera garrapata de la que voy a hablar es esta, la Cornupalpatum burmanicum, se trata de una especie de garrapata dura de la que únicamente se habían descrito dos larvas,  este nuevo ejemplar se trata de una ninfa que ha sido clasificada por una serie de características morfológicas que, sin embargo, no se ajustan del todo al holotipo de esta especie debido posiblemente a variaciones ontogénicas (cambios que puede sufrir un individuo durante su desarrollo embrionario principalmente) además de esto, el fósil se encuentra en un estado de conservación malo, lo que dificulta su estudio.

En la imagen se observa la pluma del dinosaurio y entre sus barbas a la garrapata con una pata enganchada a la hoja.

Estudios sobre las garrapatas como vectores de transmisión de enfermedades han llevado a pensar que posiblemente esta especie de garrapata fuera un vector de transmisión de enfermedades para los dinosaurios con plumas, ya que se han hecho estudios microscópicos que apuntan a que esta era portadora de una bacteria conocida (rickettsial proteobacteria) la cual, es potencialmente patógena*1.

Deinocroton draculi

Algo realmente asombroso ha sido el descubrimiento de una nueva familia de garrapatas denominada Deinocrotonidae, además por si fuera poco, dentro del ámbar se encontraron dos ejemplares una hembra y un macho, uno de las cuales se encuentra lleno de su comida favorita (la sangre) y como consecuencia, su tamaño se ve aumentado unas ocho veces (así es, se había dado un buen atracón a costa del pobre huésped) lo que les llevó a los investigadores a pensar en su voraz apetito y les inspiró en su nombre: Deinocroton draculi.

A través de un escáner tridimensional se ha coseguido obtener un modelo en tres dimensiones de esta nueva especie lo que facilitó su descripción y estudio observando características únicas.

Puedes acceder al modelo en tres dimensiones haciendo click aquí 
 


Los dos ejemplares de Deinocroton draculi los "minidráculas" en el ámbar
Recreación a ordenador de Deinocroton draculi


Pegados a estos dos ejemplares además han aparecido unos segmentos con forma de punta de lanza que son exógenos, tras investigar, se supo que estos fragmentos eran pequeños "pelos" multisegmentados que son propios de larvas, estos pelos son comunes en insectos y tienen diferentes funciones, pueden ser tanto de sostén y movilidad como de defensa que es este caso, en este caso de las larvas de una especie de escarabajo (Dermestidae) caracterizado por vivir entre los excrementos de animales, estas larvas son usualmente encontradas en los nidos de aves donde se alimenta de detritus y restos orgánicos que caen al nido y esto explicaría su presencia junto a las garrapatas y a la pluma del dinosaurio *2.

Imagen detallada de estos pelos de los escarabajos

La presencia de la pluma unida a los restos de escarabajos es lo que llevó a pensar a los investigadores en que estas garrapatas eran parásitos de los temibles dinosaurios con plumas.

La morfología del ejemplar lleno de sangre muestra una similitud con la de las actuales garrapatas.
Aún quedan diversas cosa que no están claras como si estas garrapatas también vivían en el nido de sus huéspedes o en las cercanías(comportamiento que en la actualidad realizan algunas garrapatas *3) o iban únicamente para alimentarse, en que momento se extinguieron (se piensa que en el cretácico) de quien es la pluma y a quien estaban parasitando (esto no se puede conocer porque acceder al ADN que hay dentro del ámbar es imposible hasta el momento y la sangre que porta la garrapata que está llena está contaminada con la resina ya que el animal está dañado.


Y bueno amigos de los artrópodos, esto es todo por esta entrega en este blog y como siempre espero que os haya gustado y hayáis aprendido algo nuevo. ¡Os espero en mi siguiente publicación, un saludo!


Referencias
  1. Poinar, G. Jr. Rickettsial-like cells in the Cretaceous tick, Cornupalpatum burmanicum (Ixodida: Ixodidae). Cret. Res. 52, 623–627 (2015).
  2. Lawrence, J. F. & Ślipiński, S. A. in Morphology and Systematics (Elateroidea, Bostrichiformia, Cucujiformia partim) Vol. 2 (eds Leschen, R. A. B. & Beutel, R. G.) 198–206 (de Gruyter, Berlin, 2010). 
  3. Sonenshine, D. E. & Roe, M. Biology of Ticks (Oxford University Press, Oxford, 2014). 2nd . 

2 comentarios:

Manuel Hernández Fernández dijo...

Se te escaparon las cursivas en el nombre científico en las referencias.
El formato de citaciones y referencias no se ajusta al del blog.

Manuel Hernández Fernández dijo...

Ah! Se me olvidaba. La revista donde se publicó este trabajo no fue Nature sino Nature Communications.