domingo, 17 de mayo de 2015

El fin del imperio de los reptiles

INTRODUCCIÓN:

¿Qué factores desencadenaron la extinción más conocida de la historia? La búsqueda de respuestas ha llegado a ocupar las mentes más prodigiosas del mundo de la paleontología. La desaparición de estos reptiles, tan exitosos hace 160 millones de años, que tenían características tan diversas y llegando a más de 1000 especies en todo el mundo, ha sido una de las grandes preguntas de la paleontología. A pesar de que para otras grandes extinciones se han obtenido datos relativamente concluyentes, aún no se ha llegado a una conclusión consensuada sobre los motivos de la desaparición de estos seres.

En los últimos 20 años se han encontrado numerosos y nuevos indicadores que aportan evidencias de su desaparición y que arrojan algo de luz en el asunto. Por medio de sofisticadas vías de estudio avanzar en las investigaciones no supone tantos problemas como antaño, de modo que datos que resultaban impensables ahora son reales. Tales son la fecha de extinción, cuya datación se desarrollará más adelante; o nuevas justificaciones a su desaparición para valorar.

Aquí se hará una revisión del conocimiento que ronda la extinción de los dinosaurios no-alados, basado en el artículo 'The extinction of the dinosaurs', de Stephen L. Brusatte et al., porque el gran público conoce la teoría del impacto meteorítico, ¿pero qué hay de los motivos por los que se considera semejante cataclismo?



DATACIÓN DE LA EXTINCIÓN:

Los dinosaurios aparecieron a finales del Triásico Medio (aproximadamente hace 245-230 millones de años), convirtiéndose gradualmente en las especies dominantes en los siguientes 50 millones de años. Esta dominancia condujo a una diversificación de las especies terrestres en todo el mundo durante el Mesozoico (Sereno, 1999; Weishampel et al., 2004) Los dinosaurios sobrevivieron a una extinción en masa al final del Triásico, que realmente tuvo poco impacto en su diversidad, y de igual manera a un periodo de extinciones bastante infravalorado al final del Jurásico (Barrett et al., 2009)

Los dinosaurios no-alados desaparecen del registro fósil a finales del Cretácico, en el famoso KT, hace 66.043±0.043Ma (donde ± significa una incertidumbre analítica) La obtención de esta medida ha sido realizada por datación de alta precisión por medio de isótopos radiactivos (Renne et al., 2013) La desaparición en este límite es tan dramática que la ausencia de fósiles a partir de este punto era a menudo considerada suficiente para dividir periodos temporales distintos.


HIPÓTESIS SOBRE LA EXTINCIÓN

Figura 1: Viñeta sobre la extinción
El gran número de hipótesis sobre este tema es asombroso. Los científicos en este último siglo se han centrado en discutir y llegar a un consenso en si su desaparición fue gradual o abrupta, de si fue causada por algo intrínseco con los propios dinosaurios o por un factor físico externo, y en este último caso, si era un factor terrestre o extraterrestre (Archibald, 1996; Archibald & Fastovsky, 2004; Fastovsky & Sheehan, 2005) La guinda del pastel es considerar la posibilidad de que existieran múltiples causas coincidientes temporalmente.

La teoría más aceptada a nivel global es que estos reptiles sucumbieron ante el impacto de un meteorito que desencadenó un cataclismo ambiental a nivel global. Esta hipótesis no solo ha ganado reputación y aprobación a nivel mundial, sino que además es una explicación elegante de por qué tantas especies desaparecieron simultáneamente.

A pesar de que algunas pruebas respaldan esta teoría, existen dudas en torno a ella dado el registro de otros sucesos que tuvieron lugar en la época. Estos sucesos fueron: intenso vulcanismo, cambios eustáticos del nivel del mar y oscilaciones en las temperaturas globales. Se ha discutido que cada uno de estos factores ha podido ser, por sí solo, el desencadenante de su desaparición.

Cada una de estas teorías puede ser probada por medio del registro fósil. Si se trata de un impacto meteorítico se reflejará una extinción súbita; mientras que si se ha debido a cambios graduales esto implica que los dinosaurios sufrieron una desaparición paulatina. Vaya diversidad de posibilidades, ¿verdad?


DISCUSIÓN DE LAS HIPÓTESIS

Efectivamente, estas posibilidades han sido comprobadas hasta poder extraer conclusiones. Nuestro conocimiento actual de los dinosaurios indica que no sufrieron cambios en una gran escala temporal y que una gran variedad de ellos sobrevivieron hasta el final del Cretácico en faunas locales en Norteamérica y Europa. Sea lo que sea lo que acabó con ellos, es un evento muy localizado que debió borrarles de un plumazo.

Acotado ya el cerco desde el punto de vista temporal, es necesario discutir a cerca de las causas que originaron este suceso. Este cometido resulta más complicado, aunque los datos más recientes ayudan a reconstruir y comprobar posibles escenarios que reflejan la extinción. Los cambios ambientales a largo plazo, tales como cambios eustáticos en el nivel del mar, muy seguramente afectaron a la fauna de ese tiempo (al menos en Norteamérica, donde esto ha sido comprobado) La pérdida en número de individuos debido al cambio de condiciones, combinada a la desaparición de diversidad morfológica y riqueza de especies, provocó que estos seres se volvieran vulnerables ante cualquier factor externo (Archibald, 1996; Gates, Prieto-Márquez & Zanno, 2012) que pudo acabar definitivamente con ellos. Estas causas que debieron actuar por largos periodos de tiempo no han sido registradas a nivel global, por lo que se deduce que no han podido ser la fuerza mayor de la extinción.

Figura 2: Viñeta sobre la extinción (II)
Las evidencias indican, como ya se ha dicho, que la extinción de los dinosaurios fue abrupta, lo que refuerza la teoría del impacto meteorítico. En este punto del razonamiento resulta difícil conciliar lo explicado hasta ahora con la presencia de vulcanismo. Los datos que se tienen de los últimos cientos de miles de años del Cretácico no son concluyentes a la hora de determinar los efectos del vulcanismo frente a los de otros factores, como el clima.  No obstante, la permanencia de dinosaurios hasta el final del Cretácico permite deducir que el vulcanismo no provocó, al menos de forma directa, la pérdida de riqueza en especies. Aún así, el vulcanismo pudo inducir a cambios climáticos severos que pudieron afectar a las comunidades de dinosaurios.

Visto el peso de las distintas opciones hasta ahora, no cabe mucha duda de que un impacto resulta un motivo de fuerza mayor frente a lo explicado, aunque no significa que este evento fuera el responsable único y definitivo.


CONCLUSIONES

Las evidencias actuales indican que la extinción de los dinosaurios fue súbita en términos geológicos, sugiriendo que factores a largo plazo como cambios climáticos o del nivel del mar no fueron motivos de fuerza mayor. Por contrario, las pruebas actuales refuerzan la teoría de que el impacto del Chicxulub fue el motivo principal. Otros factores, tales como cambios ambientales, pudieron volver vulnerables a estos seres. Las consecuencias del volcanismo en el Cretácico aún no se han logrado discernir con claridad.

En el transcurso de las dos últimas décadas, los avances tecnológicos y la toma y análisis de nuevos datos han permitido valorar nuevas hipótesis. Todavía queda mucho por aprender, los avances en datación radioisotópica, los descubrimientos de nuevas muestras fósiles y el trabajo en biología y ecología de los dinosaurios son el camino hacia el conocimiento.

¿Cuales son la dirección y los próximos objetivos? En las próximas décadas objetivos a seguir pueden ser la mejora en el muestreo en fósiles de dinosaurios norteamericanos; el muestreo de las grandes formaciones de la época y que puedan resultar cruciales (como Hell Creek); el aumento de precisión en los métodos de datación; y estudios de ecología de los dinosaurios a mayor largo plazo. Todo ello para responder una de las grandes dudas de paleontología: por qué se extinguieron los dinosaurios.


REFERENCIAS


  • Archibald, J. D. (1996). Dinosaur extintion and the End of an Era. Columbia University Press, New York.
  • Archibald, J. D. & Fastovsky, D. E. (2004). Dinosaur extinction. In The Dinosauria. Second Edition, pp. 672-684. University of California Press, Berkeley.
  • Barrett, P. M.; McGowan, A. J. & Page, V. (2009). Dinosaur diversity and the rock record. Proceedings of the Royal Society of London Series B 276, 2667-2674.
  • Brusatte, S. L.; Butler, R. J.; Barrett, P. M.; Carrano, M. T.; Evans, D. C.; Lloyd, G. T.; Mannion, P. D.; Norell, M. A.; Peppe, D. J.; Upchurch, P. & Williamson, T. E. (2015). The extinction of the dinosaurs. Biological Reviews 90(2), 628-642.
  • Fastovsky, D. E. & Sheehan, P. M. (2005). The extinction of the dinosaurs in North America. GSA Today 15, 4-10.
  • Gates, T. A.; Prieto-Márquez, A. & Zanno, L. E. (2012). Mountain building triggered Late Cretaceous Nort American megaherbivore dinosaur radiation. Plos one 7(8), e42135.
  • Renne, F. R.; Deino, A. L.; Hilgen, F. J.; Kuiper, K. F.; Mark, D. F.; Mitchell, W. S.; Morgan, L. E.; Mundil, R. & Smit, J. (2013). Time scales of critical events around the Cretaceous.Paleogene boundary. Science 339, 684-678.
  • Sereno, P. C. (1999). The evolution of dinosaurs. Science 284, 2137-2147.
  • Weishampel, D. B.; Dodson, P. & Osmólska, H. (2004). The dinosauria. Second Edition. University of California Press, Berkeley.

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