domingo, 31 de agosto de 2014

Fósiles a través de rayos-x y de la radiación de neutrones.

Introducción:

De los fósiles de plantas que disponemos, algunos de los mejores conservados son estructuras 3D dentro de nódulos de carbonato (Scott and Rex, 1985).

Debido a que las técnicas convencionales para llegar a la reconstrucción del resto fósil, llevan implícitas en muchas ocasiones un proceso destructivo, ha sido necesaria la búsqueda de otros métodos como son las imágenes radiológicas, son aplicables en algunos casos y no dañan la muestra. Estas técnicas nos permiten investigar el interior de la estructura y nos muestran fósiles escondidos en  concreciones (Smith et al., 2009;
Sutton, 2008). Las concreciones son la acumulación en el seno de una roca de sustancias transportadas en disolución por el agua que posteriormente se endurecen.

Las imágenes radiológicas se basan en el principio de atenuación (reducción de la intensidad debido a la absorción) al penetrar un haz de radiación (como pueden ser los rayos-x o la radiación de neutrones) a través de una muestra. Al incidir el haz sobre la muestra obtenemos diferenciados los distintos materiales del receptor (muestra), en función de la absorción que recoge cada material. Hay dos problemas principales a la hora de interpretar la imagen radiológica: la resolución espacial (es decir, la más pequeña estructura detectable física) y el contraste (es decir, la más pequeña diferencia detectable en la atenuación).

Cada tipo de radiación, (rayos-x y radiación de neutrones) tienen sus ventajas e inconvenientes, a continuación  se muestran las cualidades de una frente a la otra:
- La radiación de rayos-x está más extendida y por lo tanto es más accesible, encontramos tanto instrumentos de pequeña escala para su uso en laboratorios, como instalaciones a gran escala. Mientras que las instalaciones de neutrones  requieren una energía que solo puede ser proporcionada por instalaciones a gran escala.
- Los rayos-x pueden lograr un mayor espacio de resolución (para tamaños de muestra de 1 cm), pero no puede penetrar fácilmente en muestras grandes, mientras que los neutrones en general, lograr una mayor penetración pero con menor resolución espacial.
- Por otra parte, las radiografías y los neutrones son sensibles a diferentes tipos de material: los rayos-x son altamente sensibles a los metales pesados ​​(por ejemplo: plomo), pero insensible al hidrógeno, mientras que los neutrones son muy sensibles al hidrógeno pero insensible a muchos metales.
Por estos motivos se deben considerar ambas técnicas como complementarias.

En este trabajo que estoy analizando se presentan nuevos resultados de la utilización de neutrones y la tomografía de rayos x (concepto que será explicado más adelante) para una imagen tridimensional conservada en plantas fósiles de la Antártida (Carpenter, 2007). El fósil (una rama y hojas de una antigua conífera Araucaria) se encajona en un nódulo de carbonato y nunca ha sido estudiado detalladamente debido a la las dificultades para visualizar todo el fósil sin dañarlo.


Materiales y métodos

El fósil de la planta utilizado  en este estudio fue sacado de una gran colección obtenida en la isla de Seymour (fig. 1), en la parte oriental de la Península Antártica. Los fósiles datan de hace 50 millones de años, cuando el clima global era mucho más cálido y la Antártida, a pesar de que estaba situada sobre el Polo Sur, se encontraba libre de hielo y cubierta de bosques (Cantrill et al., 2005; Hayes et al., 2006; Francis et al., 2008). 
La región de la Península Antártica en la que se realizó el estudio fue un boscoso arco volcánico activo, que se encontraba aproximadamente a la misma latitud que en la actualidad (Francis et al., 2008).

Los estratos que contenían estos fósiles pertenecen a 700 metros de espesor de La Formación la Meseta de finales del periodo más temprano del Eoceno (Marenssi et al., 1998, 2006). Se formaron a partir de los sedimentos erosionados por ríos y corrientes en el arco volcánico, que más tarde fueron depositados en un medio marino somero.

Además de restos vegetales también se encontraron restos animales, todos estos restos fueron enterrados en el sedimento cargado de aguas carbonatadas, esto junto con el paso del tiempo llevo a la cristalización de concreciones de carbonato (Francis et al., 2008).

Estos nódulos de carbonato son de forma irregular y van desde unos pocos centímetros a decenas de estos de diámetro. Están compuestos por granos de cuarzo y limos y por clastos de origen volcánico dentro de una matriz de carbonato de grano fino. Las plantas fósiles se conservan como ramas en tres dimensiones con hojas, hojas aisladas y madera permineralizada dentro de la concreción de la matriz. A menudo, sólo una parte de una rama es visible en el exterior de la concreción, el resto se encuentra escondido en el medio.                                                                                      
Algunos nódulos fueron seccionados en finas laminas para ser analizados mediante el microscopio y poder estudiar la anatomía de la madera y de las hojas. Estos análisis indicaron que la mayor parte del material fósil es Araucaria o similares. La madera ha sido identificado como Araucarioxylon, una género fósil con características similares a la madera de araucano actual.

Método experimental:

Como se explica al principio del trabajo una radiografía detecta de las variaciones espaciales en la intensidad de luz que recoge la muestra al hacer incidir sobre ella un haz de radiación. Gracias a esto podemos obtener una imagen de sombras en dos dimensiones en la que se nos muestra un perfil del objeto en una escala de grises.

Un área de alta atenuación podría deberse a que el objeto es más grueso en esa zona determinada y por lo tanto se produce más absorción, a que ese área está compuesta por materiales altamente absorbentes o a una combinación de estos dos motivos. No se puede saber el motivo a partir de una sola imagen radiográfica. Sin embargo, mediante la grabación de imágenes desde diferentes ángulos nos permite reconstruir una imagen en 3-D de la muestra, a esta técnica se le llama tomografía computarizada (TC). Mediante la tomografía se aprecia cualquier diferencia de espesor, de forma que las escalas de grises obtenidas en la imagen tomográfica resultante pueden estar directamente relacionadas con la atenuación. Por lo tanto las áreas más oscuras y las más claras corresponden a regiones de menos y mayor atenuación respectivamente.

Comúnmente se utiliza una técnica para estudiar los fósiles en 3D dentro de los nódulos de carbonato que consiste en cortar la muestra en secciones y utilizar láminas delgadas o impresiones de acetato para resaltar la estructura de la planta en cada lámina. Después las imágenes se reensamblan utilizando técnicas de ordenador para reconstruir toda la planta. Pero está técnica resulta altamente dañina para el fósil, hasta tal punto que puede llegar a destruirlo. Por eso, en este estudio se muestran los resultados mediante radiación de neutrones y la tomografía de rayos-x que nos permiten visualizar la planta fósil en su totalidad sin dañarla.

Resultados y discusión

En el nódulo de carbonato no es visible exteriormente la rama fósil objeto del estudio (fig. 1.1), pero mediante la reconstrucción de la tomografía computarizada se revela la posición interna y la forma del material fosilizado (fig. 1.2). Es visible el tallo principal, del que se conservan aproximadamente 8 cm, con hojas curvadas que se proyectan desde el tallo en una espiral ascendente.

FIG. 1: 1, fotografía de una muestra de plantas fósiles dentro del nódulo de carbonato. Los objetos de color marrón pálido son material de la cáscara fósil; 2, reconstrucción 3D de los datos de neutrones, que muestran la posición de la rama fósil dentro del nódulo.
Fuente: Dawson et al, 2014.

Si comparamos las imágenes tomográficas obtenidas a partir de rayos-x y neutrones se observa el resultado de imágenes similares a partir del uso de las dos técnicas.
En estas imágenes se muestra que gran parte del fósil tiene propiedades de atenuación muy similares a las del aire que rodea la roca matriz (tanto el aire como las formas fósiles son de color negro, fig. 2), esto nos indica que el 'fósil' es en realidad hueco y que apenas hay preservación de la anatomía interna en 3D. Las partes del fósil que se conservan son las paredes del tallo leñoso, la  cutícula de la hoja y pequeñas estructuras circulares contenidas dentro de varias hojas.
En los datos de neutrones aparecen pequeñas zonas de alta atenuación (que se muestran en color blanco (Fig. 2.1)). En los datos de rayos-x (Fig. 2.3, se indica con flechas) estas mismas regiones son indistinguibles. Probablemente la explicación es que estas regiones contienen material remanente hidrogenado, elemento al que los neutrones son altamente sensibles.


FIG. 2:  Cortes tomográficos reconstruidas de una rama fósil. 1, imagen transversal obtenidas con neutrones; 3 imagen transversal de rayos-x. Las flechas indican la presencia de material orgánico conservada (zonas blancas) en las hojas fósiles.
Fuente: Dawson et al, 2014


Ya se ha mencionado que los tanto los rayos-x como los neutrones tienen distintas propiedades y por lo tanto distintas ventajas e inconvenientes, pero en este análisis resulta favorable el uso de neutrones frente a los rayos-x por los siguientes motivos:
1) los neutrones son sensibles al hidrógeno y por tanto son capaces de detectar pequeñas cantidades de sustancias con hidrógeno remanente;
2) las imágenes de rayos-x son artificialmente más brillantes en los bordes y más oscuras hacia el centro, resultado de que la muestra es demasiado gruesa para ser suficientemente penetrada por los rayos-x
 3) las imágenes de rayos-x son granuladas, causado por la escasa penetración de los rayos-x que dan lugar a informaciones poco concluyentes.
Como consecuencia de estos puntos, las imágenes de neutrones son mucho más nítidas en todos los bordes y las estructuras dentro de la matriz de la roca se puede discernir claramente (Fig. 2).



FIG. 3: Reconstrucción tomográfica de neutrones de la planta fósil. 1, la representación en 3D, que muestra hojas unidas a una rama dentro de la matriz de la roca; 2, ampliación de las estructuras.                                                                          
Fuente: Dawson et al, 2014


Conclusiones:

Se ha estudiado una rama fósil de araucano procedente de la Antártida mediante tomografía de neutrones y de rayos-x. Las características importantes de la imágenes resultantes son: el fósil se conserva en su forma original en 3D; la mayoría del fósil es hueco, siendo la principal excepción las paredes del tallo leñoso; y las áreas de algunas hojas se muestra más brillantes (atenuación más alta) en los datos de neutrones pero no en en los de rayos-x. El último punto sugiere la presencia de material hidrogenado dentro del fósil;

Neutrones y  rayos-x son herramientas de diagnóstico no destructivas con una amplia gama de aplicaciones, incluyendo la paleontología.

En este caso, aunque ambos métodos fueron capaces de mostrar la forma general del fósil, los datos producidos por los neutrones eran más concluyentes, en gran parte debido a su una mayor penetración a través del material y su sensibilidad al hidrógeno.


Bibliografía:

-  DAUSON,  M. , FRANCIS, J.  AND  CARPENTER, R. 2014. New views of plant fossils from Antarctica: a comparison of x-ray and neutron imaging techniques. Journal of Paleontology, 88(4): 702–707.

- CANTRILL, D. J. AND I. POOLE. 2005. A new Eocene Araucaria from Seymour Island, Antarctica: evidence from growth form and bark morphology. Alcheringa, 29:341–350.

- CARPENTER, R. S. 2007. Palaeoenvironmental and climatic significance of an Araucaria-dominated Eocene flora from Seymour Island, Antarctica. Unpublished Ph.D. thesis, University of Leeds, U.K.

- FRANCIS, J. E., A. ASHWORTH, D. J. CANTRILL, J. A. CRAME, J. HOWE, R.STEPHENS, A.-M. TOSOLINI, AND V. THORN. 2008. 100 million years of Antarctic climate evolution: evidence from fossil plants, p. 19–27. In A. K.

- HAYES, P. A., J. E. FRANCIS, D. J. CANTRILL, AND J. A. CRAME. 2006. Palaeoclimatic analysis of late Cretaceous angiosperm leaf floras, James Ross Island, Antarctica, p. 49–62. In J. E. Francis, D. Pirrie, J. A. Crame (eds.), Cretaceous–Tertiary high-latitude palaeoenvironments, James Ross Basin, Antarctica. Geological Society of London Special Publication 258. HILGER, A., N. KARDJILOV, M. STROBL, W. TREIMER, AND J. BANHART. 2006. The new cold neutron radiography and tomography instrument CONRAD at HMI Berlin. Physica B: Condensed Matter, 385:1,213–1,215.

-MARENSSI, S. A. 2006. Eustatically controlled sedimentation recorded by Eocene strata of the James Ross Basin, Antarctica, p. 125–133. In J. E. Francis, D. Pirrie, J. A. Crame (eds.), Cretaceous–Tertiary High-Latitude Palaeoenvironments, James Ross Basin, Antarctica. Geological Society of  London Special Publication 258.

- SCOTT, A. C. AND G. REX. 1985. The formation and significance of carboniferous coal balls. Philosophical Transactions of the Royal Society of London B, 311:123–137.

- SMITH, S. Y., M. E. COLLINSON, P. J. RUDALL, D. A. SIMPSON, F. MARONE, M.STAMPANONI. 2009. Virtual taphonomy using synchrotron tomographic microscopy reveals cryptic features and internal structure of modern and fossil plants. Proceedings of the National Academy of Sciences, 106(29): 12,013–12,018.


- SUTTON, M. D. 2008. Tomographic techniques for the study of exceptionally preserved fossils. Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, 275.1643:1,587–1,593.

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