domingo, 31 de agosto de 2014

La conservación excepcional de fósiles y la suerte de su descubrimiento.

 Entrada final

Imagina por un momento la cantidad de organismos vivos que han vivido sobre la Tierra desde su formación hace tantos millones de años. El número tiene tantos dígitos que no sabrías ni cómo llamarlo. Piensa ahora en todos los procesos erosivos que se han dado durante esos millones de años, ya sean lluvias, mareas, vientos, solapamiento de capas, fricción entre capas, volcanes etcaetera etcaetera…Ahora quita todos los tipos de roca que no sean sedimentarios. Ahora compara la cantidad de material sedimentario que aflora en la superficie con respecto a la que tiene debajo. Imagina  la cantidad de organismos que se han extinguido sin dejar huella en este planeta y compáralos con los que sí han dejado, es decir fosilizado. Por último, piensa en lo que se ha descubierto con respecto a lo que se sabe que no se ha descubierto y sin olvidar lo que no se sabe que no se ha descubierto. ¿Complicado?

Lo que quiero decir es que debemos dar gracias al libre albedrio natural de que podamos tener acceso a restos fósiles lo primero y a restos fósiles excepcionalmente conservados lo segundo. Hay muchos tipos de conservación idóneos ya sea ámbar, hielo, barro, sedimento blando, cuevas que preservan los fósiles de la erosión, recónditos escarpes, o sencillamente procesos geológicos que no han destruido estos seres del pasado de los cuales nunca hay que olvidar que provenimos de ellos de alguna manera y nos relacionamos con ellos a través del entorno y de nuestro complicado ecosistema.

Durante el siglo XIX y XX los pesimistas decían que el registro fósil era incompleto. El problema es que sencillamente es el que hay, a efectos prácticas solo existirá a medida que lo descubramos. Aunque toda la fauna que existió en la tierra se hubiera conservado, si no aflora o no esta a una profundidad accesible por los humanos es como si no existiera.

Los fósiles excepcionales nos permiten dar pasos de gigante en el avance por la comprensión y desarrollo de las intrincadas líneas evolutivas que estudia la ciencia de la paleontología junto con muchas muchas otras.
Los yacimientos que reúnen tales colecciones de fósiles excepcionales se llaman konservatlagerstätten (palabra alemana) y por desgracia son escasos, pero por gracia tenemos acceso a ellos lo cual teniendo en cuenta lo previamente dicho es casi increíble. Algunos de ellos se encuentran en España, como lo son Cerro de los Batallones o Las Hoyas.


Para terminar algunas de las fotos que he encontrado navegando por internet de estos maravillosos fósiles que casi parecen estar congelados en el pasado adrede para que alguien afortunado los descubriera y estudiara. Como ya decía James Hutton “el presente es la llave del pasado” pero como dicen los dichos populares  “hay que saber de dónde venimos para saber a dónde vamos “.

Las fotos han sido cogidas de Google Imagenes. Hay cientos de miles para elegir pero estas son algunas de mis favoritas.














Mantis atrapada en ámbar.


















Fósil de Archaeoptery, se conserva hasta el tejido del ala.



Gusanos en hielo ártico.













Mamut en hielo.











Fósil de Sclerocephalus haeuseri













Arácnido en ámbar.

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