El estudio paleontológico no es un trabajo
sencillo. Consta de numerosas y diversas partes que van desde el trabajo de
campo y la recolección de fósiles hasta el análisis radiactivo de los mismos,
pasando por la sistemática y taxonomía de las muestras. Por eso, no es difícil
de entender que el artículo de Urszula Hara, del Instituto Geológico Polaco,
haya tardado más de 20 años en ser completado y publicado, desde el momento en
el que se recogieron los fósiles de distintos géneros de briozoos en la Formación
de La Meseta, en Seymour Island, durante el verano austral de 1993.
Figura 1: Pingüino paleontólogo con humanos paleontólogos.
Como ya se ha dicho en posts anteriores,
la Isla Seymour, en la Antártida es uno
de los lugares de este continente donde se han llevado a cabo más estudios
paleontológicos, debido a su localización occidental, lo que supone
temperaturas algo menos extremas de las que podríamos encontrar en el centro
del continente, y que, por tanto, facilita las investigaciones.
De este modo, y siguiendo los trabajos
previos de otros autores, se llevó a cabo una recogida de fósiles en un
afloramiento (ZPAL2) de la Formación de La Meseta, encontrándose numerosas muestras de
briozoos de tres género distintos; Beania,
?Vasignyella y Malakosaria, un
género endémico y raro en el registro y en la bibliografía paleontológica.
Figura 2: Pared del afloramiento en la Formación de La Meseta, Seymour Island, en la que se encontraron las muestras. Esta imagen se encuentra en el artículo original.
Los briozoos son invertebrados coloniales y
acuáticos, marinos en su mayor parte. En muchos casos, los individuos de la
colonia, llamados zooides, segregan unos tubos calcáreos que envuelven las
partes blandas, actuando como protección. Las colonias de zooides se llaman
zoarios y presentan formas muy variadas, encontrándose normalmente incrustadas
o adheridas a superficies de rocas, como en el caso de los encontrados en la
Formación de La Meseta. En el artículo “Bryozoan internal moulds from La Meseta
Formation (Eocene) of Seymour Island, Anctartic Peninsula”1, se describen los géneros
más importantes encontrados en este punto, relacionándolos con factores biogeográficos
y paleoambientales.
Figura 3: Adeonella calveti. Briozoo actual.
Beania mirabilis Johnston, 1840
El zooide de Beania tiene forma oblonga,
más larga que ancha, con la superficie lateral algo dilatada y entre nueve y
diez espinas o púas.
Figura 5: Beania mirabilis. Esta imagen se encuentra en el artículo original.
?Vasignyella sp.
Este género es mucho menos numeroso en el
afloramiento de la Formación de la Meseta, encontrándose solamente 3 zooides
independientes, de entre unos 0,8 y 0,9 milímetros de longitud y con morfología
claviforme.
Vasignyella es un género estudiado previamente
y con un amplio registro fósil. Sin
embargo, las muestras encontradas en Seymour Island mostraban bastantes
diferencias con otras localizadas en zonas como Java o Indonesia (Savignyella otophora). Las pocas similitudes
en forma y tamaño y la falta de cámaras y poros hace muy difícil la
identificación del género, y es por eso por lo que se pone un signo de
interrogación antes de éste, ya que esto representa una distribución dudosa de
la muestra, lo que le confiere el carácter de accidental.
Figura 6: Vasignyella sp. Esta imagen se encuentra en el artículo original.
?Malakosaria sp.
Es un género colonial, en el que cada zoario
está compuesto por entre seis y ocho zooides, dispuestas en capas superpuestas orientadas
longitudinalmente. Los zooides tienen morfología claviforme y alargada, con un
incremento de la anchura en la parte media del cuerpo. También son poco numerosos
en el afloramiento y, aunque también se incluye el signo de interrogación previo
del género, Malakosaria parece ser
mucho más fácil de ubicar que Vasignyella,
siendo muy similar a otros briozoos conocidos previamente, Malakosaria sinclairii y Malakosaria atlantica.
Este género se encuentra en una pared de
arenas arcillosas, en las que se encuentran adheridas sus “raíces”. Este taxón
está normalmente asociado a mares muy someros y calmados, lo que da lugar a
grandes colonias de estos briozoos, que fueron originalmente una parte de una
microfauna sésil que habitaba adherida al suelo marino, donde hay una gran
cantidad de sustrato disponible en el que poder incrustarse.
Es más que probable que estas condiciones se
dieran en la zona de La Meseta durante el Eoceno, con un suelo muy arenoso, razón
por la cual se habrían encontrado estos fósiles.
Figura 7: Malakosaria sp. Esta imagen se encuentra en el artículo original.
Y todo esto…¿Por
qué es importante?
El hecho de encontrar fósiles tan diversos en
el continente antártico es más que un hecho anecdótico.
Como ya sabemos, la ordenación de continentes
y océanos en nuestro planeta no ha sido siempre la que conocemos hoy en día. Durante
el Eoceno, la Tierra tenía un aspecto algo distinto al actual.
Figura 8: La Tierra durante el Eoceno.
Las muestras de Beania mirabilis encontradas en Seymour Island se corresponden con
otras encontradas recientemente en Brasil. Que la misma especie se encuentre en
dos puntos tan distintos climatológicamente hablando tiene su explicación a que
durante el Eoceno se produjo lo que conocemos como el máximo térmico del Paleoceno-Eoceno, un fuerte cambio climático por
un aumento de los niveles de Carbono-12 en la atmósfera, convirtiéndose
posteriormente en dióxido de carbono CO2, dando lugar a un efecto
invernadero masivo que provocó un aumento de las temperaturas, produciendo cambios
en la circulación oceánica y atmosférica y el deshielo de todos los glaciares
presentes en el planeta. La temperatura media aumento unos 6º en un período de
tiempo geológico relativamente pequeño. Con el deshielo, disminuyó muy
notablemente el albedo, por lo que los rayos del sol se reflejaban menos, propiciándose
así el aumento de las temperaturas. De esta manera, fue posible la colonización
por parte de Beania de dos puntos de tan distintos actualmente como Brasil y la
Antártida, que es ese momento compartían clima común.
Lo mismo ocurre con las muestras de la
familia de Savignyellidae de Java e Indonesia, dos lugares con climas
totalmente opuestos al de Seymour Island en la actualidad.
En definitiva, encontrar estos fósiles,
supone una prueba más de cómo la Tierra ha ido cambiando a lo largo de toda la
historia geológica, dando una forma distinta a su superficie y produciendo cambios
tan brutales que nos dejan los mismos organismos en zonas con clima tropical en
latitudes cercanas al ecuador y en una zona tan austral como nuestra, ya
querida, Seymour Island.
Otros enlaces de interés
-Para saber más sobre los factores geoquímicos relativos al máximo térmico del Paleoceno-Eoceno.
http://www.spanishprisoner.net/2013/07/el-maximo-termico-del-paleoceno-eoceno.html
Bibliografía
1. HARA, U. 2015. Bryozoan
internal moulds from the La Meseta Formation (Eocene) of Seymour Island,
Antarctic peninsula. Polish Polar
Research, vol. 36, no. 1, pp. 25-49, 2015.
GAZDZICKI, A. and MAJEWSKI, W. 2012. Foraminifera
from the Eocene La Meseta Formation of Isla Marambio (Seymour Island),
Antarctic peninsula. Antarctic Science 24:
401-409.
LAGAAJJ, R. 1968, First Fossil finds of the six
genera of Bryozoa Cheilostomata. Proceedings of the First International
Conference of Bryozoa. Atti della
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Milano 108: 345-360.
MARENSSI, S.A., SANTILLANA, S.N. and RINALDI,
C.A, 1998. Stratigraphy of the La Meseta Formation (Eocene) Marambio
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Casadío (ed.) Paleógeno de América del Sur y de la Península Antártica. Revista Asociación Paleontológica Argentina.
Publicación Especial 5: 137-146.
RAMALHO, L.V., MURICY, G. and TAYLOR, P.D.,
2010. Taxonomy of Beania Johnston,
1840 (Bryozoa, Flustrina) from Arraial do Cabo, Rio de Janeiro State, Brazil. Arquivos do Museu National, Río de Janeiro 66:
499-508.
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