Tras cada una de ellas pudo parecer imposible que las condiciones del planeta ayudarían a retomar la vida y por tanto ésta llegaría a su fin. Por suerte, esto no sucedió y la vida resurgió.
Pero no es hasta la extinción del Pérmico en la que esta posibilidad resultaría nula, ya que en esta ocasión una cadena de catástrofes desembocaría en la desaparición de más del 90% de la vida del planeta.
La Tierra, entonces casi desierta, despoblada y sin
vegetación, se había convertido en un planeta con unas condiciones pésimas para
la vida, en la que algunos supervivientes serían los encargados de la repoblación.
No será hasta dentro de 10 millones de años cuando la Tierra
se recuperará, comenzando una nueva etapa en la historia de la vida. Según un
nuevo estudio llevado a cabo por los científicos Zhong-Qiang Chen, de la Universidad de
Geociencias de China y Michael Benton de la Universidad de Bristol, la
recuperación tras la gran extinción del Pérmico fue mucho más lenta de lo que
se valoraba.
Pero en los últimos años, surgió una cuestión sobre el
período inmediatamente posterior a dicha extinción que trajo de cabeza a los
científicos. Esta cuestión es el gran cambio que se produjo en la cadena
trófica marina durante la primera mitad del Triásico ya que no fue sólo una
recuperación de la estructura del Pérmico anterior (Fröbisch, N. B., Fröbisch,
J., Sander, P. M., Schmitz, L. & Rieppel, O. 2013)
Esta cuestión se discute en el artículo de “Lunge feeding in early marine reptiles and
fast evolution of marine tetrapod feeding guilds” por Ryosuke Motani, Xiao-hong
Chen, Da-yong Jiang, Long Cheng, Andrea Tintori & Olivier Rieppel. En el cual se basa esta entrada.
El carácter ancestral de Lepidosauromorpha al cual
pertenecen son; el cráneo diápsido acinético (con hueso cuadrado inmóvil), la
aprensión lingual para la captura de la presa, un rudimentario sistema
quimiosensorial, la detección de las presas usando señales visuales
y captura al acecho.
Una importante innovación evolutiva que distingue a los escamados,
es la estreptostilia. Es la pérdida del arco temporal inferior que permite que el
hueso cuadrado se mueva libremente hacia adelante y atrás alrededor de su
articulación con el hueso escamoso. Este nuevo mecanismo de articulación
aumenta la apertura de las mandíbulas, la velocidad de cierre y la fuerza de la
mordida. En consecuencia, le dio a los escamados acceso a nuevos recursos
alimenticios, permitiendo diversificar las estrategias de alimentación y una
amplia variedad de especializaciones. (Figura 1)
Figura 1. Comparación de mandíbulas delgadas de vertebrados, con algunas mandíbulas robustas. |
Al igual que estos tres linajes principales, varios linajes
menores de reptiles marinos estaban presentes, como es el caso de Hupehsuchians
(diápsido, taxón hermano de Ichthyosauriformes por Motani, R. et al.2013; Young,
C. 1972). Hupehsuchians vivieron a finales del Triásico temprano a pesar de
su distribución temporal y espacial limitada (Young, C. 1972; Wang, K. 1959; Chen,
X., Motani, R., Cheng, L., Jiang, D. & Rieppel, O. In press).
Descripción de los restos
Los restos encontrados de Hupehsuchians abre la discusión
sobre las distintas estrategias alimenticias tras la extinción.
Este grupo tenía un cráneo muy particular con un rostro
aplanado y desdentado, con apariencia de pico de pato, lo cual ha llevado a una
incertidumbre en su modo de alimentación similar al de algunas ballenas
barbadas. Pero su parecido fue cuestionado por los mismos autores que
encontraron el cuello excesivamente largo para ese tipo de alimentación apoyada
por (Collin, R. & Janis, C. M. 1967) dejando el estilo de alimentación
propuesto algo ambiguo. El espécimen bien conservado de Hupehsuchus, reveló la
morfología hasta ahora desconocida, especialmente en relación con el paladar y
la mandíbula. El espécimen se parece mucho a Hupehsuchus
nanchangensis excepto en algunas pequeñas diferencias en el recuento vertebral y el espaciamiento longitudinal de los elementos de las extremidades.
En resumen, se obtiene que Hupehsuchus probablemente se alimentara al desplazarse con la boca abierta para capturar a sus presas ya
que podía ensanchar la mandíbula para expandir el saco gular (Field, D. J.,
Lin, S. C., Ben-Zvi, M., Goldbogen, J. A. & Shadwick, R. E. ; 2011) (Nielsen,
J. G., Bertelsen, E. & Jespersen, A.; 1989). El saco
gular o bolsa gular es una bolsa de piel inflable presente en la
región cervical en algunas especies de aves, mamíferos, reptiles y anfibios utilizada
para amplificar sonidos, almacenar alimentos a través de inclinación
mandibular, basado en la flexibilidad inferida de la mandíbula.
Esto, junto al hecho de que sus extremidades y cola estaban
bien desarrolladas para generar el empuje de aceleración y maniobras,
indica que probablemente fuera un
depredador de aguas profundas, dado su esqueleto pesado. Hupehsuchus muy
probablemente representa el primer depredador de saco gular y gran mandíbula en
la historia de la vida, que aparece hace unos 247.600.000 años en el Spathian
(finales del Triásico Temprano).
Implicaciones tróficas
de las estrategias de alimentación
Los autores realizan una división de las estrategias de
alimentación de los reptiles marinos del Triásico en 24 categorías, basada a las
características relativas a la selección de la presa, captura y procesamiento. Se puede realizar una evaluación utilizando el hábitat de alimentación,
la forma de captura de presas (morder o succionar) y la forma de los dientes;
puntiaguda, redondeada, filtro o desdentado de los fósiles encontrados. Se
espera que estos tres factores puedan indican diferencias en la preferencia de
presa entre estos reptiles marinos (Massare, J. A.. 1987-1988).
Podrían añadirse más criterios pero, un modelo tan
complicado puede oscurecer el patrón básico, haciendo hincapié en los detalles.
Por tanto se utilizan los tres factores básicos para la captura de presas a
gran escala en la evolución de la alimentación de los tetrápodos marinos del
Triásico. Tras el descarte, ya que algunas de las 24 categorías no eran
correspondidas, la ocupación de las nueve categorías restantes a través del
tiempo se resume en el cuadro complementario (Figura2).
La presencia o ausencia de categorías de alimentación en el
cuadro complementario S1 revela tres patrones diferentes de distribución
estratigráfica.
El primer patrón
es la presencia constante del mismo modo de alimentación en el Triásico, que
está representado por dos categorías:
- Depredadores que se alimentaban en zonas pelágicas al desplazarse manteniendo abierta la boca de dientes puntiagudos para captar a sus presas engulléndolas directamente (en su mayoría Ichthyopterygians).
- Depredadores
que vivían en aguas más profundas (dermersales) con dientes redondeados
(Sauropterygians Placodontia y Thalattosaurs).
El segundo patrón
se caracteriza por la primera aparición en el Triásico temprano y desaparición
en varias ocasiones en el Triásico Medio. Cuatro categorías pertenecen a este
patrón:
Depredadores que se alimentaban al desplazarse manteniendo abierta la boca para captar a sus presas engulléndolas directamente. Entre los cuales encontramos:
Depredadores que se alimentaban al desplazarse manteniendo abierta la boca para captar a sus presas engulléndolas directamente. Entre los cuales encontramos:
- Depredadores con dientes redondeados y de zonas pelágicas (Omphalosaurs).
- Depredadores de aguas profundas con dientes puntiagudos (Eeosauropterygians basales).
- Sin dientes (Hupehsuchians),
- Depredador de succión de aguas profundas sin dientes (Cartorhynchus).
El tercer patrón
es una combinación de aparición en diversos momentos durante el Triásico Medio
y Tardío. Este modelo incluye:
Depredadores que se alimentaban al desplazarse
manteniendo abierta la boca para captar a sus presas engulléndolas
directamente:
- De ambiente pelágico y sin dientes (Guanlingsaurus).
- De aguas profundas con filtros (Atopodentatus).
- De aguas profundas sin dientes (Endennasaurus).
En general, la diversificación de las estrategias de alimentación
entre los tetrápodos marinos del Triásico se puede ver como una explosión a
principios del Triásico temprano, seguido de disminución gradual (Fig. 2A). Por
lo tanto, la diversidad en cuanto a estrategias de alimentación en el Triásico
temprano es excepcionalmente alto para reptiles marinos en comparación con los
que se muestran en su historia posterior.
Esos taxones, con los dos primeros modelos de distribución
estratigráfica enumerados anteriormente, representan principios de una explosión
estratégica en cuanto a la alimentación. Pero el tercer modelo, aunque presentó
oportunidades para un número limitado de nuevas estrategias de alimentación en
el Triásico Medio y Tardío, ninguno duró más de una etapa geológica.
Implicaciones en la evolución
de la estructura trófica
Como se señaló anteriormente, se cree generalmente que la
estructura trófica marina se recuperó de la extinción de finales del Pérmico
lenta y gradualmente hacia el Triásico (Chen, Z. Q. & Benton, M. J. 2012),
pero el patrón descrito anteriormente sobre los modelos de alimentación no es
compatible con esta conclusión. La variedad de presas consumidas por estos
depredadores fue probablemente mayor en el Triásico temprano, dada la gran
diversidad de sus estilos de alimentación. Esto a su vez sugiere que la
variedad ya estaba presente en el Triásico temprano, en contra del modelo de
recuperación lenta y gradual.
El ciclo de nutrientes y la "recuperación"
La aparición de los tetrápodos marinos en el Triásico
temprano, añadió una nueva vía para los nutrientes que circulan en las aguas
costeras. El moderno “Whale Pump” se refiere al ciclo de los nutrientes,
especialmente nitrógeno, a la zona eufótica (superficial) desde las capas
inferiores, facilitado por los grandes mamíferos marinos que se alimentan por
debajo de la zona eufótica y defecan cerca de la superficie del mar. Pequeños
mamíferos marinos, como focas y marsopas, también contribuyen a esta actividad (Roman,
J. & McCarthy, J. J. 2006). Incluso si no se alimentan por debajo de la
zona eufótica, se sabe que los tetrápodos marinos siguen contribuyendo a la redistribución
de los nutrientes.
La depredación de tetrápodos de aguas profundas por otros
tetrápodos también mejoraría tales ciclos de nutrientes, aunque la depredación
ocurrió cerca de la superficie del mar.
Hubo una alta diversidad de reptiles marinos en el Triásico
temprano, y algunos de ellos eran lo suficientemente pequeños como para ser
consumidos por otros; Hupehsuchians, que
coexistió con Sauropterygians más grandes, desarrolló un alto nivel de
protección del cuerpo, incluyendo espinas (Chen, X., Motani, R., Cheng, L.,
Jiang, D. & Rieppel, O. 2015) , o un gran húmero del Triásico temprano
perteneciente a una gran Ichthyopterygian (Scheyer, T. M., Romano, C., Jenks,
J. & Bucher, H. 2014), que señalaba que probablemente era lo
suficientemente grande como para consumir reptiles marinos más pequeños. Estos
descubrimientos son la muestra de que la depredación de tetrápodos marinos ya
comenzó a principios del Triásico, y es probable que mejoraran la eficiencia del
ciclo de nutrientes. Teniendo en cuenta que el bombeo de nutrientes por
tetrápodos marinos no existía en el Pérmico Tardío, la estructura trófica
marina después de la aparición de estos animales en el Triásico temprano no era
equivalente a la estructura trófica antes de la extinción.
Bibliografía
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1 comentario:
Donde dices escamados, en realidad, debería decir escamosos, que es nombre correcto del grupo en castellano.
Los nombres de especies se ponen en cursiva incluso en los títulos de los tebanos referenciados.
Para terminar, la reseña de otro bloguero:
http://www.scilogs.com/blogozoic/lunge-feeding-hupehsuchians-show-diversity-of-early-triassic-ecosystems/
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