lunes, 6 de mayo de 2019

Hasta siempre, compañero

Si la saga de Los Vengadores debía a llegar a su fin tristemente mis entradas llenas de microscópicos amigos también debían hacerlo. Sé que es duro, pero ha llegado la hora de decir un micro adiós a mi aportación marina a este blog...
Aún así, me gustaría hacer una pequeña inmersión para recordar a las estrellas de mis entradas que tanto se esmeran por ayudarnos en gran cantidad de aspectos en nuestra investigación del planeta.

Recordemos entonces que nuestra primera parada fue el Mar Negro, para ser más exactos el delta del Danubio. Allí nos encontramos con los foraminíferos y no pudimos evitar sentir curiosidad y preguntarnos... pero... ¿qué narices hacen los foraminíferos? Y descubrimos que estos pequeños seres vivos de concha de carbonato cálcico aportan ambientes de hipoxia y eutrofización y que son preciosos a microscopio. 

Siguiendo el viaje nos fuimos hasta el Atlántico Norte y sus diversas zonas. Era obvio que podíamos ver en esta parada porque... y en aguas frías, las diatomeas. Estas algas unicelulares amantes de bajas temperaturas llegaron dispuestas a demostrarnos su relación con la banquisa y la temperatura de la superficie marina, y también a enamorarnos con sus preciosas formas.

Y la última estación a la que nos llevó esta aventura fue Japón, donde pudimos apreciar la helada relación entre el mar de Japón y los cocolitóforos. Vimos como los anfitriones microscópicos estaban afectados por los cambios glacioeustáticos y la corriente de Tsushima y como, a su vez, estos cocolitóforos variaban en los diferentes estadíos de los MIS. Y por si eso no era suficiente, se ganaron nuestros corazones con sus perfectas formas circulares.


Viéndolo así es un viaje variado con tres diferentes protagonistas que nos relatan su propia historia, pero estos pequeños personajes no son independientes y nuestro recorrido no ha sido aleatorio y sin sentido. Todo esto nos ha hecho (espero) aprender sobre como nuestros actos afectan al planeta que habitamos y a todos los seres vivos que también se hallan aquí. Tenemos que dejar de ser egoístas y aprender a ver como nuestras decisiones traen consecuencias incluso a seres tan pequeños como los son los foraminíferos, las diatomeas o los cocolitóforos. Sólo tenemos una Tierra y si no aprendemos a ver la realidad que se avecina llegará un punto donde no podremos dar marcha atrás. Sí, todos los artículos tratados en este tiempo que he ido publicando las entradas estaban enfocados a aprender del pasado con fósiles y muestras pero este pasado nos ayuda para ver el futuro, que ahora mismo se nos augura negro.

Cortando un poco la seriedad, comienzo a despedirme de verdad (sin matar a nadie, tranquilos, no soy Thanos) diciendo que ha sido sorprendentemente entretenido tomar parte en el blog pero, a la vez, duro comprobar que incluso realizar entradas tan simples requiere horas (muchas horas) de esfuerzo y análisis de artículos. Espero que mi aportación haya resultado interesante y que los lectores hayan conseguido aprender todo lo que he buscado mostrar.

Por si no nos volvemos a ver: buenos días, buenas tardes y buenas noches.



Supongo que esto es una despedida.

Esto es una despedida.  Si, así es. Esta es mi última entrada del blog, en la que me gustaría que reflexionáramos sobre las anteriores entradas realizadas, y, por último, explicar por qué he decidido hablar de esos temas.

En mi primera entrada, El Rey de la Antártida, hablamos de un nuevo fósil hallado en la Antártida cuya especie se ha denominado Antarctanax shackletoni, un arcosaurio que demuestra que en tiempos pasados, concretamente entre el Pérmico y  el Triásico, este continente con casquetes glaciares actualmente (que van disminuyendo) estuvo cubierto de extensos bosques y climas tropicales. 
Este descubrimiento permite conocer mejor las características paleogeológicas de esta época, y la diversificación de los amniotas basales.


En la entrada Un paso más cerca de la verdad decidí hablar de un tema que está más relacionado con nuestro linaje e incluso con uno de los yacimientos más relevantes de la Península Ibérica, Atapuerca. Debido a las distintas hipótesis de la posición en el árbol filogenético del Homo antecessor , el estudio publicado en la revista Journal of Human Evolution en el que participó uno de los paleontólogos implicados en el descubrimiento de esta especie en 1995, ayuda a aclarar su relación con los distintas especies del género Homo. Aunque presenta características comunes con las especies más arcaicas, tras el análisis a partir de distintos  métodos sobre  esmalte y la dentina de 14 dientes de Homo antecessor hallados en el yacimiento de la Gran Dolina, se refuerza la hipótesis de que podría ser el antecesor común de Homo sapiens, Homo neanderthalensis y los Denisovanos.



El 7 de Abril de 2019 subí mi tercera entrada,  Viaje al centro del Pacífico. El descubrimiento del fósil de una nueva especie de cetartiodáctilo en Perú,  a la que se denominó Peregocetus pacificus, supone el hallazgo de uno de los pocos fósiles de los antecesores de las ballenas actuales (misticetos) en Sudamérica . Esta especie aún tenía características que les permitían andar en los medios terrestres, pero otras característica como falanges alargados que indican la presencia de adaptaciones anatómicas a una natación activa. 
Este hallazgo supone un cambio de pensamiento y empezar a plantearse que desde África llegaron los antecesores de los misticetos antes a Sudamérica, y no a Norteamérica como se pensaba. 

¿Por qué estos temas? Elegí estos temas ya que suponen un ejemplo de cómo la paleontología y el estudio de las filogenias están en continua discusión debido a que todos los días se producen descubrimientos de nuevas especies que pueden cambiar todos las teorías y pensamientos hasta el momento. Además, se puede observar como este tipo de investigaciones están limitadas a la existencia de fósiles de eslabones que pueden que no existan o, tal vez, siguen escondidas y se necesita más esfuerzo y realizar el estudio en el lugar indicado para encontrarlo.

 Ha sido un placer participar en este blog, pero ya es hora de despedirse.

3, 2, 1… ¡Se acabó!


Bienvenidos de nuevo al lugar donde, en repetidas ocasiones, el objetivo ha sido expandir tanto el conocimiento como la sed de éste (además de satisfacer al mismo tiempo esta última). Desde febrero, hemos emprendido un viaje por el mundo reptil, visitando especies de distintos periodos del tiempo geológico.  Como en cualquier viaje, el final del trayecto es inevitable. De este modo, (-todo muy melancólico, recordando los momentos compartidos con la ciencia y la Paleontología-), concluyo mi participación en el blog de Paleontología y Evolución en la UCM de la mano de las -ya conocidas- especies reptiles.



Reptilia. Esta es la palabra que utilizaría como enlace entre mis tres entradas anteriores. Este reino animal siempre me ha llamado la atención, y ha ido creciendo mi curiosidad al verlo desde una perspectiva paleoecológica.

En ¿Hay un nuevo miembro en la familia?, siendo esta mi primera entrada, hablé de Barrosasuchus neuquenianus, un reptil “crocodyliforme” prehistórico de dos metros de longitud que habitó la actual Argentina al final del periodo Cretácico.  Se conocían ya especies de su género, pero antes del hallazgo del Dr. Rodolfo Coria (CONICET), ésta todavía era "inexistente" (por desconocimiento) para nosotros. El hecho que me impulsó a comentar el artículo en cuestión fue el ser un poco más consciente de la inmensidad que constituyen los organismos en la Tierra. Y no solo en la actualidad, sino también en el tiempo geológico anterior al que nosotros habitamos. Son miles las especies que viven y vivieron ya catalogadas, pero son millones -por estimación- las que todavía no han sido descubiertas.



En mi segunda entrada, Dedescubrimiento en descubrimiento, siguiendo la línea de la anterior, comenté una especie diferenciada de otras que forman parte de un género ya descrito. Esta especie, Ophisaurus manchenioi, habitó el planeta durante el Pleistoceno y es conocida como un lagarto desarticulado de 40 centímetros de longitud. De nuevo, gracias a este hallazgo, podía ver cómo especies inimaginables -desconocidas- habían formado parte del entorno por el que caminamos actualmente. (Es leer estos artículos y querer ponerme a investigar de ipso facto.)



La siguiente publicación rompió parcialmente la línea que iba siguiendo a la hora de escoger un artículo que comentar, pues en esta no traté el descubrimiento de una especie antes desconocida. En mi tercera publicación, Una mandíbula: nuevas perspectivas, hablé de Moradisaurus grandis, un reptil actualmente extinto que habitó la Tierra durante el periodo Pérmico. Me resultó de gran interés como el descubrimiento de un fragmento de un fósil (siendo en este caso la mandíbula) puede cambiar completamente la visión y la idea que se tenía de la especie a la que pertenece dicho fósil.



Han sido muchas las especies descubiertas y son muchas las pendientes por descubrir. La investigación científica continúa cada día, haciendo que cada hallazgo nos sitúe más cerca de un conocimiento mayor. Sin embargo, ¿conseguiremos algún día conocer la totalidad de las especies? Dejaremos que sea el tiempo quien nos lo revele ;)

Para poner punto final a esta publicación de recuerdos y miradas al pasado, me gustaría agradeceros vuestra compañía en este viaje y el tiempo dedicado en la lectura de las entradas. Espero que estas hayan cumplido con su objetivo y hayan sido de vuestro agrado.

¡Hasta pronto, queridos lectores!



¡Hasta la vista, paleobotanista!


Bienvenidos una vez más a una nueva entrada de este blog, la que será, lamentablemente, la última que yo vaya a escribir aquí.

Para empezar este final, voy a comentar la unión de las tres entradas, que posiblemente sea bastante complicado encontrarla: la paleobotánica. Me incliné por la vida vegetal ya que siempre se relaciona paleontología con animales y hay que parar. Aunque las plantas no tengan sentimientos, ellas también merecen ser reconocidas.

El mayor problema que me he encontrado ha sido quizá la falta de diversidad de artículos donde buscar, ya que aunque sí es cierto que no faltaban, muchas veces iba descartando hasta quedarme con ninguno (olvidemos ya encontrarlos en castellano). Otro punto en mi contra fue el enterarme  cuando estaba haciendo la última entrada de lo del convenio que tenemos con diversas revistas por ser estudiantes de la UCM. (No os imagináis la cantidad de artículos que me llamaron la atención y dejé pasar por no poder –saber- acceder a ellos)

En mi primera entrada, Un bosque… ¿fósil?, hablé sobre un conjunto de maderas fósiles que se pueden encontrar en Ocú, un pueblecito de Panamá. Me llamó bastante la atención al ver las imágenes de cómo usaban estas maderas para la decoración, tanto en fachadas como simulando estatuas. Además, nunca se me habría ocurrido que se podían conservar esos grandes fragmentos de árboles durante millones y millones de años; por lo que me pareció una buena primera entrada.






La segunda entrada fue Vista atrás a la vegetación mediterránea, donde descubrí la palinología (como se explica en ella, el estudio de polen y esporas). Podemos leer cómo a principios del Holoceno la mayoría de especies eran angiospermas y cómo se va extendiendo el género Quercus a medida que aumenta la aridez.




Finalmente, como última entrada traje Nuevo fósil de hoja del Cretácico superior. A decir verdad, busqué un artículo que hablara de fósiles de hoja adrede ya que me apetecía ver las distintas imágenes de los dichos fósiles, porque desde mi parte más subjetiva, me parece increíble que se pueda conservar tan bien una estructura tan “frágil”. Todavía me gustó más cuando vi que el fósil se trataba de una nueva especie y contaban cómo y por qué la habían llamado Mascogohyllum elizondoa. Además, me gustan mucho las flores y puse muchas fotos según iba redactando ❤️ . Por lo que esta última entrada la disfruté en particular.





Ya por último dar muchas gracias a todos y todas que me habéis leído. Espero que hayáis aprendido un poquito así como yo también lo he hecho, y que os hayáis hecho más amigos de las plantas, que son muy majas
Y ahora sí que sí, llegó la despedida, y en contra de nuestra voluntad, hay que decir adiós.


PD: botanista lo recoge la rae, a mí también me chirría

The end.

Esta es mi última entrada del blog, lo que significa que también nos encontramos en la recta final de este curso, un momento en el que todos/as los/as estudiantes cundimos ante el pánico de los exámenes finales y del poco tiempo que nos queda, con preocupación por nuestros expedientes y por no tener que volver a repetir ninguna asignatura. Ahora, centrándome en lo que les quería contar, voy a hacer un breve recopilatorio de mi paso por el blog de Paleontología y Evolución, en el que como os habréis dado cuenta si habéis leído mis entradas, me he centrado en hablar sobre la evolución y descubrimiento de algunas de las especies del filo Arthropoda.

Pulido Sánchez BioTech: Artropodos

1ª entrada: Uno de los artrópodos con las patas más largas
Los opiliones, que son uno de los arácnidos con las patas más largas, han sido estudiados en ingeniería biomimética debido a la flexibilidad que presentan en las patas. También cabe destacar que su registro fósil es muy pobre debido a su bajo grado de fosilización, pero en yacimientos extraordinarios se han encontrado fósiles que presentaban tejidos blandos o estructuras tan finas y delicadas como las patas, bien conservados, lo que nos ha ayudado a tener una mejor visión de cómo eran estos animales en el pasado, además de habernos permitido su identificación.


2ª entrada: ¿Del mar a la tierra?
Debido a su similar morfología superficial, los escorpiones evolucionaron a partir de los euriptéridos, aunque no se ha podido llevar a cabo ningún estudio filogenético para poder confirmar que sea cierto. El hábitat de los primeros escorpiones es un tema polémico, ya que no se sabe muy bien cómo emergieron del mar, ya que en muchos fósiles clave no se ha podido determinar si el animal tenía vida terrestre o marina. A pesar de esto, se han encontrado fósiles con una especie de patas que les permitían emerger del agua temporalmente.


3ª entrada: Otra especie descubierta
En esta entrada os hablaba sobre el descubrimiento tanto de un género como de una nueva especie de libélulas en la isla de Mors, en Dinamarca. Esta especie se considera ya extinta, aunque otra emparentada con esta consiguió sobrevivir a la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno. Las libélulas por otra parte, aumentaron su masa corporal en el Paleozoico debido a los cambios de oxígeno atmosféricos, aunque más tarde la fueron disminuyendo debido a la competencia con otros animales voladores.



good bye GIF


Por último, he de decir que me hubiera gustado haber enfocado mis entradas hacia la parte genética de la paleobiología, es decir, la paleogenética, algo que al final no llevé a cabo para poder seguir la línea de los artrópodos. También me gustaría comentar que participar en el blog me ha servido para a parte de aprender información que desconocía sobre las entradas que he publicado, ganar agilidad a la hora de leer artículos científicos, seleccionarlos (pues es una tarea que conlleva mucho tiempo al tener que leerse muchos artículos para ver si contienen la información que deseamos) y plasmarlo ante un público. Finalmente, me gustaría reconocer que podría haber preparado las entradas mucho mejor si hubiera tenido menos trabajo en otras asignaturas y como consecuencia, más tiempo para poder dedicarle a este blog.

Sin más dilación me despido, ¡hasta la vista!


Imagen de the doors, Jim Morrison, and gif

Todo lo bueno llega a su fin...

Buenos días amantes de la Paleontología, como bien reza el título, esta es mi última entrada en el Blog, el desenlace en el que os voy a contar un poco porqué he elegido las noticias que he elegido:




Empezamos por mi primera entrada: ¿Ornitorrincos en el Triásico? Pues... ¡si!
Veamos, aunque ya quedó demostrado que E.carrolldongi y los Ornitorrincos (Ornithorhynchus anatinus) solo tienen (tenían) en común su particular morfología, me parece que son animales verdaderamente curiosos. Su "mezcla" de "partes" hace que sean únicos: tienen pico, son ovíparos, disponen de un espolón venenoso (solo en machos), la cloaca (recordemos: orificio por el que se excretan tanto la orina como los productos fecales, propia de los reptiles)...
En definitiva, intenté mostraros un poco más a fondo lo que son estos animales en relación con el fósil encontrado de E.carrolldongi, su "presunto" familiar.



Siguiendo en la línea de los fósiles de reptil, en mi segunda entrada Pasito a pasito... ,os hablé de O.pabsti, reptil tetrápodo que nos enseñó por medio de la tecnología 3D (esqueleto) y la simulación informática como se desplazaba en sus tiempos, vamos, "sus andares". Creo que es algo muy interesante ya que no todos los días se ve a un fósil "andando", además de aportar mucha información acerca de la posición de las extremidades y de la forma de distribuir su peso por el cuerpo respecto a los reptiles actuales.




En mi tercera y última entrada informativa, penúltima del Blog, os hablé de un osteosarcoma (tumor maligno que aparece en los huesos) encontrado en un fósil de un ancestro de las actuales tortugas, P.rosinae, del Triásico. Recordemos que P.rosinae carecía de caparazón (¿quién se imagina ahora una tortuga sin él?) y que el osteosarcoma en cuestión fue encontrado en un fémur. 
Este descubrimiento se pudo llevar a cabo gracias a otra disciplina relacionada con la Paleontología que es la Paleopatología, ciencia que estudia las enfermedades antiguas. Gracias a ella se tiene información hoy en día de la evolución de patógenos, enfermedades, inmunología, métodos de  curación, y muchos aspectos relacionados con el medio ambiente. 
A modo de reflexión, todos sabemos que el cáncer es algo que está a la orden del día y para el que, por desgracia, aún no existe una curación definitiva. Todos estos estudios ayudan a que cada vez conozcamos más acerca de la enfermedad y podamos buscar ese remedio definitivo tan esperado por los pacientes.



Y bueno, aquí llega el final, ahora sí, de este camino de investigación, fósiles y reptiles. He decidido darle un punto más "graciosete" a esta última entrada, que no me gustan las despedidas... también decir que me he inspirado en finales de compañeros de otros años para darle este "toque de humor".
Espero que las entradas hayan sido de vuestro agrado y os hayan despertado un poco de interés acerca de los seres que vivieron en el pasado, y como a día de hoy, aún siguen ayudándonos mediante sus restos fósiles aportando información muy útil tanto a nivel histórico evolutivo como a un nivel más personal, como es el caso de P.rosinae y el cáncer.

Y sin más dilación... no os digo adiós, si no ¡Hasta otra!

Ester.

martes, 30 de abril de 2019

A solo minutos de la extinción de los dinosaurios...


Como bien se sabe en una rama de la ciencia como la geología y/o paleontología uno de los grandes retos es completar de a poco la historia de la tierra, tanto como si hablamos de la vida que había anteriormente como de los procesos geológicos que ocurrieron. En una nueva investigación hablan de uno de los grandes enigmas de esta historia: los efectos más inmediatos que ocurrieron luego del impacto terminal del cretácico en Chicxulub (México), este impacto fue el que marca la gran extinción de cretácico-paleoceno, que dieron lugar a los grandes colapsos bióticos y ambientales a escala global. Esta extinción bien se conoce como la desaparición de los dinosaurios y aunque es una de las extinciones mas conocidas y habladas en todos los ámbitos poco se sabe de lo que ocurrió luego del gran impacto del asteroide.

Una de las grandes preposiciones es que lo que causo la gran extinción no solo fue el gran impacto del meteorito si no que fue un conjunto de cambios climáticos y perturbaciones atmosféricas asociadas que dieron lugar a vulcanismo y un colapso ecológico muy grande. Pero los efectos mas instantáneos que son los que mas esta costando resolver se creen que pueden ser tanto sismos como ondas armónicas que pueden desarrollarse en grandes masas de agua y megatsunamis. Las perturbaciones visuales mas evidentes son los tsunamis que se registran en sedimentos marinos pero es muy difícil determinar sus extensiones ya que la información del cretácico terminal en este tipo de sedimentos es casi inexistente y no hay evidencias de inundación en la zona del cráter.
Fig. 2.
Estratigrafia y fosiles del Tanis. Eventos de deposición. 
Estrato de separación Kpg que marca la extinción.
El objetivo de los científicos en esta nueva investigación es la resolución de lo que ocurre en un impacto geológico de esta magnitud horas y días después de que ocurra, un trabajo que se vuelve completamente complicado. Para poder analizar esto se basaron en el estudio de un paquete se sedimentos en Hell Creek en el suroeste de Dakota del norte. En estos sedimentos pudieron encontrar evidencia del Cretacico tardío y se puede relacionar con oleadas de inundación de tierra que lo relaciona directamente con el gran impacto. Los científicos pueden encontrar el estrato que quieren estudiar gracias a un punto de referencia conocido como KPg, es una capa fina de sedimentos compuesta por material fino derivado del impacto y existe a escala global y marca el cambio entre el cretácico y el paleógeno. A través de unos análisis muy específicos de los sedimentos continuos a la capa KPg en esta zona se encontraron evidencias de unos depósitos causados por el impacto que no se habían podido analizar con anterioridad. 
El análisis de estos nuevos datos da lugar a la conclusión de que hay implicada una inundación abrupta que estuvo expuesta por un tiempo considerable antes de la deposición e indica también que las etapas iniciales de deposición fueron rápidas, turbulentas y de alta energía. La suposición de que la deposición en Tanis (rio de EEUU en la zona que se analizaron los sedimentos) ocurrió inmediatamente después de un gran impacto meteórico se fundamenta en una serie de características específicas de las rocas y la forma de deposición que son una firma clara de impacto y reafirma un evento de impacto poco antes del evento de deposición de Tanis (los sedimentos que se depositan luego de las primeras etapas luego del gran impacto). Además los residuos biológicos también soportan la teoría de un evento de deposición rápida y la forma en que se ubican también indica deposición por corrientes bidireccionales. Los peces fósiles y los troncos están, en algunos casos, orientados oblicuamente a través del Depósito de Evento, que abarca todo el espesor. Dicha orientación vertical indica que todo el depósito fue colocado rápidamente. Una duración prolongada del tiempo, o el emplazamiento por episodios múltiples separados por un tiempo considerable (es decir, fenómenos repetitivos), habrían degradado los cadáveres, contradiciendo lo que vemos en Tanis. El ensamblaje de las canales representa una acumulación repentina de muertes masivas, probablemente causada por un enterramiento extremadamente rápido en el sedimento de grano fino.

El conjunto de fósiles mixtos de fósiles marinos y continentales bien conservados admite la inyección de restos biológicos de un entorno marino, posiblemente combinado con lechos marinos no consolidados o no solidificados un poco más antiguos erosionados durante la inundación. La línea de la costa no era apreciablemente distante. A su vez se descarta la tolerancia de agua dulce que ocurre con ciertos taxones marinos en Hell Creek (por ejemplo, Myledaphus raya, algunos tiburones orectolobiformes). Hay mezcla de taxones totalmente marinos y de agua dulce ya que la litología, la composición de la fauna, la conservación y la cronología son incompatibles.
Diagrama del inicio de un seiche.
La historia geológica a la que llegaron como conclusión fue la siguiente: Lo más importante es que parece improbable que un tsunami desde el Golfo haya causado el evento de deposición de Tanis. Tanis habría recibido ondas sisimicas 6, 10 y 13 minutos después del impacto. Una onda de seiche (onda estacionaria que oscila en un cuerpo de agua debido a perturbaciones sísmicas o atmosféricas que crean grandes variaciones de los niveles de agua en un corto tiempo) inducida sísmicamente podría haber sido generada poco después, con impulsos de oleada constitutiva que duraron decenas de minutos, dependiendo del período de la onda de seiche. (Esto último no se puede determinar con precisión porque no se conoce la profundidad promedio del cuerpo de agua). Las llegadas de ondas sísmicas habrían sido seguidas de cerca por la llegada de esferas de impacto desde la cortina de eyección. Basado en cálculos de trayectoria balística y suponiendo que la mayoría de los sedimentos se expulsaron de Chicxulub los sedimentos habrían comenzado a llegar a Tanis 15 minutos después del impacto. La gran mayoría habría caído en Tanis en 1 a 2 h de impacto. Así, las ondas sísmicas de Chicxulub llegaron a la región de Tanis justo unos minutos antes de la ventana de deposición y mucho antes de que un tsunami desde el Golfo pudiera haberla alcanzado. La correlación en el tiempo entre la llegada de las ondas sísmicas de Chicxulub y el episodio de deposición de Tanis apoya la plausibilidad de que la energía de la onda sísmica desencadenó el episodio de deposición.
Impresión artística del impacto Chicxulub en yucatan, México.
El impacto de Chicxulub generó un terremoto muy grande, con estimaciones reconstruidas que soportan una gran magnitud. Se pueden usar magnitudes de seichos inducidos a nivel mundial a partir de terremotos históricos para escalar la amplitud máxima potencial de un seiche en Tanis desencadenado por Chicxulub. Además, cálculos muestran que las seiches de gran amplitud probablemente fueron inducidas en cuerpos de agua cerrados o semicerrados en todo el mundo, y que algunos de los depósitos resultantes podrían ser erróneamente atribuido al tsunami.
Escenarios adicionales (remotos) podrían haber coincidido potencialmente, con efectos desconocidos o influencia en la propagación de un seiche. Estudios previos han sugerido que la diferencia de temperatura causada por la interacción de la eyección con la atmósfera, que podría haber tenido un efecto marcado alrededor del cráter, fue capaz de inducir rápidamente eventos meteorológicos violentos. Los vientos con fuerza proyectados habrían coincidido en gran medida con la llegada de eyección. De manera similar, un fuerte movimiento sísmico en el suelo podría haber causado deslizamientos de tierra cerca de Tanis, lo que resultó en un depósito de aumento local. Aunque dichos mecanismos no se han cuantificado lo suficiente en términos de amplitud o tiempo, son extremadamente verificables en estudios futuros. En este punto, consideramos que un seiche es el mecanismo más obvio y mejor respaldado para explicar el Depósito de Evento Tanis. Las observaciones en Tanis dan lugar a la ampliacion de nuestro conocimiento de los efectos dañinos del impacto de Chicxulub y nos ayudan a completar otro pedacito de historia geológica y el alcance que tiene . El vínculo altamente probable entre la sacudida sísmica inducida por el impacto y el aumento de la inundación en tierra en Tanis revela un importante mecanismo adicional mediante el cual el impacto de Chicxulub podría haber causado condiciones catastróficas en el Interior Occidental, y posiblemente en todo el mundo, lejos del lugar del impacto. Por lo tanto, se identifica un posible mecanismo adicional para daños abruptos y extensos en regiones y ecologías ampliamente separadas. El evento de extinción global, por lo tanto, podría haber tenido un precursor de rápida entrega, tanto a escala local como global, minutos después del impacto. El esfuerzo científico por comprender estas extinciones masivas ira aumentando con el paso de los años y las nuevas tecnologías, entender como se han dado los eventos geológicos en el pasado nos puede dar la pista de lo que nos puede pasar en un futuro.

Bibliografía
Imágenes
Articulo de investigación: DePalma, R., Smit, J., Burnham, D., Kuiper, K., Manning, P., & Oleinik, A. et al. (2019). A seismically induced onshore surge deposit at the KPg boundary, North Dakota. Proceedings Of The National Academy Of Sciences116(17), 8190-8199. doi: 10.1073/pnas.1817407116  


lunes, 8 de abril de 2019

La helada relación entre el mar de Japón y los cocolitóforos

Buenos días, tardes o noches de nuevo, queridos lectores. 
Sí, lo habéis adivinado, vengo con más algas unicelulares marinas que son increíblemente importantes para la paleoceanografía y la paleoecología. Como siempre hago, voy a empezar esta maravillosa entrada presentando a los microscópicos amigos de hoy.
1. Los colores en los cocolitóforos indican su carbonato cálcico
Los cocolitóforos o cocolitofóridos son algas unicelulares que componen probablemente el grupo más abundante y más conocido del fitoplacton. Aunque éstas algas prosperan más facilmente en mar abierto también podemos encontrarlas en zonas costeras (Castro & Huber. 2007). 
El artículo que ha hecho que elija a los cocolitóforos como las estrellas del día los relaciona con el mar de Japón y su evolución en los últimos 460 mil años (Saavedra-Pellitero, M., Baumann, K., Gallagher, S., Sagawa, T. & Tada, R. 2019. Paleoceanographic evolution of the Japan Sea over the last 460 kyr – A coccolithophore perspective. Marine Micropaleontology, DOI).
2. Algunos de los cocolitóforos rcogidos
en la zona vistos a microscopía electrónica
Cómo se da esta relación os preguntaréis... Pues bien, se ha comprobado que los cocolitóforos se veían afectados por los cambios glacioeustáticos de los niveles marinos y, sumando datos extraídos con foraminíferos (si, esos pequeños de los que hable en mi primera entrada), se determinó que también eran afectados por las variaciones que se han producido en la corriente de Tsushima (rama de la corriente de Kuroshio en el mar de Japón), que ha sido investigada desde 1991, como se expresa en un artículo muy interesante de la revista JGR: Oceans (Lie & Cho, 1994). 
Profundizando un poco más en lo dicho, durante la investigación gracias a los cocolitóforos se determinaron los cambios de entrada de la corriente de Tsushima en la parte central y sur del mar de Japón (o parte este del mar de Corea). Y por otro lado, con colonias de cocolitóforos dominadas por las especies Emiliania huxleyi Gephyrocapsa, se reveló una gran relación entre los cambios de nivel marino y la variabilidad oceánica durante los últimos cinco ciclos de glaciaciones/interglaciaciones. Unidos todos los datos se observa como durante las glaciaciones la producción de cocolitóforos disminuía y no se producía flujo de entrada por parte de la corriente Tsushima. Contrariamente, durante las etapas de interglaciación los cocolitóforos y los indicadores de flujo de la corriente alcanzaban su pico de abundancia.  
3. Mapa de las corrientes que actúan en el mar de Japón
Pero es que la cosa interesante no acaba aquí, debemos hablar de los MIS (marine isotope stages) y como los cocolitóforos dominaban la conconcetración de carbono en los estadíos previos a MIS8 sufriendo una gran época de creciemiento en MIS11 y 9. Suena un poco lioso, y debo decir que me ha llevado mis horas poder comprenderlo, pero básicamente y resumiendo la situación, la presencia de cocolitóforos varía las concentraciones de carbono en diferentes etapas que son clasificadas en base a los niveles de oxígeno marinos.
En conclusión, todo estos cambios que se han producido en la química del carbono a raíz de los cambios glaciales en el mar de Japón debe tenerse muy en cuenta para futuros modelos paleoceanográficos y paleoclimáticos de dicha zona. 
Con esto, y acabando con mis ganas de impulsar la necesidad de preocuparnos por el cambio climático, podemos ver como afectan las glaciaciones y deglaciaciones a las químicas marinas lo que puede resultar en graves problemas en la fauna y flora tan rica que habita en las aguas de este nuestro planeta. Debemos darnos cuenta de que no son tonterías y que el punto irreversible para arreglar la situación cada vez está más cerca. 



Así me despido, espero que os haya parecido tan interesante como a mí y que hayáis disfrutado con los invitados del día, los cocolitóforos (y no, para nada he elegido el artículo por mi obsesión con la cultura asiática)


REFERENCIAS

Castro, P. & Huber, M.E2007. Biología marinaMcGraw-Hill España, 327 pp.
- Lie, H. & Cho, C. 1994. On the origin of the Tsushima Warm Curren. Journal of Geophysical Research: Oceans, 99: 25081-25091
Saavedra-Pellitero, M., Baumann, K., Gallagher, S., Sagawa, T. & Tada, R. 2019. Paleoceanographic evolution of the Japan Sea over the last 460 kyr – A coccolithophore perspective. Marine Micropaleontology, DOI

IMÁGENES

- Imagen 1
- Imágenes 2 y 3

domingo, 7 de abril de 2019

Otra especie descubierta.

¡Hola!
En mi primera y segunda entrada ya os hablaba sobre algunos artrópodos, pues bien, esta seguirá el mismo camino y se centrará en los anisópteros, vulgarmente conocidos como libélulas. Para ello, he decidido centrarme en el artículo Belchy, G., & Rasmussen, J. A. (2019). A new genus of hawker dragonfly (Odonata: Anisoptera: Aeshnidae) from the Early Eocene Fur Formation of Denmark. Zootaxa, 4550(1), 123., en el que se trata el descubrimiento de un nuevo género, así como de una nueva especie de libélulas en la isla de Mors en el norte de Dinamarca.






Este fósil (figura 2), un ala delantera bien preservada, ha sido calificado como perteneciente a una nueva especie, Parabaissaeshna ejerslevense, clasificada dentro de la familia de los ésnidos, dentro de un nuevo género llamado Allopetaliini. Además, fue encontrado en Fur Formation, una unidad litoestratigráfica de diatomita marina con numerosas capas de ceniza volcánica perteneciente al Eoceno (Pedersen, G.K. & Surlyk, F. 1983), donde también han sido encontradas más de 200 especies de 15 órdenes de insectos diferentes. Por otro lado, cabe nombrar que la supervivencia de un pariente cercano a esta especie o incluso un descendiente es un ejemplo del taxón del Mesozoico que sobrevivió a la masiva extinción del Cretácico-Paleógeno, donde se perdieron  el 11% de las familias, 47% de los géneros y 76% de las especies, debido a un impacto meteorítico en la Península de Yucatán; además de a las erupciones masivas, y quizás a la regresión marina (Price, P.W. (1996), Prothero, D.R. (1998) y Skelton, P. (ed.) (1993)).





Investigando sobre estos insectos me pareció muy interesante el hecho de que aumentaran su masa corporal en el pasado, concretamente, en el Paleozoico, donde este hecho dependió de los niveles de oxígeno atmosféricos. Esto se sabe ya que al analizar más de 10.000 fósiles de insectos y en este estudio concretamente 11 de diferentes especies de libélulas, se descubrió que había un aumento de tamaño durante el Carbonífero y el Pérmico. A pesar de esto, más tarde, a lo largo de su evolución han ido disminuyendo su tamaño debido a la competencia con otros animales voladores, como los pájaros y murciélagos. (Henry, J. R., & Harrison, J. F. (2014))






Referencias:
Belchy, G., & Rasmussen, J. A. (2019). A new genus of hawker dragonfly (Odonata: Anisoptera: Aeshnidae) from the Early Eocene Fur Formation of Denmark. Zootaxa, 4550(1), 123.

https://carwad.net/

Henry, J. R., & Harrison, J. F. (2014). Effects of body size on the oxygen sensitivity of dragonfly flight. Journal of Experimental Biology, 217(19), 3447–3456.

Pedersen, G.K. & Surlyk, F. 1983: The Fur Formation, a late Paleocene ash-bearing diatomite from northern Denmark. Bulletin Geological Society of Denmark, 32, 43-65.

Price, P.W. (1996) Biological Evolution. Saunders College Publishing, Forth Worth. 

Prothero, D.R. (1998) Bringing Fossils to Life. McGraw-Hill, Boston.

Skelton, P. (ed.) (1993) Evolution: a Biological and Palaeontological Approach. Addison-Wesley, Harlow. 


Viaje al centro del Pacífico.

En la tercera entrada del blog me gustaría seguir hablando de evolución y el hallazgo de un eslabón fundamental para establecer las relaciones del árbol filogenético, pero a diferencia de mi anterior entrada en este blog, Un paso más cerca de la verdad, hablaremos de las ballenas y un   fósil de una nueva especie, Peregocetus pacificus.                                                                          
Representación artística de Peregocetus pacificus.
En un artículo publicado en la revista Current Biology escrito por Olivier Lambert, Giovanni Bianucci, Rodolfo Salas-Gismondi y muchos otros investigadores se explica que han encontrado un fósil en la Playa de la Luna, Perú, perteneciente a un posible antepasado de las ballenas actuales. Lo sorprendente de este hallazgo es su localización debido a que antes de este no se  habían encontrado muchos fósiles de ancestros de las ballenas fuera  de Asia, donde se ha establecido que apareció el ancestro más antiguo del que evolucionaron las ballenas. En Pakistán se halló el fósil de la especie que se denominó Maiacetus inuus, que habitó hace 47 millones de años (Eoceno) la tierra, y supuso que se desarrollara la hipótesis de que los ancestros de las ballenas vivían en ambientes terrestres pero también podían estar en el agua. Se demostró que tenían a sus crías en tierra (Gingerich,P.D et al 2001). El hallazgo del  fósil cuadrúpedo en Perú de una nueva especie esencial para el estudio de la evolución de las ballenas apoya dicha hipótesis e implica estar un paso más cerca de explicar como fue el salto al ambiente marino exclusivamente. Hay otros yacimientos muy importantes en los que se han encontrado distintos fósiles de antecesores de las ballenas actuales.

En la investigación se han realizado distintos procedimientos para estudiar algunas partes del esqueleto de la nueva especie hallada, como la mandíbula, algunas vertebras, radio, tibia, metatarsianos, falanges,etc. Tras esto se determinó que pertenecía a una nueva especie que habitó la tierra hace 42,7 millones de años, por lo tanto perteneciente al Eoceno (época Paleógeno, era Cenozoico). Se piensa que podía medir unos 4 metros, era cuadrúpedo y tenía cola, además de membranas interdigitales. Algunas de las similitudes morfológicas que presenta con otros antepasados de la ballena, como la especie Maiacetus inuus, es que tiene características en las extremidades delanteras que permiten la locomoción en tierra, en cambio, también presenta adaptaciones anatómicas, como falanges alargadas en las extremidades, que indican que eran usadas activamente para nadar.
Distintas partes del esqueleto de Peregocetus pacificus que se han estudiado: mandíbulas, falanges,vertebras, metatarsianos,etc.



El hallazgo de esta especie, Peregocetus pacificus, supone hacer cambiar los pensamientos que se tenían hasta el momento sobre la evolución de las ballenas, ya que se pensaba que tras surgir al sur de Asia dieron  lugar a algunas especies que  llegaron a África y,posteriormente, a  Norteamérica, pero tras encontrar este fósil cuya datación es la más antigua de todo el continente  americano (otras de las especies  encontradas en América pertenecen a los géneros Carolinacetus (Geisler,J.H. et al. 2005)y Georgiacetus (Hulbert,R.C. et al. 1998)) supondría que primero  habitaron en Sudamérica.  
  
 Esta nueva especie también puede suponer que se ha encontrado al primer pariente de la ballena que ocupó el océano Pacífico.  Durante el Eoceno (55,8 0,2 - 33,9 0,1 Millones de Años) continua la fragmentación del supercontinente Pangea, presentando una distribución muy similar a la actual.  La hipótesis que se explica en el artículo de cómo llegaron los cetáceos a las distintas distribuciones del planeta implicaría que los primeros ancestros que ocupaban la  zona  de Indo-Pakistán se desplazaron hacia el Oeste, tanto por tierra como por mar, hasta llegar al océano Pacífico y explicaría cómo se ha encontrado al Peregocetus pacificus en  Perú. Posteriores migraciones al oeste desde Asia terminarían en el desarrollo y ocupación  de los distintos géneros de antecesores de los actuales cetáceos al este  de Estados Unidos.       
Distribución de los continentes al inicio del Eoceno hace 55 millones de años
   









Aunque los antepasados de las ballenas tenían características que hacen pensar que preferían la vida en tierra, se cree que debido a algunos cambios en el clima o las características de la tierra tuvieron que pasar más tiempo bajo el agua y desarrollaron algunas adaptaciones que facilitaran la locomoción en el agua. Las extremidades superiores terminaron dando lugar a aletas y las inferiores redujeron su tamaño. La cola paso a ser una aleta caudal que era esencial para facilitar el movimiento bajo el agua y dejaron de estar adaptados para vivir en tierra.                                                                

En conclusión, el hallazgo del fósil de Peregocetus pacificus permite aclarar algunas dudas que siguen existiendo sobre la evolución de las ballenas y cómo llegaron desde Asia hasta el Pacífico y  América. También permite entender la sucesión de adaptaciones y a qué se debieron para llegar a dar a las ballenas  actuales.    
                                                              

 Referencias.    
- Lambert, O., Bianucci, G.,  Salas-Gismondi,R., Di Celma,C., Steurbaut, E., Urbina, M. & De Muizon, C. 2019. An Amphibious Whale from the Middle Eocene of Peru Reveals Early South Pacific Dispersal of Quadrupedal Cetaceans. Current Biology, 29:1-8.   
                
- Gingerich, P.D., Haq, Mu., Zalmout, I.S., Khan, I.H. & Malkani, M.S. 2001. Origin of Whales from Early Artiodactyls: Hands and Feet of Eocene Protocetidae from Pakistan. Science,293:2239-2242.  

- Geisler,J.H., Sanders, A.E. & Luo, Z. 2005.A new protocetid whale (Cetacea: Archaeoceti) from the late middle Eocene of South Carolina. American Museum Novitates, 3480: 1-65.   
    
. Hulbert, R.C., Jr., Petkewich, R.M., Bishop, G.A., Bukry, D., & Aleshire, D.P. 1998. A new middle Eocene protocetid whale (Mammalia: Cetacea: Archaeoceti) and associated biota from Georgia. Journal of Paleontology, 72: 907-927
  
Webgrafía.