Recuerdo que hace tiempo en el
programa de la BBC británica “Chased by Dinosaurs” el
presentador de televisión Nigel Marven trataba
de alimentar a un rechoncho dinosaurio en mitad del desierto (Fig. 1).
Fig. 1. Yo a lo Nigel Marven.
Elaboración propia.
Siempre me ha llamado la atención
este animal, tal vez porque se queda fuera del estereotipo de gran reptil de
película o simplemente porque en el mundillo paleontológico es conocido como
“la oveja del Cretácico”. Por ello y aprovechando la lectura de un
artículo publicado en Palaeontologia Electronica sobre cómo esta entrañable ovejita se las ingeniaba para buscar
compañera, he decidido hacerle protagonista de mi segunda entrada en este
nuestro blog:
De nombre Protoceratops andrewsi (Granger & Gregory, 1923) es un ornitisquio ceratópsido de la
familia Protoceratopsidae. Herbívoro,
cuadrúpedo, con 2 metros de largo, 1 de alto y 70 kg. de peso y poseedor de cola
robusta, carecía de cuernos aunque toma su nombre en griego “proto-cerat-ops, primera
cara con cuernos” de los grandes huesos yugales que sobresalen en sus mejillas.
Su cabeza estaba protegida por una placa ósea con una mandíbula prominente
acabada en pico (Dodson, 1996) y una gola que se extendía desde la parte
posterior de la cabeza sobre el cuello (Dodson & Osmólska, 2004) que es
la base de esta entrada (Fig. 2).
Fig. 2. Fósil completo adulto de Protoceratops andrewsi. Mongolian
Paleontogical Centre Ulan Bator.
Vivió hace 75-80 millones de años
en el piso Campaniense del Cretácico Superior en el territorio actualmente ocupado
por Asia Central (Fig. 3).
Fig. 3. Por aquí anduvo nuestro
protagonista. Elaboración propia.
Sus fósiles proceden de Bayan Mandahu en Mongolia y de la Formación Djadokhta (Jerzykiewicz, et al., 1993) en el desierto de Gobi
entre China y Mongolia. Algunos de ellos fueron descubiertos en 1922 por el
naturalista y explorador Roy Chapman Andrews durante
una expedición científica a Asia Central en busca del origen del hombre (Figs.
4 y 5). Reseñar que la especie (andrewsi)
de nuestro ceratópsido amigo fue puesta en su honor.
Figs. 4 y 5. Roy Chapman Andrews y su expedición a Asia. Bettman/CORBIS
y American NHM.
Excelente documento gráfico…
Dentro de las placas
continentales centrales de Asia, las areniscas rojas campanienses que afloran
en estas zonas están asociadas a facies sedimentarias de depósitos eólicos
ocasionados por grandes tormentas de arena, ocasionalmente de tipo aluvial y
lacustre con lagunas de inundación.
Aquí se encuentran los famosos
acantilados rojos "Flaming Cliffs" (Fig. 6), uno
de los mejores yacimientos paleontológicos del mundo (Novaceck et al., 1995) y más pródigos en restos
completos de dinosaurios, huevos e icnitas (Lockley,
1991). Prueba de ello un excelente conjunto fosilizado (Fig. 7) de Protoceratops andrewsi atacado por el terópodo Velociraptor mongoliensis (Osborn, 1924). Se sospecha que los dos animales fueron
sorprendidos por una tormenta de arena o por el movimiento de una duna que les
sepultó en vida (Carpenter, 1998).
Fig. 6.
“Flaming Cliffs” en el desierto de Gobi. Geotourism Challenge 2009.
Fig.
7. Protoceratops VS Velociraptor. Mongolian Academy of
Sciences Ulan Bator
El combate en directo
con árbitro achinado y Velociraptor
desplumado… https://www.youtube.com/watch?v=qwOb7Ofpuoo
Entrando en materia…
En 1859 el gran naturalista
inglés Charles Darwin con la publicación de "The Origin of Species by Means of Natural Selection" planteó el concepto de evolución sobre un proceso
de selección natural. No obstante, el desarrollo
exagerado de ciertas partes del cuerpo o los colores llamativos no se ajustarían
a este proceso, ya que los rasgos heredables son aquellos que aumentan las
probabilidades de supervivencia (Darwin, 1859). Concretamente sobre los
caracteres sexuales de las aves, Darwin decía que los machos poseen protuberancias, crestas, buches,
moños, penachos y largas plumas para seducir a las hembras (Darwin, 1859).
La ceremonia de cortejo del pavo
real (Pavo cristatus) es claro ejemplo
de ello (Fig. 8).
Fig. 8. Pavo real (Pavo cristatus) intentando ligar.
Enciclopedia animal.
Por otro lado el biólogo inglés Sir Ronald Aylmer Fisher, otro gran maestro en selección natural, afirmaba que las hembras eligen a los machos que les resultan
más atractivos que son los que tienen ornamentos más exagerados para poder así transmitir
esta capacidad a sus futuras generaciones (Fisher, 1915).
Paleoartista Christopher DiPiazza
(2013). Elaboración propia.
Volviendo a mi querido Protoceratops andrewsi, los autores del
trabajo de la Queen Mary University de Londres sobre 37 muestras de fósiles
pertenecientes al American Museum of Natural History
de Nueva York y del Mongolian Paleontological Centre de Ulan Bator, han seguido la evolución de la gola ósea que mi ovejita favorita
tenía alrededor de la cabeza y en el cuello. David Hone y sus colegas han
analizado exhaustivamente los cambios de longitud y anchura de la estructura en
cuatro estados de vida: cría, joven, casi adulto y adulto (Brown &
Schlaikjer, 1940), concluyendo que las crías no la poseían pero que luego crecía
repentinamente cuando se alcanzaba la madurez (Fig. 9). La gola no solo
cambiaba de tamaño sino también de forma, haciéndose más ancha a medida que el
individuo envejecía (Maryanska & Osmolska, 1985).
Fig. 9.
Evolución del tamaño y la forma de la gola en Protoceratops andrewsi. Vista dorsal (arriba) y lateral (abajo). De izquierda a derecha: cría, joven,
adulto, posible adulto hembra y posible
adulto macho. Hone, Wood & Knell.
¿Y lo del comportamiento sexual?
La respuesta está en que las golas
estudiadas presentan alometría positiva (>1)
es decir que en proporción aumentan de tamaño más rápidamente que el resto del
cuerpo según la ecuación exponencial alométrica y=axb, donde “y” es
el tamaño de la estructura y “x” el cuerpo del individuo.
Dado que esta característica es
solo observada en adultos, es posible descartar que la estructura tuviera otra
función distinta, como la de ser un dispositivo de regulación de temperatura o
haber sido usada como defensa activa dada su fragilidad ante grandes
depredadores. Por ello y como ocurre en especies actuales, el ornamento pudo
ser un reclamo para atraer a potenciales parejas o para fijar una posición dominante frente a
otros individuos de la misma especie (Fig. 10).
Fig. 10. Dos
machos de Protoceratops andrewsi en
posición de “combate sexual” junto a varias hembras que les observan.
Paleoartista Rebecca Gelernter.
UN PRIMO CABEZÓN Y UN
AMIGO VOLADOR
Buscando en el árbol genealógico
familiar de nuestro protagonista, he encontrado un pariente lejano que vivió en
los mismos territorios 20 millones de años antes. Se llamaba Psittacosaurus major (Sereno et al., 2007), otro humilde ceratópsido
representativo de los aspectos tratados. En esta especie la selección sexual habría
sido la responsable de que fuera un “dinosaurio cabezón“ (Fig. 11). Sobre sus
fósiles se ha comprobado que según se hacía adulto se producía un
agrandamiento progresivo y desproporcionado del cráneo con respecto al resto de
su masa corporal.
¿El motivo?
Que las cabezas más grandes
y llamativas serían las más atractivas para las hembras aun a costa de reducir la
movilidad en el cuello del macho, otro caso que asocia la alometría positiva
con el comportamiento socio-sexual del animal (Sereno et al., 2007).
Fig. 11. Esqueleto fósil del primo Psittacosaurus. Children´s
Museum of Indianapolis.
En cuanto a amistades se refiere citaré
uno, el gran amigo americano Pteranodon sternbergi (Harksen, 1966). Este Pterosauria que recordemos NO es un dinosaurio, vivió
también en el Cretácico Superior de los estados americanos de Kansas, Nebraska,
Wyoming y Dakota del Sur.
Aparte de por sus 6 metros de
envergadura alar, este reptil volador es conocido por la larga y pronunciada cresta
que los machos coronan en su cabeza y que en las hembras aparece solo como una
pequeña protuberancia triangular (Fig. 12). Una vez más esta estructura de
visualización estaría implicada en la selección sexual de las hembras en favor
de los machos con las crestas más grandes y vistosas (Bennet, 1992).
Fig. 12. Esqueletos completos de Pteranodon sternbergi, macho delante y
hembra. Royal Ontario Museum
Canadá.
Hoy, 80 millones de años después,
también el macho adulto de Gorilla
beringei (Matschie, 1903) presenta
un fuerte dimorfismo sexual (Fig. 13) con una
marcada cresta ósea cefálica en lo alto del cráneo (cresta sagital) y en la
nuca (moño occipital) asociadas a la señalización frente a la hembra (Groves,
2005).
Fig. 13. Está muy claro quién es el
macho. BIOPARC Valencia.
Para ver más… https://www.youtube.com/watch?v=gUxTJuNRhyI
Otro ejemplo de
alometría positiva es Uca pucnax (Smith, 1870), un crustáceo de los llamados cangrejos violinistas que habita en
el Atlántico Medio y noreste de Estados Unidos. Las hembras y los machos
jóvenes tienen las dos pinzas de igual tamaño, sin embargo a medida que el
macho se hace adulto una de las dos empieza a crecer más rápidamente que la
otra (Fig. 14) llegando a constituir el
38% del peso total del animal (Packard, 2012).
Los cangrejos
violinistas machos usan la tenaza para proteger su territorio de otros machos y
para el ceremonial de cortejo frente a sus parejas (Latruffe, et al., 1999). Tras exhibir la pinza,
retrocede hasta su agujero a donde la hembra le sigue para aparearse (Fig. 15).
Fig.
14. Chico y chica de Uca pucnax… Fig.
15. …y su cortejo nupcial.
Artesdepesca.blogspot y FRAMEpool Photo.
A modo
personal y para finalizar, comentaré que hace 6 años CosmoCaixa Madrid, hoy
CaixaForum Madrid, presentó en Alcobendas la espectacular exposición “Tesoros del desierto de Gobi” de la que fui testigo junto a mi familia. En total
43 fósiles originales de cráneos, esqueletos completos, huevos y otras “dino-maravillas”
recogidas en el desierto de Gobi por expediciones del siglo pasado y
pertenecientes a la Academia de las Ciencias de Mongolia.
Revolviendo mi archivo fotográfico
he conseguido rescatar dos recuerdos de los que creo sobran las palabras. La
primera fotografía (Fig. 16) es el fósil de un bebé de Protoceratops andrewsi en el que observamos con nitidez la casi
nula presencia de la gola comentada.
Fig. 16. Esqueleto de cría de Protoceratops andrewsi.
Formación
Djadokhtia. Tugrugeen Shireh. Desierto de Gobi. Mongolia.
La segunda (Fig. 17) es el
esqueleto completo de un adulto de la misma especie en posición de vida, tal
vez sorprendido por otra tormenta de arena cretácica. Se aprecia claramente el
gran ornamento sobre su cabeza y su tamaño con respecto al resto del cuerpo.
Fig. 17. Protoceratops andrewsi adulto.
Formación Djadokhtia. Tugrugeen
Shireh. Desierto de Gobi. Mongolia.
En mi primera entrada vimos como el terópodo Irenesauripus hacía grandes rasponazos en el suelo con el fin de llamar
la atención de su pareja en un auténtico acto de cortejo comparándolos con los
que hacen especies actuales para el mismo propósito. Ahora en este fenomenal
trabajo se demuestran mediante llamativas y exageradas estructuras en el
cuerpo las semejanzas entre la selección sexual de nuestra “ovejita de 80
millones de años” y la de animales que hoy habitan nuestro planeta.
En palabras de sus autores, “el
patrón de crecimiento observado en la gola del Protoceratops encaja con las estructuras de numerosas especies
actuales y forma un modelo coherente de desarrollo hasta la edad adulta. Por
otro lado la selección sexual no se explica solo a través de las
características más impresionantes, raras y bellas del reino animal, también
parece desempeñar un papel determinante en cómo surgen las nuevas especies”.
… Y todo esto ¿para
qué?...
¡Hasta la próxima!
Y para saber un poco más…
REFERENCIAS
- Bennet, S.C. 1992. Sexual dimorphism of Pteranodon and others pterosaurs, withcomments on cranial crests. Journal of Vertebrate Paleontology, 12 (4): 422-434.
- Brown, B. & Schlaikjer, E. M. 1940. The structure and relationships of Protoceratops. Annals of the New York Academy of Sciences, 40: 133-266.
- Carpenter, K. 1998. Evidence of predatory behaviour by carnivorous dinosaurs. GAIA 15: 135-144.
- Darwin, C. M. A. 1859. The Origin of Species by Means of Natural Selection. London: John Murray, Albermarle Street.
- Dodson, P. 1996. The Hornet Dinosaurs. Priceton University Press. New Jersey, pp. 200-234.
- Dodson, P. & Osmólska, H. 2004. The Dinosauria. University of California Press. Berkeley.
- Fisher, R. A. 1915. The Evolution of Sexual Preference. The Eugenics Review, 7 (3): 184-192.
- Granger, W. & Gregory, W. K. 1923. Protoceratops andrewsi a Pre-Ceratopsian Dinosaur from Mongolia. American Museum Novitates, 72: 1-6.
- Groves, C. 2005. Mammal Species of the World. Baltimore: Johns Hopkins University Press, pp. 181-182.
- Harksen J.C. 1966. Pteranodon sternbergi, a new fossil pterodactyl from Niobrara Cretaceous of Kansas. Proceedings of the South Dakota Academy of Science, 45: 74-77.
- Jerzykiewicz, T., Currie, P. J., Eberth, D. A., Johnston, P. A., Koster, E. H. & Zheng, J-J. 1993. Djadokhta Formation correlative strata in Chinese Inner Mongolia: an overview of the stratigraphy, sedimentary geology, and paleontology and comparisons with the type locality in the pre-Altai Gobi. Canadian Journal of Earth Sciences, 30(10): 2180-2195.
- Latruffe C., McGregor P.K. & Oliveira R.F. 1999. Visual signalling and sexual selection in male fiddler crabs Uca tangeri. Marine Ecology Progress Series, 189: 233-240.
- Lockley, M. G. 1991. Tracking Dinosaurs: a new look at and ancient world. Cambridge University Press. Cambridge.
- Maryańska, T. & Osmólska, H. 1985. On Ornithischia Phylogeny. Palaeontologia Polonica, 30: 137-150.
- Novaceck, M. J., Norell, M., McKenna, M. C. & Clark, J. 1995. Fósiles de Flaming Cliffs. Investigación y Ciencia 221. Febrero 1995.
- Osborn, H. F. 1924. Three new Theropoda, Protoceratops zone, Central Mongolia. American Museum Novitates, 144: 1-3.
- Packard G.C. 2012. Julian Huxley, Uca pugnax an the allometric method. Journal of Experimental Biology, 215: 569-573.
- Sereno P.C., Zhao X., Brown L. & Lin T. 2007. New psittacosaurid highlights skull enlargement in horned dinosaurs. Acta Palaeontologica Polonica 52 (2): 275-284. .
·
2 comentarios:
Una entrada muy interesante. ¡Buen trabajo!
Y también ha atraido atención de los medios internacionales:
https://www.theguardian.com/science/lost-worlds/2016/jan/13/protoceratops-crest-sexual-social-displays-new-study
https://www.sciencedaily.com/releases/2016/01/160113221215.htm
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