Preámbulo
Para
entender mejor esta entrada, comencemos con un poco de ecología básica. El nicho ecológico se define,
básicamente, como el rol que desempeña una especie determinada dentro del
ecosistema al que pertenece. De esta forma, que dos especies que cohabitan en
un mismo lugar ocupen nichos ecológicos distintos es que lo evita la
competencia entre ellos, minimizando así las amenazas a su supervivencia.
Ahora
bien, determinar el nicho ecológico de una especie actual es relativamente
fácil pero, ¿Cómo podríamos hacerlo para una especie extinta, de la cual sólo
tenemos restos fósiles?
Para eso estamos hoy aquí, para contestar a esta pregunta, basándonos en los estudios descritos en el siguiente artículo: Lucas de Melo França, Lidiane de Asevedo, Mário André Trindade Dantas, Adriana Bocchiglieri, Leonardo dos Santos Avilla, Renato Pereira Lopes, Jorge Luíz Lopes da Silva. 2015. Review of feeding ecology data of Late Pleistocene mammalian herbivores from South America and discussions on niche differentiation.
Para eso estamos hoy aquí, para contestar a esta pregunta, basándonos en los estudios descritos en el siguiente artículo: Lucas de Melo França, Lidiane de Asevedo, Mário André Trindade Dantas, Adriana Bocchiglieri, Leonardo dos Santos Avilla, Renato Pereira Lopes, Jorge Luíz Lopes da Silva. 2015. Review of feeding ecology data of Late Pleistocene mammalian herbivores from South America and discussions on niche differentiation.
Figura 1. Reconstrucción de un ecosistema del Pleistoceno. |
Introducción
Y podréis preguntar ¿Pero
nadie ha hecho ya un estudio de ese tipo? Pues sí, generalmente mediante
análisis ecomorfológicos, que equiparan las características morfológicas de
especies actuales con las de las especies extintas (MacFadden and Shockey, 1997) Sin embargo, nuestro estudio analiza las
tendencias de los últimos años (Asevedo
et al., 2012; Marcolino et al., 2012) que basan sus
estudios en el análisis de la composición isotópica de los restos del animal (o
de cualquier otro factor que influya en la alimentación, como bacterias bucales
o coprolitos) lo que
permite además conocer detalles sobre la temperatura y la humedad del hábitat
del animal o los tipos de vegetación que se podían encontrar en el mismo (Kohn & Law, 2006)
Más concretamente, este estudio se centró en
determinar el tipo de planta sobre el que basaban su alimentación 13 especies
distintas de megamamíferos
del Pleistoceno Tardío,
según los valores de δ13C que se observasen en los restos, que vienen
determinados a su vez por los valores δ13C(VPDB) (Valores sobre el estandar) de
las plantas que les servían de alimento, y que dependen fundamentalmente del mecanismo fotosintético que
utilicen (Koch, 2007)
La mayoría de las plantas del planeta
dependen del ciclo Calvin-Benson (C3) y presentan un rango de valores δ13C(VPDB) de entre -22‰ y -30‰ (con una media
de -27‰) mientras que
las plantas que usan el mecanismo Hatch-Slack (C4, siendo plantas tropicales)
presentan valores entre -10‰ y -14% (-12‰) Por último, aquellas plantas con un metabolismo CAM presentan unos valores
intermedios entre los dos tipos anteriores.
Siguiendo los criterios de otros estudios
(Domingo et al., 2012; Sánchez et al., 2004; MacFadden et al., 2005) al analizar los restos de
mamíferos herbívoros, los valores inferiores a -10‰ denotan una dieta formada
exclusivamente por plantas C3 (típico de ramoneadores) mientras que aquellos
superiores a -1‰
se atribuyen a consumidores de plantas C4 (pastadores) y los valores intermedios a animales
con dieta mixta (tanto plantas C3 como C4)
Estudio y Métodos
Para el estudio se analizaron los datos obtenidos mediante
distintos métodos en otros artículos anteriores, aunque sólo se usaron aquellos
datos obtenidos por análisis isotópicos de hidroxiapatito y colágeno
procedentes de esmalte,
dentina o huesos (el resto se agrupó para comparar resultados)
Los taxones estudiados fueron: Proboscidea
(Gomphotheriidae: Notiomastodon), Perissodactyla (Equidae: Equus e Hippidion), Artiodactyla (Camelidae:
Palaeolama), Notoungulata
(Toxodontidae: Toxodon), Liptoterna (Macrauchenidae: Macrauchenia), Pilosa (Megatheriidae: Eremotherium; Mylodontidae: Scelidotherium, Scelidodon, y Valgipes), y Cingulata (Glyptodontidae:
Sclerocalyptus, Glyptodon y Neosclerocalyptus)
Figura 2. Mapa con las 4 regiones del estudio. |
Los análisis realizados en hueso o dentina se llevaron a cabo
tras pretratar químicamente las muestras y eliminar el posible efecto de la diagénesis (contaminación con
carbonatos secundarios) y así poder compararlos con los análisis de colágeno.
Todos los datos recogidos se plasmaron sobre una
reconstrucción de la vegetación sudamericana durante la última gran glaciación,
y se observó que se podían agrupar en 4 ecorregiones, compuestas por bosque seco, sabana y praderas
(FIGURA 2: Ecuador y Perú; la Cuenca Amazónica, Zona Intertropical Brasileña y
una vasta extensión que incluye el sur de Brasil, Uruguay y el norte de
Argentina)
A continuación, se usó información paleobotánica y patrones
geográficos para confirmar el tipo de hábitat inferido por los restos
estudiados, con el fin de poder aportar una evaluación más sistemática de los
patrones ecológicos.
Resultados y Discusión
Ecorregión 1. Perú y Ecuador
En esta ecorregión sólo se dispone de información isotópica de
2 especies en la zona costera: Equus
(MacFAdden et al., 1999) y Notiomastodon (Sánchez et al., 2004) aunque también se tienen
datos de Cuvieronius (Sánchez et al., 2004) pero se obtuvieron a 2778
m de altura, no siendo típicos de la región.
Los datos indicaban
que los dos taxones ocupaban distintos nichos, ya que Equus únicamente pastaba hierbas C4 (δ13C = -0.80‰ a 2.10‰) y Notiomastodon tenía una dieta mixta de plantas C3 y
hierbas C4 (predominando las segundas; δ13C = −5.97‰ a −0.78‰)
También
se deducía que el hábitat que ocupaban era abierto y presentaba hierbas y
arbustos, siendo la zona probablemente similar a cómo es actualmente.
Ecorregión 2. Cuenca amazónica.
Esta región contenía datos de hidroxiapatito procedentes de
Perú y del norte de Bolivia que aportaban información sobre Notiomastodon (δ13C = −9.2‰) y Toxodon (δ13C = −15.4‰ a −10.7‰) (Figura 3) Los
datos sugieren que ambos se alimentaban exclusiva o principalmente de plantas C3,
lo que concuerda con la predominancia de bosques cerrados y frondosos, aunque
hay discrepancias sobre el tipo de bosque, surgidas a partir de estudios palinológicos.
Anhuf et al. (2006)
concluyeron que las características de aquel bosque eran distintas a las de hoy
en día, habiendo sufrido cambios en su composición y distribución durante la
última glaciación (formándose un pasillo de bosque seco entre el húmedo)
Tomando esto como cierto, los megamamíferos de esta región habrían ocupado
dicho pasillo, donde la diversidad de plantas C3, sumada a la
proporción de plantas C4 que consumía Notiomastodon, habría
favorecido la diferenciación de los nichos de ambas especies, aún tratándose de
dos especímenes ramoneadores.
Ecorregión 3. Región Intertropical Brasileña (ZIB)
Dantas et al.
(2013a) trataron datos para Notiomastodon,
Eremotherium y Toxodon en esta región, y la subdivideron en 3 sub-regiones (A, latitudes
9-14°S; B, latitud 9°S y C, latitud 6°S)
En la sub-región C, se obtuvieron datos sobre Eremotherium (δ13C = 0.50‰ y 5.22‰) Notiomastodon (δ13C = 0.44‰) y Toxodon (δ13C = −1.32‰) que indican que todos ellos tenían dietas
basadas en hierbas C4, siendo todos pastadores.
Pereira et al. (2013) presentó datos sobre otra especie que
habitaba la región: el perezoso Valgipes,
que se alimentaban exclusivamente de plantas C3 (δ13C = −10.17‰) presentando una dieta basada probablemente en hojas,
brotes, raíces y frutas, de manera similar a Scelidotherium (Bargo, 2001)
En la sub-región B únicamente había datos de Notiomastodon (δ13C = −1.86‰ a 1.47‰) Toxodon (δ13C = −4.10‰ a 1.51‰) y Eremotherium (δ13C = −6.65% a
0.30‰) que mostraban que Notiomastodon era un pastador, mientras que Eremotherium y Toxodon
tenían una dieta mixta en esta región.
Por último, en la sub-región A se pudieron tomar
datos de 5 especies distintas: Eremotherium (δ13C =−18.20‰) Notiomastodon (δ13C = −8.20‰ a −5.00‰) Toxodon [δ13C =−13.24‰ y −12.60‰ (colágeno) y δ13C = −7.70‰ a −5.50‰ (Hidroxiapatito)] Paleolama (Obtenido a partir de coprolitos) y Equus (δ13C =−1.40‰ to 3.7‰) Estos datos
apuntaban a Equus como ramoneador, a Eremotherium y Paleolama como pastadores y a Notiomastodon
y Toxodon como especies con
alimentación mixta, aunque con preferencias por las plantas C3.
En esta zona se puede ver una clara transición, en la cual el
hábitat se hace cada vez más húmedo y frondoso, con mayor representación de las
plantas C3 hacia la Sub-región A (con el aumento de la latitud) en
contrapunto con el claro dominio de hierbas C4 en la sub-región C,
similar a la actual Caatinga.
La diferenciación de nichos en cada una de estas sub-regiones sería posible
gracias a la inmensa variedad de cada tipo de plantas en su sub-región
correspondiente (C4 en la C y C3 en la A)
Figura 3. Valores del análisis de cada especie según la latitud. |
Ecorregión 4. Sur de Brasil, Uruguay y Norte de Argentina.
Esta ecorregión presentaba el grupo de datos más grande para Toxodon, Equus, Hippidion y Notiomastodon. También hay datos para Glyptodon, Sclerocalyptus,
Neosclerocalyptus, Scelidotherium, Scelidodon, Macauchenia y Paleolama.
En esta zona, los pastadores estaban representados por Equus (δ13C = −11.1‰ a −0.80‰) y Toxodon (δ13C = −12.20‰ a −1.50‰) aunque la dieta de
Equus pasaba gradualmente a mixta
entre 26 y 39°S. Notiomastodon (δ13C = −14.8‰ a −1.00‰) presentaba una
dieta mixta y la de Hippidion (δ13C = -12.20‰ a −8.10‰) era exclusivamente
de plantas C3 (ramoneador)
Las dietas de Scelidodon
(δ13C = −8.7‰) y Selidotherium (δ13C = −6.0‰) a 32°S incluían tanto plantas C3 como hierbas C4.
En el caso de Neosclerocalyptus, su
dieta a 37°S (δ13C
= −5.3‰) era también mixta, mientras que la de Sclerocalyptus se basaba en plantas C3 (δ13C = −10.5‰)
Para Glyptodon, la
dieta varía con la latitud desde una mezcla entre plantas C3 y C4
con predominancia de C3 a 32°S (δ13C = −8.8‰) a una dieta
exclusiva de plantas C3 a 37°S (δ13C = −10.0‰)
Por último, los datos de Macrauchenia
en latitudes altas (δ13C = −9.5‰ a −5.7‰) indica también una dieta mixta, mientras que para Paleolama, la única representación de
los camélidos, los valores por encima de 38°S (δ13C = −8.5‰) indican la
consumición de plantas C3 en espacios abiertos.
En resumen, ninguna de las especies de esta región era
exclusivamente ramoneadora, únicamente había representación de pastadores (Equus y Toxodon) y especies de dieta mixta.
Conclusiones
Aunque es cierto que análisis paleobotánicos exhaustivos o los
estudios sobre la morfología craneal y dental de los restos fósiles facilitan
mucho la labor de establecer qué tipo de ecosistemas poblaban la Tierra hace
millones de años, con estos estudios (y dada la concordancia con teorías
basadas en paleobotánica y palinología) queda en evidencia la utilidad de los análisis
isotópicos como método para analizar la dieta que tenía la especie a estudiar.
Esto es de gran ayuda a la hora de trabajar en aquellas
situaciones en las que los únicos restos disponibles son escasos (un diente, un
hueso, etc) o incluso únicamente se encuentran rastros de su existencia
(coprolitos) Personalmente, me parece fascinante cómo una pequeña muestra de un
animal ya extinguido puede proporcionarnos tanta información, no sólo sobre su
modo de vida ni de su hábitat, sino de sus relaciones con el resto de la biocenosis del lugar.
De este modo, si en nuestra anterior entrada hablábamos de la Paleontología como
herramienta para poder estimar los niveles de los océanos en el pasado, hoy
hemos dado un paso más. Nuestro estudio ha colonizado los medios terrestres,
permitiéndonos resolver una nueva porción del rompecabezas que forman los
tiempos pasados de nuestro planeta.
Ahora, ya sólo nos queda una última pregunta… ¿Cuál será nuestro
siguiente paso?
Para descargar las tablas suplementarias con todos los valores de los estudios: Artículo.
Para otros estudios sobre análisis isotópicos en la Paleontología: Datación de restos herbívoros.
¡EL PLEISTOCENO SE DESPIDE DE TODOS VOSOTROS! |
Bibliografía:
- Anhuf, D., Ledru, M.P., Behling, H., Da Cruz, F.W., Cordeiro, R.C., Van der Hammen, T., Karmann, I., Marengo, J.A., De Oliveira, P.E., Pessenda, L., Siffedine, A., Albuquerque, A.L., Dias, P.L.D., 2006. Paleo-environmental change in Amazonian and African rainforest during the LGM. Palaeogeogr. Palaeoclimatol. Palaeoecol. 239, 510–527.
- Asevedo, L., Winck, G.R., Mothé, D., Avilla, L.S., 2012. Ancient diet of the Pleistocene gomphothere Notiomastodon platensis (Mammalia, Proboscidea, Gomphotheriidae) fromlowlandmid latitudes of South America: stereomicrowear and tooth calculus analyses combined. Quat. Int. 255, 42–52.
- Bargo, M.S., 2001. The ground sloth Megatherium americanum: Skull shape, bite forces, and diet. Acta Palaeontol. Pol. 46 (2), 173–192.
- Dantas, M.A.T., Dutra, R.P., Cherkinsky, A., Fortier, D.C., Kamino, L.H.Y., Cozzuol, M.A., Ribeiro, A.S., Silva, F.V., 2013a. Paleoecology and radiocarbon dating of the Pleistocene megafauna of the Brazilian Intertropical Region. Quat. Res. 79 (2013), 61–65.
- Domingo, L., Prado, J.L., Alberdi, M.T., 2012. The effect of paleoecology and paleobiogeography on stable isotopes of Quaternary mammals from South America. Quat. Sci. Rev. 55 (2012), 103–113.
- Kohn, M.J., Law, J.M., 2006. Stable isotope chemistry of fossil bone as a new paleoclimate indicator. Geochim. Cosmochim. Acta 70, 931–946.
- Koch, P.L., 2007. Isotopic study of the biology of modern and fossil vertebrates. Stable Isotopes in Ecology and Environmental Science. 2, pp. 99–154.
- MacFadden, B.J., 2005. Diet and habitat of toxodont megaherbivores (Mammalia, Notoungulata) from the late Quaternary of South and Central America. Quat. Res. 64 (1), 113–124.
- MacFadden, B.J., Cerling, T.E., Harris, J.M., Prado, J.L., 1999. Ancient latitudinal gradients of C3/C4 grasses interpreted from stable isotopes of New World Pleistocene horse (Equus) teeth. Glob. Ecol. Biogeogr. 8, 137–149.
- MacFadden, B.J., Shockey, B.J., 1997. Ancient feeding ecology and niche differentiation of Pleistocene mammalian herbivores from Tarija, Bolivia: morphological and isotopicevidence. Paleobiology 23 (1), 77–100.
- Marcolino, C.P., Isaias, R.M.S., Cozzuol, M.A., Cartelle, C., Dantas, M.A.T., 2012. Diet of Palaeolama major (Camelidae) of Bahia, Brazil, inferred from coprolites. Quat. Int. 278, 81–86.
- Pereira, I.C.S., Dantas, M.A.T., Ferreira, R.L., 2013. Record of the giant sloth Valgipes bucklandi (Lund, 1839) (Tardigrada, Scelidotheriinae) in Rio Grande do Norte state, Brazil, with notes on taphonomy and paleoecology. J. S. Am. Earth Sci. 43 (2013), 42–45.
- Sánchez, B., Prado, J.L., Alberdi, M.T., 2004. Feeding ecology, dispersal, and extinction of South American Pleistocene gomphotheres (Gomphotheriidae, Proboscidea). Paleobiology 30, 146–161.
3 comentarios:
Me parece muy interesante que se ligue de tal forma la bioquímica y la paleontología para reconstruir la flora y los nichos ecológicos de las especies que además están ya extintas.
Es decir, mediante el análisis de los restos fósiles y la utilización de isotopos tenemos un todo en uno: la reconstrucción del “bicho”, su alimentación y sus respectivos productos (que como bien nos indica Raúl también son utilizados para llevar a cabo este tipo de investigaciones), el ambiente en el que vivía y además características propias de éste, algo que sin duda no se obtiene fácilmente con otros métodos de análisis.
Y relacionado con este tema tenemos este artículo de prensa:
http://www.agenciasinc.es/Noticias/El-analisis-de-isotopos-estables-permite-conocer-la-dieta-y-el-habitat-de-los-mamiferos-sudamericanos-del-cuaternario
Ps. Las imágenes de las reconstrucciones faunísticas merecen ser destacadas.
Ps 2. Estoy deseando saber cuál será la pieza final que una este mundo poblado por herbívoros come-hierbas y foraminíferos estima-niveles.
Un saludo :)
Sobre las cursivas en nombres científicos:
1) En la ristra de taxones estudiados, sólo deberían ponerse en cursiva los géneros, porque si también pones en cursiva las familias, entonces se pierde el sentido inicial de poner un tipo de letra diferente para destacar el nombre de especies y géneros (¡si todo es cursiva es como si nada lo fuera!).
2) En las referencias se te ha escapado algún epíteto específico sin la cursiva.
Corréigelo.
Cynthia, muchas gracias por traer a la palestra uno de los trabajos de nuestra querida Laura (profe de prácticas del grupo A2). Para que veáis la investigación chula que hacen vuestros docentes... jejeje.
Publicar un comentario