lunes, 15 de febrero de 2021

PROBLEMAS DE TAMAÑO

Como sabemos, hace millones de años la fauna que habitaba este planeta dejaría boquiabiertos a la mayoría de ciudadanos de a pie si se cruzaran en su camino. Desde perezosos gigantes hasta aves de más de 7 metros de envergadura en sus alas, poblaron la tierra durante el Pleistoceno, constituyendo lo que denominamos megafauna.
Pues bien, por esa época el mar no se quedaba corto. Numerosas criaturas marinas de todos los tamaños habitaron los océanos de la Tierra, pero hay una que causa más impacto (al menos para mí) de entre todas ellas: el Megalodon.

Carcharocles megalodon es el nombre científico de este monstruoso tiburón prehistórico que se alimentaba de cetáceos como delfines, ballenas (sí, ballenas), grandes tortugas marinas y demás animales, según nos lo ha demostrado la evidencia fósil.


Las estimaciones sobre el tamaño de este animal han sido muy variadas a lo largo de los años, pero todo radica en el tamaño de los dientes. 
¿Porqué en los dientes? Por que los tiburones, al ser peces cartilaginosos (condrictios) tienen un "esqueleto" hecho de cartílago, no de hueso. Esto les permite ser muy ágiles y flexibles, lo que les convierte en depredadores rápidos y letales.
Pues bien, el Megalodon tenía estas mismas características, de ahí que se le considere como uno de los mayores y más poderosos depredadores en la historia de los vertebrados. 



Imaginaos lo mismo pero con una ballena.

Esta increíble agilidad supone un problema para los paleóntologos, ya que tras millones de años lo único que se conserva en buenas condiciones son los dientes (se han encontrado vértebras, pero no aportan mucha información), de ahí que tengan una vital importancia en la determinación del tamaño y la masa corporal del animal.
Hay estimaciones de que alcanzaría una longitud máxima de hasta 18 metros y estimaciones de una longitud promedio de 10,5 metros. Además, sugieren que sus grandes mandíbulas (en las que podría caber una persona de pie entera) podrían ejercer una fuerza de mordida de hasta 110,000 a 180,000 newtons. 

A finales de 2020, Jack Cooper, quien acaba de completar la Maestría en Paleobiología en la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bristol, y sus colegas de Bristol y Swansea utilizaron una serie de métodos matemáticos para precisar el tamaño y las proporciones de este monstruo, haciendo comparaciones cercanas con un diversidad de parientes vivos con similitudes ecológicas y fisiológicas con el Megalodon.

Cooper explica en un comunicado que "estudiar al animal completo es difícil, considerando que lo único que tenemos son muchos dientes aislados". Los restos fósiles nos indican que este tiburón prefería las aguas más cálidas, por lo que seguramente migraría con el paso de las estaciones huyendo de las bajas temperaturas. 
Hay que tener en cuenta también que los dientes de los tiburones crecen durante toda su vida, y los van perdiendo y reponiéndolos por unos nuevos. Esto hace mucho más difíciles las investigaciones, ya que el Megalodon habría perdido dientes durante ataques a presas o bien por que se le cayeran, de ahí que aparezcan dientes aislados, lejos de los restos del animal.

La clave estaba en otros tiburones. El equipo científico agrupó las especies similares del árbol filogenético para extrapolar las características de Megalodon en función de rasgos conocidos de sus parientes. Para ello, utilizaron rasgos anatómicos de otras especies , entre las que se cuentan en marrajo (Isurus oxyrinchus), el tiburón cailón (Lamna nasus) y el cailón salmonero (Lamna ditropis).



Fue un alivio descubrir que las crías de todos estos tiburones depredadores modernos comienzan como pequeños adultos y no cambian en proporción a medida que crecen, ya que los investigadores temían que estos cinco tiburones modernos cambiasen de proporciones a medida que crecían, lo que haría imposible la investigación.
Si estos tiburones hubieran cambiado drásticamente desde que son crías hasta que se hacen adultos, el equipo de científicos hubiera sido incapaz de establecer relaciones de tamaño lógicas entre ellos.

Jack Cooper dijo: "Esto significa que simplemente podríamos tomar las curvas de crecimiento de las cinco formas modernas y proyectar la forma general a medida que se hacen cada vez más grandes, hasta una longitud corporal de 16 metros". 

Los resultados sugieren que un espécimen de 16 metros de largo probablemente tenía una cabeza redonda de 4,65 metros de largo, una aleta dorsal de aproximadamente 1,62 metros de alto y una cola de alrededor de 3,85 metros de alto.
Esto significa que un humano adulto podría pararse sobre la espalda de este tiburón y tendría aproximadamente la misma altura que la aleta dorsal.




Sin embargo, ¿Cómo es que este poderoso animal acabó extinguiéndose (o eso creemos)?

Hace cerca de 3,1 millones de años ocurrió un importante evento geológico, el cierre del Itsmo de Panamá, que cambió fundamentalmente la circulación oceánica global.​ Este evento permitió el inicio a una glaciación en el Hemisferio Norte​ y más tarde, también facilitó el enfriamiento del planeta entero. A consecuencia de esto, durante el Plioceno tardío y el Pleistoceno hubo varias edades de hielo,​ que enfriaron los océanos significativamente. 

Esto, sumado al declive en las fuentes de alimentación y la aparición de especies que iniciaron una competición ecológica con el Megalodon, provocaron que esta especie comenzara a desaparecer de la faz de la Tierra, terminando con su reino de terror.

Esta reconstrucción de las partes del cuerpo de este animal supone un grandísimo avance en su comprensión fisiológica y los factores que pudieron provocar su extinción.


REFERENCIAS:

https://es.wikipedia.org/wiki/Carcharocles_megalodon

https://www.nationalgeographic.com.es/naturaleza/desvelan-verdadero-tamano-tiburon-megalodon_15887#:~:text=Bas%C3%A1ndose%20en%20todos%20esos%20datos,85%20metros%20de%20alto%20respectivamente.

https://www.eltiempo.com/vida/ciencia/megalodon-revelan-el-verdadero-tamano-del-impresionante-megalodon-prehistorico-536399














1 comentario:

Manuel Hernández Fernández dijo...

No soy partidario de usar los epítetos específicos de las especies extintas como si fueran nombres vulgares, pero si se hace, entonces, no se deben escribir con mayúscula (porque eso sería un nombre propio) y se debería respetar las reglas ortográficas (si hacemos caso a la Wikipedia, en castellano es megalodón, con tilde en la última "o" porque se trata de una palabra aguda, o su derivación megalodonte). No obstante, en mi opinión, lo realmente correcto es utilizar el nombre científico completo (con género en mayúscula y epíteto específico en minúscula, escrito todo en cursiva), el cual, como es un nombre propio, no puede ir antecedido por un articulo.

Aunque no llegas a citarlo en ningún momento, el artículo científico del que hablas es del año 2020, cuando uno de los objetivos planteados desde el inicio es comentar artículos recientes (del presente año, en este caso, 2021):

Cooper, J.A., Pimiento, C., Ferrón, H.G. & Benton, M. (2020). Body dimensions of the extinct giant shark Otodus megalodon: a 2D reconstruction. Scientific Reports, 10: 14596.

Tu resumen de las notas de prensa que indicas en la parte inferior es demasiado parecido a sus textos (por suerte, al haber incluido esos "enlaces", te libras de la potencial acusación de plagio). La idea de este trabajo no es que resumáis lo que ya resumieron otros (con lo cual vuestros textos pasan a ser de tercera mano), sino que hagáis vuestra propia aportación a partir de los artículos científicos originales. Debéis familiarizaros con la literatura científica ya que, al estar formándoos en una disciplina científica, tenéis que ser capaces de entrar en contacto de primera mano con las fuentes de avance del conocimiento (que son las revistas científicas, no las notas de prensa que se publican en los medios de divulgación). Y a partir de esas fuentes originales, ser capaces de generar vuestra propia divulgación científica para el público general. Es necesario buscar la originalidad.

Con respecto a los enlaces, es mejor si quedan integrados en el texto principal, como hipertexto. Y quizá podrías añadir algunos más referentes a términos que no sean de uso habitual para el público general (por ejemplo, ¿qué es Plioceno?).

También echo en falta la presencia de etiquetas que permitan localizar este texto con facilidad en las búsquedas de Google que puedan estar relacionadas.