lunes, 26 de febrero de 2018

UN ICONO DE LA EVOLUCIÓN


UN ICONO DE LA EVOLUCIÓN

¿Es un ave?, ¿Es un reptil?: NO! Es Archaeopteryx.

Para comprender la revolución que supuso el hallazgo de esta especie, debemos mirar al pasado. Partimos de la base de que a principios del siglo XIX la corriente creacionista tenía gran peso sobre la sociedad, debido a una interpretación literal de Génesis 1: 20-25 en la cual se describe las creaciones de la naturaleza en diferentes días. En esta época, Charles Darwin a pesar de sus ideas controvertidas, defendiendo, a pesar de las innumerables críticas el modelo evolutivo, publicó en 1859: On the Origin of Species (El Origen de las Especies).

Figura 1: Archaeopteryx

Nada más y nada menos que dos años más tarde de la publicación de este libro, se encontró el primer individuo completo de esta especie. Muy pronto los científicos se dieron cuenta de la importancia del descubrimiento: Darwin acababa de enunciar su teoría de la evolución, y Archaeopteryx era una demostración palpable de la relación entre las aves y los dinosaurios, lo que hoy en día conocemos como fósil transicional. De hecho, el esqueleto de Archaeopteryx es tan parecido al de los dinosaurios terópodos 
                          (los carnívoros bípedos como Velociraptor y Tyrannosaurus) que si no fuera por las impresiones de plumas que lo acompañan quizá no se le habría identificado con un ave. De hecho, así ha ocurrido con uno de los fósiles de Archaeopteryx, descubierto a mediados del siglo XX; en un principio fue atribuido a la especie Compsognathus (un pequeño terópodo), hasta que años más tarde se descubrieron las impresiones de las plumas.

Por lo tanto, no es sorprendente que Archaeopteryx se convirtiera en un fósil famoso e importante, ya que representó por mucho tiempo la única buena evidencia para la transición de reptiles a aves.

Otro aspecto que ciertamente contribuyó a esta fama fue la rareza de los descubrimientos de Archaeopteryx: después del segundo descubrimiento de un Archaeopteryx, probablemente en 1875, no fue sino hasta 1959 que se anunció un nuevo espécimen. Sin embargo, desde la década de 1970, se ha descrito un número creciente de especímenes nuevos (o recientemente identificados), lo que hace de Archaeopteryx un taxón bastante conocido hoy en día.

Figura 2: A nuestra derecha podemos observar el espécimen descubierto en Berlín.


Para intentar comprender la historia que envuelve a este animal, hablaremos de sus orígenes. Se considera el bipedalismo como una etapa preadaptiva para el vuelo de las aves. Atribuimos la formación de bipedismo completo en los ancestros de las aves con la transición de las extremidades pélvicas de la posición segmental a la parasagital. Esta transición fue lo suficientemente rápida. Podemos suponer que las extremidades pectorales liberadas del soporte permanecieron espaciadas lateralmente y dieron un conjunto de transformaciones que permitieron la aparición de lo que podría ser una versión morfológicamente "parecida a un ala" de los miembros torácicos.  Gracias a esta teoría, John Ostrom (paleontólogo del siglo XX que dedicó su vida al estudio de los dinosaurios, asemejándolos a aves no voladoras en vez de a reptiles) utilizó al Archaeopteryx para demostrar que las aves actuales provienen de los dinosaurios terópodos pues estos últimos presentaban rasgos avianos. Ostrom revigorizó la idea de la evolución de dinosaurio a ave en 1960 con el descubrimiento de Deinonychus.

Esta especie fue hasta ahora conocida principalmente por la Formación Altmühltal (principios del período Titoniense) de Baviera, en el sur de Alemania, aunque resulta que un espécimen nuevo (el espécimen esquelético número 12) de la Formación Titoniense más temprana de Schamhaupten (Baviera) parece ser hasta ahora el más antiguo del género.

Es curioso saber que en general, los restos esqueléticos y las partes blandas levemente mineralizadas de los plattenkalks (piedra caliza de grano muy fino) del Jurásico Superior del sur de Alemania y de muchos otros depósitos son fluorescentes bajo luz ultravioleta (UV). Durante las últimas dos décadas, el uso de UV en la investigación con tetrápodos fósiles ha demostrado ser importante para revelar nueva información. Este uso permite una investigación más precisa de los detalles morfológicos de restos óseos y partes blandas. La técnica se puede usar para distinguir las suturas óseas de las grietas, para establecer con mayor claridad los contornos de los elementos esqueléticos comprimidos y para separar los huesos o las partes blandas de la matriz subyacente.

Figura 3: Descripción general del esqueleto de la nueva muestra de Archaeopteryx bajo luz ultravioleta.

También es digno de mención los restos óseos de dentaduras de Archaeopteryx encontrados en la localidad de Cherves-de-Cognac (Francia).

Otro tema a comentar es la división de opiniones existente entre los paleontólogos acerca de la monofilia de Archaeopteryx, es decir: ¿Podremos encontrarnos ante dos ramas separadas en la evolución de esta especie o sólo estamos ante una? Sólo el tiempo lo dirá.

Por último, recomiendo a todos mis lectores que vayan a visitar si algún día les fuera posible el Dinosaurier Freiluftmuseum Altmühltal en Denkendorf, Bayern, donde se exhibe en público y está disponible para su posterior estudio científico. Además, el espécimen fue registrado como patrimonio cultural nacional alemán, lo que garantiza su disponibilidad permanente, a pesar de que permanece en manos privadas.

Y ya me despido hasta la próxima entrega, espero que os haya gustado. ¡Un saludo!

REFERENCIAS:
  • Rauhut OWM, Foth C, Tischlinger H:  The oldest Archaeopteryx (Theropoda: Avialiae): a new specimen from the Kimmeridgian/Tithonian boundary of Schamhaupten, Bavaria. (2018)
  • Foth C, Rauhut OWM: Re-evaluation of the Haarlem Archaeopteryx and the radiation of maniraptoran theropod dinosaurs (2017)
  • Tsuihiji, T. 2017. The atlas rib in Archaeopteryx and its evolutionary implications. Journal of Vertebrate Paleontology.
  • Society of Vertebrate Paleontology (SVP) 77th Annual Meeting, Calgary, Canada, 23-26 August 2017, p. 178
  • Louchart A, Pouech J: A tooth of Archaeopterygidae (Aves) from the Lower Cretaceous of France extends the spatial and temporal occurrence of the earliest birds (2017)
  • Vestnik Zoologii, Volume 51, Issue 2, Pages 179–182, ISSN (Online) 2073-2333
  • Darwin C: On the Origin of Species





1 comentario:

Manuel Hernández Fernández dijo...

Se te ha escapado alguna cursiva.

Las referencias deberían citarse en el texto, y seguir el formato propio del blog.

Podrías añadir enlaces sobre algunas de las cosas que mencionas (por ejemplo, ¿quién era Darwin...?).

Y no vendrían mal unas etiquetas adicionales.