El origen de la
especie humana
Tras varios
descubrimientos paleontológicos en la cueva de Denisova, al sur de Siberia
(Rusia), se establecen correlaciones tanto genéticas como geográficas entre
cuatro especies de humanos, las cuales se conocen Homo sapiens y Homo
neanderthalensis, la tercera se ha bautizado con el mismo nombre
que la cueva, y la cuarta aún está por descubrir.
Desde que este lugar
fue descubierto, se ha demostrado que fue un lugar muy popular para vivir, ya
que se han encontrado restos de las dos especies ya reconocidas, y a partir del
hueso de un dedo de una mujer de hace 40.000 años se ha podido secuenciar el genoma completo de
la especie bautizada con el nombre de la cueva.
Después de estos hechos,
la imagen de la evolución del homínido en fila india, en la cual cada vez anda
más erguido y tiene menos vello, se aleja más y más de la realidad.
Fuente:
CC
Restos óseos, análisis de ADN y
diversas excavaciones revelan que las cuatro especies mencionadas no sólo
habitaron en el mismo espacio geográfico, sino que tuvieron descendencia común,
haciendo así más complicado conocer el origen de nuestra especie.
Las asociaciones entre estas
especies han sido realizadas debido al descubrimiento en 2010 de la falange del
pie de una mujer de neandertal del cuarto o quinto dedo del pie de hace
aproximadamente unos 40.000 años en la cueva de Denisova (Siberia, Rusia).
Posteriormente, estos restos,
gracias al ADN, se demostró que provenía de una unión sanguínea, provocada por
la endogamia, lo cual era muy común entre la especie de los neandertales y de
los denisovanos, debido a que sus poblaciones eran muy pequeñas.
Al comparar esta secuencia de ADN
con otra de un neandertal de la cercana región del Cáucaso y con otros 25
humanos modernos, se ha descubierto una serie de huellas genéticas que indican
que ha habido entrecruzamiento de estas especies. Los resultados, además,
indican también que los neandertales están emparentados con los denisovanos ya
que compartieron un ancestro común hace 450.000 años. Este ancestro se separó
del linaje de los humanos modernos 550.000 y 765.000 años atrás.
Estos cruces entre ambas especies
dan lugar al legado genético de los humanos modernos, además los autores del
artículo estudiado coinciden en que entre un 1,5 y un 2,1% del genoma de los
humanos no africanos actuales es de origen neandertal (Prüfer,
K. ,2013).
Por otro lado, los denisovanos
han dejado su huella en el 6% de los aborígenes australianos, papuanos y
melanesios, a su vez, el 0,5% del genoma de esta especie proviene de los
neandertales, en el que se incluyen genes con la inmunidad y la función del
esperma.
Además de los entrecruzamientos
que ya se conocen, se encuentran otros muchos que aún no, y de éstos, un
pequeño porcentaje de genoma de los denisovanos proviene de otra especie de la
cual se separó hace un millón de años.
Esta cuarta especie encontrada y
no identificada, podría corresponderse con Homo
erectus, la cual se ha dispersado desde África hace 1,8 millones de años,
pero las ramas asiática y africana se han separado hace sólo un millón de años.
(Prüfer,
K. ,2013)
La época en la que se sucedieron
estos cruces de especies se datan entre hace 12.000 y 126.000 años, además de
que sapiens y neandertal convivieron durante 30.000 años.
Concluyendo, no hay conocimiento
de que exista un gen que explique las características únicas de los humanos,
pero sí hay unos 87 genes que diferencian a Homo
sapiens de los neandertales y de los denisovanos.
Bibliografía
Prüfer,
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(2013). Los humanos éramos cuatro
especies que se aparearon entre sí. Paleo Revista Argentina de Paleontología 97
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