martes, 11 de febrero de 2020

Un cerebro de 2600 años de edad.


El inicio del 2020 nos ha traído un estudio sorprendente que publica estos días la revista científica Journal of the Royal Society Interface (Petzold et al., 2020) acerca de un inusual hallazgo producido 12 años atrás y del que hoy se desprenden nuevas hipótesis que podrían aportarnos una valiosa información paleontológica

Viajamos a la actual York, ciudad situada al nordeste de Inglaterra donde se hallaba oculto el cráneo de un hombre que murió hace casi 2600 años. Todavía no se conocen con exactitud las razones de su fallecimiento, aunque se cree que el hombre sufrió un golpe en la cabeza o fue ahorcado y luego decapitado. Sin embargo, lo que sí se sabe con certeza es que la cabeza fue rápidamente enterrada en un terreno arcilloso.

"La cabeza fue rápidamente enterrada 
en un terreno arcilloso"

"Se acabaría convirtiendo en una pieza
sorprendentemente bien conservada"
Todo comenzó el verano de 2008, momento en el que la arqueóloga Rachel Cubitt, empleada del York Archaeological Trust, notó algo peculiar en medio de un procedimiento de limpieza de rutina en las excavaciones del área de Heslington. Se trataba de un cráneo humano cubierto de barro que encerraba en su interior una masa esponjosa que se acabaría convirtiendo en una pieza sorprendentemente bien conservada de un cerebro de 2.600 años de antigüedad.




Rachel Cubitt examinando el cerebro de Heslington.

El cráneo pertenecía a la Edad del Hierro y es uno de los más antiguos encontrados en el Reino Unido (673-482 a.C.). Constituye una pieza de alto valor paleontológico, pues el tejido cerebral, que normalmente se pudre rápidamente tras la muerte, había sobrevivido durante milenios conservando y manteniendo características como pliegues y surcos (abajo). Es por ello por lo que durante la década siguiente los análisis arrojaban más preguntas que respuestas sobre el órgano hallado.


Constituye una pieza única al conservar características como los
pliegues y los surcos. 
Imagen publicada en la nota de prensa periodística 
sobre el estudio en la revista Science (Pérez Ortega, 2020).


En estos días, los científicos barajan varias hipótesis que podrían explicar la razón en la que radica el alto grado de conservación del elemento registrado


La primera hipótesis establece que la preservación original del fósil se reduce a algunas peculiaridades moleculares arquitectónicas. Examinando el tejido cerebral a través del uso de técnicas moleculares, se ha revelado la existencia de dos proteínas estructurales que están más agregadas y apretadas si lo comparamos con la estructura del cerebro moderno. Estas proteínas agregadas, que actúan como los "esqueletos" de las neuronas y los astrocitos, son más estables que las de los cerebros actuales, por lo que quizá fueron la base que ayudó a mantener la integridad y estructura del tejido blando durante milenios.


Los tejidos blandos son frágiles. En medios aerobios son destruidos por
oxidación, pero en medios anaerobios pueden enriquecerse en carbono.


En condiciones normales, la muerte frena y detiene los procesos celulares marcando el comienzo de la descomposición de los tejidos. Los órganos grasos y esponjosos como el cerebro, que contienen aproximadamente el 75% de agua, se encuentran entre los primeros en desaparecer. "La preservación de las proteínas del cerebro humano a temperatura ambiente no debería ser posible durante milenios", escriben los investigadores dirigidos por el Dr. Axel Petzold del Instituto de Neurología Queen Square de la Universidad de Londres en el estudio. Por ello los científicos valoran la posibilidad de que quizá la filtración de un preservativo químico natural en el cráneo sea la causa que haya detenido la descomposición de estas proteínas estructurales.




Dr. Axel Petzold del Instituto de Neurología Queen Square
de la Universidad de Londres.

Por otra parte, se cree que la conservación de la pieza paleontológica está ligada a la presencia de una posible enfermedad cerebral en el individuo, pues las proteínas agregadas son un sello distintivo del envejecimiento y de trastornos cerebrales como el Alzheimer y la demencia. Sin embargo, el equipo todavía no ha podido confirmar esta presunción que sigue en estudio.  

"Las proteínas agregadas son un sello distintivo del envejecimiento
y de trastornos cerebrales como el Alzheimer y la demencia."


El Dr. Axel Petzold defiende que: "la forma de la muerte de este individuo, o el entierro posterior, puede haber permitido la preservación a largo plazo del cerebro", siendo esta la última hipótesis planteada. Es por ello, por lo que los científicos sospechan que el hombre murió después de ser golpeado en la cabeza, provocando la salida de un líquido ácido que se filtró en el cerebro facilitando su preservación.


Me resulta sorprendente comprobar que un órgano tan frágil como es el cerebro haya podido perdurar durante tanto tiempo sin sufrir deterioros significativos. Por eso, comparto el interés suscitado por la comunidad científica en esclarecer los motivos que han permitido la conservación de este fósil que, sin duda, aportará nuevos y valiosos conocimientos en el campo actual de la paleontología.

Espero que con mi granito de arena hayáis podido profundizar y aprender un poco más acerca de los grandes misterios que un fósil puede llegar a entrañar. ¡Nos vemos pronto!









Referencias bibliográficas:


Estudio de Journal of the Royal Society Interface:

Petzold, A., Lu, C., Groves, M., Gobom, J., Zetterberg, H., Shaw, G. & O'Connor, S. 2020. Protein aggregate formation permits millennium-old brain preservation.  Journal of the Royal Society Interface, 17, 162.



Nota de prensa periodística sobre el estudio en la revista Science:
Pérez Ortega, R. 2020. How a chunk of human brain survived intact for 2600 years. Science, 367, 6474.



Webgrafía:

BBC:
BBC. 2020. Newsround: CBBC Newsround. [web de Internet]. Disponible en:
<https://www.bbc.co.uk/newsround/51032480>  [con acceso el 8-1-2020].



Fox News:
Fox News. 2020. Science. [web de Internet]. Disponible en:<https://www.foxnews.com/science/heslington-brain-resisted-rotting-why>  [con acceso el 9-1-2020].



Smithsonian Magazine:
Smithsonian Magazine. 2020. SmartNews: Science. [web de Internet]. Disponible en:





1 comentario:

Manuel Hernández Fernández dijo...

En realidad el artículo original es el publicado en "J. Royal Soc. Interface". El de "Science" no es más que una nota de prensa periodística.

Las referencias están muy bien formateadas, ¡enhorabuena!