Mi interés en las últimas entradas que he publicado en este blog se ha centrado en especies de la megafauna cenozoica que habitaron La Tierra durante el Terciario y parte del Cuaternario y en las causas que provocaron que la mayor parte de ellas se hayan extinguido.
En la actualidad ver un elefante africano (Loxodonta africana), el mamífero terrestre más grande, supone una gran impresión por su tamaño. Lo mismo nos pasa con el tamaño de los esqueletos de algunos dinosaurios.
Sin embargo, exceptuando casos como los mamuts, parece que los megamamíferos estan más olvidados, a pesar de ser tan recientes en el tiempo geológico, y teniendo dimensiones igual de sorprendentes.
Un caso del que me gustaria haber hablado es el del Paraceratherium, un mamífero que vivió hasta hace 16 millones de años en Asia, y que por el momento es el más grande de los mamíferos terrestres que se conocen.
Manada de Paraceraterios |
Llegaba a medir 8 metros y pesaba más de 20 toneladas. Estas dimensiones tan enormes no parecen ser casualidad, ya que se ha visto que diferentes grupos de animales, han ido alcanzando tamaños cada vez mayores según fueron evolucionando.
La evolución hacia tamaños enormes
En la historia evolutiva algunas especies de dinosaurios alcanzaron dimensiones desmesuradas. Además actualmente hemos visto una tendencia al aumento de tamaño en mamíferos como elefantes, rinocerontes, los cetáceos, etc.
Nosotros mismos y otras especies de primates, aunque nunca hemos desarrollado dimensiones gigantescas, sí hemos incrementado paulatinamente el tamaño de nuestro cuerpo.
Este fenómeno es conocido en biología como la regla de Cope, y establece que en la evolución de los vertebrados bajo condiciones ambientales estables y favorables, se tiende al aumento del tamaño corporal. Esta regla aunque fue postulada primeramente para los vertebrados, también se ha podido aplicar a otros grupos como los moluscos o los artrópodos, por casos como el calamar gigante (Architeuthis) o los insectos gigantes que vivieron en el Carbonífero (Meganeura).
Esta tendencia a aumentar de tamaño se rige por la selección natural que en algunos casos favorece el desarrollo de la megafauna. Un animal de grandes dimensiones tendrá menos probabilidades de encontrar un depredador natural. Aquí es donde la presencia humana toma importancia, ya que parece ser que hemos entorpecido mucho esta tendecia evolutiva. Los humanos por necesidad o por miedo nos hemos ensañado especialmente con los seres vivos de mayor tamaño.Este fenómeno es conocido en biología como la regla de Cope, y establece que en la evolución de los vertebrados bajo condiciones ambientales estables y favorables, se tiende al aumento del tamaño corporal. Esta regla aunque fue postulada primeramente para los vertebrados, también se ha podido aplicar a otros grupos como los moluscos o los artrópodos, por casos como el calamar gigante (Architeuthis) o los insectos gigantes que vivieron en el Carbonífero (Meganeura).
Gráfico de variación de tamaño de diferentes órdenes de animales en los últimos millones de años (Joanna Baker et al.,) |
Si es cierto que los dinosaurios también se extinguieron aun viviendo muchos millones de años antes de que los humanos apareciesemos, pero en el caso de la megafauna más reciente está casi comprobado que fuimos un factor importante en su extinción.
Además de la presencia humana, con el aumento del tamaño en los animales, surge la necesidad de ingerir una cantidad enorme de alimento, los individuos crecen más lentamente, son más longevos, lo que supone a veces una infancia más larga (la época más crítica en la superviviencia), y suelen tener pocas crías en cada parto. Parece entonces que si bien el gran tamaño es una ventaja, solo es viable mientras no haya cambios desfavorables en el ambiente durante más tiempo de lo habitual.
Los artículos sobre los que hice mis entradas se centran en especies de la megafauna de Norte América, Sur América y Australia.
El artículo de mi primera entrada no trata estos temas, pero el pez sobre el que hable podría tratarse de un caso de evolución convergente en el tiempo, ya que fue un pez que paso a ser herbívoro por un cambio favorable a ello en su nicho ecologico 160 millones de años antes que el resto de especies de su misma familia.
Esto podría relacionarlo con la evolución a una megafauna tanto de mamíferos como de aves en algunos casos, en lugares muy aislados entre sí, Australia, América, y el resto de continentes. Se produjo una tendencia similar en especies muy distintas y alejadas genéticamente.
En mi entrada sobre el león cavernario hablé de cómo Panthera leo spelaea partiendo desde Asia evolucionó en Alaska a una subespecie Panthera leo atrox, que se extendió hacia el resto de América. Esta última especie fue de mayor tamaño, siendo el félido mayor que se conoce.
Además se discute entre si la presencia humana o el cambio climatico fue la causante de su extinción, que también puede aplicarse al resto de la megafauna americana.
También se discute sobre esto en la entrada ''Extinción de la megafauna en América del Sur'' donde se intenta delimitar mejor las fechas de llegada de los humanos para poder relacionarlo con las extinciones o atribuirlo más a las glaciaciones.
En la última entrada, sobre la extinción de gran parte de la fauna del Pleistoceno de Australia se afirma con más seguridad que fue un cambio climatico el causante de la extinción.
Sin embargo en el resto de artículos que he visto para poder realizar las entradas, apenas hay una conclusión definitiva sobre las extinciones. Todo se queda como una mezcla de muchos factores.
En mi opinión, aunque en algunos casos como el león americano, que fue extinguidose de norte a sur coincidiendo con el avance humanos desde Beringia, no creo que en la mayor parte de los casos los humanos hayan influido demasiado en la extinciones.
En las épocas de las que hablo en las entradas, la población humana era muy excasa, y creo que apenas pudo tener influencia en áreas tan grandes de La Tierra. Aunque en la siquiente imagen la relación de los humanos con la extinciones parece clara:
Lo que si pienso es que la mayoría de las extinciones más recientes, según ha aumentado la población humana, sí son enteramente nuestra culpa, como el caso de las moas (Dinornis) en Nueva Zelanda o los elefantes de guerra (Loxodonta africana pharaoensis) en el Norte de África.
Aborígenes recién llegados a Nueva Zelanda cazando moas |
Estas amenazas a la megafauna se agravan en la actualidad con las pocas especies de este tipo que aún sobreviven, como la ballena azul Balaenoptera musculus, el animal más grande de la historia, los grandes animales de África, los félidos de Asia...
Y no solo animales de gran tamaño, si no de cualquier tipo. Una última extinción reciente, en el siglo XX fue la del Tilacino (Thylacinus cynocephalus), un curioso mamífero marsupial que podía abrir su boca hasta 120º, extinto por la persecución continua de los europeos que llegaron a la isla de Tasmania.
Fotografía de Tigre de Tasmania (Thylacinus cynocephalus) |
Referencias:
Joanna Baker et al., 2015. ''Adaptive evolution toward larger size in mammals''
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