UN ICONO DE LA EVOLUCIÓN
¿Es un ave?, ¿Es un reptil?: NO! Es Archaeopteryx.
Para comprender la revolución que
supuso el hallazgo de esta especie, debemos mirar al pasado. Partimos de la
base de que a principios del siglo XIX la corriente creacionista tenía gran
peso sobre la sociedad, debido a una interpretación literal de Génesis 1: 20-25
en la cual se describe las creaciones de la naturaleza en diferentes días. En
esta época, Charles Darwin a pesar de sus ideas controvertidas, defendiendo, a
pesar de las innumerables críticas el modelo evolutivo, publicó en 1859: On the Origin of Species (El Origen de las Especies).
Figura 1: Archaeopteryx
Nada más y nada menos que dos
años más tarde de la publicación de este libro, se encontró el primer individuo
completo de esta especie. Muy pronto los científicos se dieron cuenta de la
importancia del descubrimiento: Darwin acababa de enunciar su teoría de la
evolución, y Archaeopteryx era una demostración palpable de la
relación entre las aves y los dinosaurios, lo que hoy en día conocemos como fósil transicional. De hecho, el esqueleto de Archaeopteryx es
tan parecido al de los dinosaurios terópodos
(los carnívoros bípedos como Velociraptor y Tyrannosaurus)
que si no fuera por las impresiones de plumas que lo acompañan quizá no se le
habría identificado con un ave. De hecho, así ha ocurrido con uno de los
fósiles de Archaeopteryx, descubierto a mediados del siglo XX; en
un principio fue atribuido a la especie Compsognathus (un pequeño terópodo),
hasta que años más tarde se descubrieron las impresiones de las plumas.
Por lo tanto, no es sorprendente
que Archaeopteryx se convirtiera en un fósil famoso e
importante, ya que representó por mucho tiempo la única buena evidencia para la
transición de reptiles a aves.
Otro aspecto que ciertamente
contribuyó a esta fama fue la rareza de los descubrimientos de Archaeopteryx:
después del segundo descubrimiento de un Archaeopteryx,
probablemente en 1875, no fue sino hasta 1959 que se anunció un nuevo espécimen. Sin
embargo, desde la década de 1970, se ha descrito un número creciente de
especímenes nuevos (o recientemente identificados), lo que hace de Archaeopteryx un
taxón bastante conocido hoy en día.
Figura 2: A nuestra derecha podemos observar el espécimen descubierto en Berlín.
Para intentar comprender la
historia que envuelve a este animal, hablaremos de sus orígenes. Se considera
el bipedalismo como una etapa preadaptiva para el vuelo de las
aves. Atribuimos la formación de bipedismo completo en los ancestros de
las aves con la transición de las extremidades pélvicas de la posición
segmental a la parasagital. Esta transición fue lo suficientemente rápida. Podemos
suponer que las extremidades pectorales liberadas del soporte permanecieron
espaciadas lateralmente y dieron un conjunto de transformaciones que permitieron
la aparición de lo que podría ser una versión morfológicamente "parecida a
un ala" de los miembros torácicos. Gracias a esta teoría, John
Ostrom (paleontólogo del siglo XX que dedicó su vida al estudio de los
dinosaurios, asemejándolos a aves no voladoras en vez de a reptiles) utilizó al
Archaeopteryx para demostrar que las aves actuales provienen de los dinosaurios
terópodos pues estos últimos presentaban rasgos avianos. Ostrom revigorizó la
idea de la evolución de dinosaurio a ave en 1960 con el descubrimiento de
Deinonychus.
Esta especie fue hasta ahora
conocida principalmente por la Formación Altmühltal (principios del período
Titoniense) de Baviera, en el sur de Alemania, aunque resulta que un espécimen
nuevo (el espécimen esquelético número 12) de la Formación Titoniense más
temprana de Schamhaupten (Baviera) parece ser hasta ahora el más antiguo del
género.
Es curioso saber que en general,
los restos esqueléticos y las partes blandas levemente mineralizadas de los
plattenkalks (piedra caliza de grano muy fino) del Jurásico Superior del sur de
Alemania y de muchos otros depósitos son fluorescentes bajo luz ultravioleta
(UV). Durante las últimas dos décadas, el uso de UV en la investigación
con tetrápodos fósiles ha demostrado ser importante para revelar nueva
información. Este uso permite una investigación más precisa de los detalles
morfológicos de restos óseos y partes blandas. La técnica se puede usar
para distinguir las suturas óseas de las grietas, para establecer con mayor
claridad los contornos de los elementos esqueléticos comprimidos y para separar
los huesos o las partes blandas de la matriz subyacente.
Figura 3: Descripción general del esqueleto de la
nueva muestra de Archaeopteryx bajo luz ultravioleta.
También es digno de mención los restos óseos
de dentaduras de Archaeopteryx encontrados en la localidad de Cherves-de-Cognac
(Francia).
Otro tema a comentar es la
división de opiniones existente entre los paleontólogos acerca de la monofilia
de Archaeopteryx, es decir: ¿Podremos encontrarnos ante dos ramas separadas en
la evolución de esta especie o sólo estamos ante una? Sólo el tiempo lo dirá.
Por último, recomiendo a todos
mis lectores que vayan a visitar si algún día les fuera posible el Dinosaurier
Freiluftmuseum Altmühltal en Denkendorf, Bayern, donde se exhibe en público y
está disponible para su posterior estudio científico. Además, el espécimen fue
registrado como patrimonio cultural nacional alemán, lo que garantiza su
disponibilidad permanente, a pesar de que permanece en manos privadas.
Y ya me despido hasta la próxima
entrega, espero que os haya gustado. ¡Un saludo!
REFERENCIAS:
- Rauhut OWM, Foth C, Tischlinger H: The oldest Archaeopteryx (Theropoda: Avialiae): a new specimen from the Kimmeridgian/Tithonian boundary of Schamhaupten, Bavaria. (2018)
- Foth C, Rauhut OWM: Re-evaluation of the Haarlem Archaeopteryx and the radiation of maniraptoran theropod dinosaurs (2017)
- Tsuihiji, T. 2017. The atlas rib in Archaeopteryx and its evolutionary implications. Journal of Vertebrate Paleontology.
- Society of Vertebrate Paleontology (SVP) 77th Annual Meeting, Calgary, Canada, 23-26 August 2017, p. 178
- Louchart A, Pouech J: A tooth of Archaeopterygidae (Aves) from the Lower Cretaceous of France extends the spatial and temporal occurrence of the earliest birds (2017)
- Vestnik Zoologii, Volume 51, Issue 2, Pages 179–182, ISSN (Online) 2073-2333
- Darwin C: On the Origin of Species
1 comentario:
Se te ha escapado alguna cursiva.
Las referencias deberían citarse en el texto, y seguir el formato propio del blog.
Podrías añadir enlaces sobre algunas de las cosas que mencionas (por ejemplo, ¿quién era Darwin...?).
Y no vendrían mal unas etiquetas adicionales.
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