El lago Eyre es un lago endorreico, actualmente el mayor de Australia, aunque pocas veces se puede observar lleno. Se encuentra en medio del desierto y presenta un alto déficit hídrico la mayor parte del tiempo. Su máximo histórico está en torno a los 32 km³ circunstancia que se dio en 1974.
En el pasado la cuenca del lago recibía muchas más lluvias y llegó a unirse con el lago Frome, situado al sur, formando un único lago que en su máxima extensión acumuló más de 350 km³ de agua.
La extinción de la megafauna en el Pleistoceno en Australia se asocia con la llegada de los humanos hace 60.000 años, y aunque esto se discute con los que apoyan como causa un cambio del clima, en Australia parece más apoyada la influencia humana, que en otras zonas del mundo donde el cambio climático fue más evidente.
El pico de extinción datado se da en torno a hace 50.000 y 40.000 años, y en ese momento no se registra un cambio climático significativo. Las teorías que implican la presencia humana como principal causa afirman que el culpable fue la deforestación. Los aborígenes quemaban los bosques para aumentar el terreno cultivable, y esto supuso una reducción paulatina del hábitat de muchas especies. Sobre todo se notó un gran cambio en las zonas ahora desérticas del centro de Australia. Al parecer estas zonas estaban forestadas con especies de árboles y arbustos adaptadas a la sequía. El aumento de los incendios transformó este ecosistema en un desierto, con tan sólo algunos arbustos resistentes al fuego.
A partír de pruebas de Carbono-13 de huevos de Genyornis newtoni, se pudo saber que hubo un cambio en la dieta herbívora de plantas C4 a plantas C3, que son plantas más adaptadas a las condiciones del desierto. Esto puede probar el paso de un bosque seco a un desierto de arbustos. Este cambio favoreció a las especies generalistas y llevó a la extinción a las especies especialistas, entre ellas Genyornis newtoni , una especie de ave australiana de gran tamaño (2.5 metros), que se extinguió hace unos 45-50.000 años.
Genyornis newtoni perseguida por unVaranus priscus |
Este artículo estudia el cambio hidrológico de Australia durante el Pleistoceno, como posible factor de la extinción de la megafauna. Para ello se han estudiado las paleo costas del lago Eyre. Los límites del lago marcan posiciones muchas veces por encima de antiguos restos de vegetación de esa época, por lo que se deduce que el balance hídrico presentaba muchas variaciones. Además para que se forme una línea de costa identificable estas crecidas y disminuciones del nivel del agua debían ser mantenidas durante mucho tiempo. Entonces necesariamente el lago debería pasar por ciclos de años secos y años húmedos.
Estas investigaciones aportan nuevos datos y además apoyan estimaciones anteriores del antiguo nivel del lago (Magee et al., 2004).
Se presentan datos de hace entre 108.000 y 74.000 años donde el lago alcanzaba periódicamente una profundidad máxima de 25 metros y hasta 400 km³, seguidos de un periodo en el que los lagos Frome y Eyre se dividieron quedando el lago Eyre en 215 km³ y el lago Frome en 80 km³. Desde hace 48.000 años en adelante, la presencia de agua cada vez ha sido menor quedando actualmente seco con eventuales inundaciones de menos de 30 km³.
Estos datos suponen un cambio climático hacia menos precipitaciones tanto en el entorno del lago, como en el resto de la amplia cuenca endorreica que ocupa gran parte de la Australia central.
Hasta el momento se apoya la hipótesis de un colapso ambiental por la presencia humana, y apenas se tiene en cuenta el cambio climático por ser ''excaso'' e ''inconstante''. Las pruebas que presenta el articulo dejan claro que este cambio sí tuvo mucha importancia, y además sumamos a esto que en la cuenca del Eyre no hay evidencias de presencia humana hasta hace 35.000 años, mucho después del momento de mayores extinciones y del comienzo del clima seco.
Evidencias más recientes de presencia humana. En gris claro se representa las zonas de clima árido de Australia, y en gris oscuro la cuenca del lago Eyre. |
Todo esto nos permite usar las mismás pruebas que defienden la culpabilidad humana, para demostrar que el efecto negativo en el medio ambiente que se atribuye a la llegada de los aborígenes, lo provocó la disminución del agua.
El estudio de Carbono-13 de huevos de Genyornis newtoni encontrados a no más de 35 km del antiguo margen del Lago Eyre vuelve también a inducir un cambio de dieta de plantas C4 a plantas C3, pero esta vez interpretamos esto como un cambio provocado por la escasez de agua. Los datos nos dan informacion de un cambio gradual, que no se corresponde con un cambio brusco que sería el resultado de la quema del bosque por parte de los humanos. Sea esta prueba evidencia de la extinción o no, lo que si queda demostrado es el desecamiento del centro de Australia, y que durante la extinción de Genyornis newtoni, este ya se había iniciado.
No se conocen todos los lugares donde vivió Genyornis newtoni en la cuenca del lago Eyre, o hasta que punto tuvo dificultades en la adaptación hacia un clima más seco, pero parece razonable que la pérdida de más de 10.000 km² de superficie de agua, sumada también a disminución del nivel de los ríos, reduce la viabilidad de grandes herbívoros como Genyornis newtoni y de sus depredadores carnívoros.
El artículo quiere dejar muy claro la evidencia de la extinción causada por la aridez progresiva, frente a la problemática de la causa de las extinciones de mamíferos en América y Eurasia, y rechaza cualquier hipótesis que afirme la estabilidad climática de Australia durante el Pleistoceno.
Sin embargo estos estudios se centran exclusivamente en el centro de Australia, en el que el clima árido de por sí, necesitaba una fuente de agua dulce para mantener el ecosistema. Al secarse aún más la cuenca del Eyre y desaparecer este lago, la disponibilidad de agua era casi nula, y los herbívoros de estas zonas se extinguieron.
Este ecosistema parecía muy delicado y dependiente de la presencia de los lagos y ríos en un entorno árido, pero en el resto de Australia con un clima más húmedo los cambios no pudieron ser tan dramáticos, y en esos otros lugares parece una opción más lógica que fuesen los humanos una de las mayores causas de la extinción.
Sin embargo estos estudios se centran exclusivamente en el centro de Australia, en el que el clima árido de por sí, necesitaba una fuente de agua dulce para mantener el ecosistema. Al secarse aún más la cuenca del Eyre y desaparecer este lago, la disponibilidad de agua era casi nula, y los herbívoros de estas zonas se extinguieron.
Este ecosistema parecía muy delicado y dependiente de la presencia de los lagos y ríos en un entorno árido, pero en el resto de Australia con un clima más húmedo los cambios no pudieron ser tan dramáticos, y en esos otros lugares parece una opción más lógica que fuesen los humanos una de las mayores causas de la extinción.
Referencias:
Artículo pricipal: Tim J. Cohen et al,. 2015. ''Hydrological transformation coincided with megafaunal extinction in central Australia''
Magee et al., 2004. ''Continuous 150 k.y. monsoon record from Lake Eyre, Australia: Insolation forcing implications and unexpected Holocene failure: Geology''
1 comentario:
En la prensa on-line:
http://phys.org/news/2015-02-lakes-stoke-megafauna-debate.html
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