En las dos anteriores entradas hemos visto que,
si eres un pequeño e indefenso lagarto, si quieres sobrevivir, debes diseñar
algún método para salvarte de los grandes depredadores. Vimos dos: despistar
con la cola al desprenderse de ella y la más clásica, echar a correr.
Artículo: Adam C. Pritchard, Jacques A. Gauthier, Michael Hanson, Gabriel S. Bever & Bhart-Anjan S.Bhullar (2018) A tiny Triassic saurian from Connecticut and theearly evolution of the diapsid feeding apparatus. Nature Communications 9, Article number: 1213
Bien, pues lo de hoy es algo diferente, quiero
decir, hoy no hablamos de cobardes. El lagarto que os traigo hoy, Colobops
noviportensis, a pesar de ser pequeño también, tenía una mordedura más potente
que muchos de los reptiles triásicos, además de una protección en el rostro.
Esta vez era de él del que tenían que huir los demás.
Artículo: Adam C. Pritchard, Jacques A. Gauthier, Michael Hanson, Gabriel S. Bever & Bhart-Anjan S.Bhullar (2018) A tiny Triassic saurian from Connecticut and theearly evolution of the diapsid feeding apparatus. Nature Communications 9, Article number: 1213
La Era Mesozoica Temprana vio el florecimiento
inicial de los principales clados de tetrápodos que dominaron los ecosistemas
terrestres a partir de entonces. Los primeros representantes de los grupos
corona Amphibia, Lepidosauria y Archosauria aparecieron
durante el Triásico, reconocido ahora como un momento clave en la aparición de
los principales clados de vertebrados (Evans, 2003; Nesbitt, 2011). Sin
embargo, en las revisiones de la historia de los vertebrados, existe una
suposición de que estos clados surgieron de ancestros generalistas no
especializados durante el Triásico (Carroll, 1988). Esto no significa que los
taxones de los que surgieron esos grupos corona no se diversificasen de forma
propia durante el Triásico. Desafortunadamente, gran parte de nuestra
comprensión de este registro está sesgada hacia especies grandes y medianas,
con una longitud corporal total mayor de un metro.
En los ecosistemas actuales, una importante disparidad
morfológica y ecológica se encuentra en animales de cuerpo pequeño, mientras
que los sesgos de conservación a menudo excluyen tales especies del registro
fósil (Mitchell, 2015). Estos sesgos probablemente enmascaran una disparidad
ecomorfológica mucho mayor de lo que se ha apreciado entre los miembros de los
principales clados de tetrápodos de la transición Permo-Triásico.
Colobops noviportensis presenta un nuevo
taxón que amplía la disparidad ecomorfológica de los vertebrados de cuerpo
pequeño desde el Mesozoico Temprano. Encontrada en Connecticut (Estados Unidos)
en la formación New Haven Arkose del Triásico Superior, la nueva forma está
representada por un cráneo parcial muy pequeño, que presenta un conjunto de
morfologías relacionadas con una mordida poderosa, desconocida en cualquier diápsido
de cuerpo pequeño, juvenil o adulto.
Su presencia en los albores del Mesozoico
enfatiza que los principales clados modernos de vertebrados se originaron en un
mundo poblado por extremos ecomorfológicos de cuerpo pequeño y grande.
Los restos encontrados
El cráneo parcial de 2,5 cm de longitud tiene
unas uniones hipertróficas para los músculos aductores de la mandíbula, que
llenan el ancho transversal de la porción postorbital del cráneo. Además posee un rostro fuertemente reforzado con una
superposición extensa de huesos adyacentes. Las fosas supratemporales en esta
especie son proporcionalmente más amplias que en cualquier otro reptil de
tamaño similar del grupo corona.
El rostro es extremadamente corto
proporcionalmente, que comprende menos de un cuarto de la longitud total del
cráneo (Fig. 1a). Además, el cráneo estaba deprimido con relación a su longitud
(Fig. 1c), con unas órbitas agrandadas, proporcionalmente largas y muy orientadas
dorsolateralmente.
Hay una serie de rasgos que relacionan a esta
especie con múltiples taxones de resptiles:
- Tiene una férula estrecha de hueso entre el margen lateral de la nariz izquierda y el margen medial del maxilar izquierdo, que podría ser el proceso posterodorsal del premaxilar (Fig. 1a, d), lo que apoya la identificación de Colobops como un arcosaurio.
- La región antorbital está excepcionalmente reforzada. El nasal tiene una lámina ventrolateral, dorsoventralmente alta, que refuerza toda la superficie medial del proceso facial del maxilar (Fig. 1d). Esto se puede ver en Rhynchosauria y en Rhynchocephalia.
- El palatino tiene un proceso prefrontal inusualmente amplio que sostiene el techo del cráneo contra las mandíbulas, similar en muchos lepidosaurios (Gauthier et al., 2012), tortugas (Gaffney, 1990; Gaffney et al., 1972) y Rhynchosauria (Chatterjee, 1974; Montefeltro et al., 2010).
- La porción central del yugal es dos veces más ancha que la ascendente, similar a los escamados durófagos como Adamisaurus magnidentatus (Sulimski, 1978), Chamaeleolis chamaeleonides (Herrel & Holanova, 2008) y Dracaenaguianensis (Maisano, 2002).
- Las grandes órbitas se dirigen algo dorsalmente, debido en parte al perfil relativamente bajo del cráneo, similar a las especies modernas de Sceloporus.
- La fenestra supratemporal es proporcionalmente más amplia que las porciones orbital y preorbital del cráneo (Fig. 1a). Una condición similar surgió independientemente en Rhynchosauria (Benton, 1983; Ezcurra, 2016).
La cámara aductora es notablemente voluminosa
en Colobops noviportensis. De hecho, Colobops noviportensis es la especie más
pequeña en poseer un espacio proporcionalmente amplio para la musculatura de
cierre de la mandíbula, respecto a los taxones tempranos mesozoicos y recientes
(ejemplos de la Fig. 2). Proporcionalmente, la cámara aductora ocupa un
porcentaje parecido al del ancho del cráneo postorbital, como en los
hyperodapedontine rhynchosaurs y en Trilophosaurusbuettneri.
El techo del cráneo tiene una brecha bilateral
que podría ser una fontanela, e indicar que el espécimen es un individuo
muy joven (Maisano, 2002;
Rieppel, 1993), aunque las fontanelas se mantienen hasta la
madurez en algunos iguanios (Gauthier et
al., 2012; Bellairs
& Kamal, 1981).
La única porción de la mandíbula conservada es
una gran apófisis coronoide derecha. No está claro qué huesos
mandibulares contribuyen a esta estructura. La prominencia de esta porción de
la mandíbula es comparable a algunos lepidosaurios existentes y a algunos
arcosaurios como Trilophosaurus buettneri (Gregory, 1945; Robinson, 1957).
Hiperdesarrollo
aductor
Para caracterizar el tamaño relativo de la
cámara del aductor en Colobops
noviportensis, se reaciona el ancho de la exposición dorsal de las
fijaciones del músculo aductor con el ancho postorbital total del cráneo, en especies
de diápsidos existentes y extintos. En la gráfica, Colobops noviportensis representa el diápsido muestreado más
pequeño, que posee un grado tal de hipertrofia del aductor (Fig. 3).
Dentro de las especies individuales, el tamaño
total del cráneo parece correlacionarse fuertemente con la amplitud relativa de
la cámara aductora. Entre los modernos Lepidosauria (Jones & Lappin, 2009; Bhullar,
2012) y Archosauria (Rieppel, 1993; Iordansky, 1974), las inserciones dorsales de
la musculatura aductora en el techo del cráneo crecen alométricamente,
volviéndose proporcionalmente más anchas y más prominentes en relación con la
anchura del cráneo (ejemplo ilustrado en la Fig. 4). Sin embargo, todos los individuos
muestreados con una cresta sagital, excluyendo a Colobops noviportensis, tienen anchuras post-orbitales de cráneo
mayores de 3 cm.
Por lo tanto, si el holotipo Colobops noviportensis representa un
adulto, el tamaño proporcional de sus fosas supratemporales excede el de
cualquier otro diápsido de tamaño comparable. Si representa un juvenil, el
tamaño proporcional de la fosa se vuelve aún más notable, ya que los juveniles
de tamaño similar de los saurios recientes tienen fosas mucho más pequeñas.
Análisis filogenético
Para investigar las afinidades de Colobops noviportensis, se integró el
taxón en un análisis filogenético con una amplia muestra de diápsidos pérmicos
y triásicos, llegando a la conclusión de que se necesitan más estudios de la
filogenia sauriana temprana y más material de Colobops noviportensis para resolver el patrimonio filogenético de
la especie.
Sobre la mordedura de Colobops
noviportensis
Colobops noviportensis muestra un
conjunto de apomorfias craneales que indican una estrategia de alimentación
especializada. Aunque carece de dientes preservados, el techo craneal bien
conservado permite hacer inferencias sobre la naturaleza de su mordida.
En los escamosos existentes, la musculatura aductora
de la mandíbula se suele acentuar en una de dos formas (Edgeworth, 1935;
Holliday & Witmer, 2007):
- Los parietales están recubiertos medialmente por concavidades profundas para los músculos pseudotemporal superficial y aductor de la mandíbula externa profunda.
- Los postorbitales y escamosos pueden expandirse transversalmente para acomodar el músculo aductor mandibular externo superficial.
En Colobops
noviportensis, ambos rasgos están presentes, lo que indica que ambas
porciones del complejo aductor se agrandaron.
No se conocen bien las diferentes funciones que
desempeñan los aductores mandibulares superficiales y profundos en el
procesamiento de alimentos en los saurios existentes. Sin embargo, se pueden
hacer ciertas especulaciones: la alta apófisis coronoide habría aumentado el
brazo de palanca de los músculos de la mandíbula unidos, lo que mejoraría aún
más la fuerza del cierre de la mandíbula (Reilly et al., 2001). Por lo tanto, para un animal de su tamaño corporal, Colobops noviportensis probablemente
tuvo una mordida más poderosa que cualquier otro reptil triásico.
Sobre el desarrollo ontogénico de Colobops noviportensis
Respecto a su fase de desarrollo, la presencia
de una fontanela da una pausa para argumentar sobre su relativo estado ontogenético.
Sin embargo, centrándose en la creta sagital, la presencia de tales cámaras
aductoras agrandadas en un cráneo tan pequeño no tiene precedentes a pesar de
todo.
Sobre el refuerzo del rostro de Colobops noviportensis
El espacio expandido para los músculos de la
mandíbula ocurre concomitantemente con el refuerzo rostral, lo que sugiere una
correlación funcional.
La gran superposición del nasal, maxilar y
premaxilar difiere del contacto óseo comparativamente pequeño en la mayoría de
los primeros saurios. De hecho, solo Rhynchocephalia y Rhynchosauria se acercan
a esta condición. De manera similar, también se produce una superposición similar
en los Amphisbaenia conocidos, excavadores de cabeza muy modificada. Ningún
taxón conocido, extinto o existente, combina la expansión rostral y palatal y
el refuerzo a la manera de Colobops
noviportensis.
Sobre la alimentación de Colobops
noviportensis
Las mejores ideas sobre la alimentación
provienen de la forma general de la cámara aductora. El proceso post-temporal
del parietal está orientado lateralmente, como en Sphenodontia (Gauthier
et al., 2012; Fraser, 1988) y
Rhynchosauridae (Montefeltro et al.,
2010; Benton, 1983). Estos dos taxones comparten mordeduras de precisión, en
las cuales la fila de dientes dentados se ajusta dentro de una ranura entre
múltiples filas superiores de dientes. Sin embargo, el uso real de esta fila de
dientes ranurados altamente especializados probablemente difirió mucho entre
estos taxones, lo que indica que el aparato dental de Colobops noviportensis es similarmente complejo a los anteriores,
pero no se sabe sobre la naturaleza precisa de su mordedura.
Los músculos hipertrofiados de la mandíbula y
el rostro reforzado en el pequeño tamaño de Colobops
noviportensis ilustran que los extremos de la diversidad de alimentación no
involucraban únicamente animales de gran tamaño. Ningún otro taxón mesozoico
conocido de tamaño corporal similar poseía la combinación de un potente aparato
para morder y un rostro óseo reforzado.
REFERENCIAS
REFERENCIAS
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- Gauthier, J. A., Kearney, M., Maisano, J. A., Rieppel, O. & Behlke, A. D. Assembling the squamate tree of life: perspectives from the phenotype and the fossil record. Bull. Peabody Mus. Nat. Hist. 53, 3–308 (2012).
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