miércoles, 5 de febrero de 2020

El Escorpión Más Antiguo.

Recientemente, se publicó en un artículo científico bastante interesante: "A Silurian ancestral scorpion with fossilised internal anatomy illustrating a pathway to arachnid terrestrialisation", sobre la investigación de Wendruff A.J. acerca del descubrimiento de una nueva especie extinta de arácnido gracias al minucioso estudio de unos fósiles.

Fósiles encontrados en el archivo.
En realidad, estos fósiles fueron encontrados en 1980 cerca de Waukesha (Wisconsin), pero sin saber muy bien lo que eran, ni haberle dado la importancia que merecían, fueron archivados y guardados en el Museo de Geología de la Universidad de Wisconsin.
No fue hasta muchos años después, en 2016, cuando Andrew Wendruff (paleontólogo de la Universidad de Otterbein) y su equipo de investigación, comenzaron a revisar toda la colección, en la que abundaban fósiles de gusanos y artrópodos. Entonces, salieron a la luz, después de varias décadas en la oscuridad, estos fósiles de escorpión.

Aunque el registro fósil de los escorpiones es reducido, se ha conseguido demostrar que fueron de los primeros animales en convertirse plenamente terrestres, lo que se conoce como la salida de las aguas. El fósil del artículo destaca por su excepcional grado de conservación (pese a haber vivido en el Paleozoico), ya que parte de sus sistemas circulatorio, digestivo y respiratorio se conservan, y son casi idénticos a los de los escorpiones actuales, al igual que su morfología (alguna variación en el número de placas en el tórax).

Los tórax de escorpiones actuales se utilizaron para entender mejor la morfología interna de los fósiles.

Fotografía por Christian Wirkner y Andrew Wendruff.
Wendruff y su equipo plantean una hipótesis, en la que el escorpión vivía en el agua pero se adentraba eventualmente a la tierra para conseguir presas (otros arácnidos, milpies, insectos primitivos...) o a desovar. Además, por la antigüedad del fósil, actualmente se coloca como antecesor común de todas las especies de escorpiones, con el nombre de Prioscorpio venator.

Reconstrucción de Prisocorpio venator.

Personalmente, me parece de admirar la labor de estos científicos, que consiguen, de un pequeño fósil, obtener una gran cantidad de información y abrir un enorme abanico de nuevas posibilidades que cada vez nos aclara más la historia de la vida y la evolución.


Artículo: Wendruff, A.J. et al. 2020 "A Silurian ancestral scorpion with fossilised internal anatomy illustrating a pathway to arachnid terrestrialisation". Scientific Reports, 10:14. DOI: 10.1038/s41598-019-56010-z


3 comentarios:

Simran dijo...

Muy interesante e informativo.

Raquel García Pérez dijo...

Es sorprendente comprobar cómo nuestro paso por la vida va dejando esas pequeñas evidencias casi inadvertidas, pero tan útiles, para entender y conocer cómo se desarrolló la vida en otro lugar o en otra época. El caso del Prioscorpio venator es un claro ejemplo de ello.

Lo más destacable a mi parecer de este descubrimiento, es el alto grado de conservación que presenta el fósil, pues, de haberse ubicado en un entorno distinto, podría haberse visto expuesto a múltiples factores de deterioro que hubieran limitado la valiosa información desprendida de este hallazgo.

En mi opinión, el presente elemento registrado cuenta con un valor paleontológico incalculable, por lo que se debería preservar para proteger su continuidad en el tiempo y facilitar así, el conocimiento que aporta a generaciones futuras.

Manuel Hernández Fernández dijo...

Amín, básicamente nos has transcrito una nota de prensa que se ha publicado en "Science"... Sí, algunas revistas científicas también hacen periodismo sobre artículos científicos publicados en otras revistas científicas (un poco de autobombo cruzado nunca viene mal, jejeje).
El artículo original del que deberías haber hablado (porque no lo mencionas por ningún lado) era:
Wendruff, A.J. et al. 2020 A Silurian ancestral scorpion with fossilised internal anatomy illustrating a pathway to arachnid terrestrialisation. Scientific Reports, 10:14 DOI: 10.1038/s41598-019-56010-z

Los enlaces están bien elegidos e integrados en el texto (pero ya sobrarían abajo) y las etiquetas también (pero son pocas).