lunes, 9 de marzo de 2015

De serpientes petrificadas a ammonites.


Actualmente es muy obvio que un ammonites sea un ammonites, pero en el siglo XVI no lo tenían tan claro, serpientes petrificadas, esqueletos de peces enroscados, incluso con nuevas técncias lo interpretaron como foraminíferos gigantes. Marco Romano, con su artículo, nos ofrece un paseo por la historia de la Paleontología en Italia y las distintas interpretaciones que dieron a los fósiles de ammonites desd el siglo XVI hasta el siglo XIX.




Introducción

Los fósiles de ammonites tienen un atractivo en la literatura tanto científica como literaria. En obras literarias tenemos autores como Scott, Schiller y Goethe (Nelson 1968), pero uno más conocido es Emilio Salgari, autor de las novelas de Sandokán, donde en su libro La conquista de un Imperio, aparece un fósil de ammonites con el nombre e "cuerno de Ammón" que representa una forma del cuerpo de el Dios Visnú (Salgari 2004).
Pero no solo en la literatura, también en leyendas como las de Santa Kenya o la abadesa Santa Hilda (Nelson 1968) nos encontramos curiosos fósiles.

En la literatura científica, los ammonites ya empezaron ha aparecer en la obra de Plinio el Viejo, Naturalis Historiae, que se remonta al 75 DC (Sarti 1994, 2003). También han sido de gran importancia como indicadores bioestratigráficos, como veremos más adelante.



Siglo XVI

Empezamos el siglo con una figura ilustre que todos conocemos, Leonardo Da Vinci (1452-1519). Da Vinci a parte de ser una gran pintor, y cientifico, tambien hizo su aporte a la geología y la paleontología. Es uno de los primero en interpretar  correctamente los fosiles como organismos litificados. Ademas rebate la hipótesis del Diluvio Universal, ya que encuentra ammonites de distintas edades y tamaños en las montañas, razonando que tiempo atrás el Mediterraneo tuvo que haber cubierto las zonas mas bajas de Italia.

Figura 1- Ammonites, H. radians (al de arriba),
P. doderleniamun  (al de abajo)
Ulisse Aldrovandi (1522-1605) es el primero en convertir una colección de un aficionado en un museo público. Aldrovandi describe los fósiles  con una espiral con rayos, que realmente son las "costillas" de ornamentación y los "detecta" como una serpiente que se refiere al nombre "Ophiomorphites". En la figura 1 podemos ver ammonites de la colección de Aldrovandi que se atribuye a la especie Harpoceras radians Neumary 1875 y Phylloceras doderleniamun (Foresti 1887). En la figura 2 podemos ver más ammonites  de la colección  de Aldrovani que no pueden ser identificados pero posiblemente  podrían ser de Harpoceras serpentinum Neumayr 1875 (Foresti 1887). Ambas figuras han sido extraídas de la obra de Aldrovandi, "Musaeum Metallicum".

Figura 2- Ammonites, H.serpentinum
Michele Mercati (1541-1593) es otro autor que describe e ilustra ammonites, y también bivalvos y numulites. En la figura 3 podemos ver un extracto de sus ilustraciones. A pesar de haber descrito y dibujado distintos fósiles, el autor prefiere la interpretación de que los fósiles son inorgánico, siendo un retroceso con lo hipótesis de Leonardo Da Vinci. Mercati se refería a los fósiles como “Lapides idiomorphoi”, que se puede traducir como “piedras dotadas con forma adecuada”.
Figura 3- Ammonites, su formación
se atribuia a "cuerpos celestiales" 
Por lo tanto, se encuentran dos hipótesis sobre el origen de los fósiles de ammonites, de origen inorgánico como pensó Mercati y de origen orgánico, como pensó Da Vinci.

Otro autor a nombrar es Ferrante Imperato (1550-1631) que menciona los fósiles de ammonites en su obra Historia Naturale. En su obra deduce que el mar no permanece siempre en el mismo sitio y a través del tiempo los limites entre la tierra y el mar han variado. Este autor consideraba que los fósiles eran restos orgánicos litificados, llego a esta conclusión gracias a la observación y el razonamiento. Imperato menciona en su trabajo un fósil con rayas horizontales, y lo define como “Corno di Ammone”, pero desgraciadamente representa más a un rudista. (Figura 4).
Figura 4- Espécimen descrito por Imperato,
pero representa más a un espécimen de rudista.

Siglo XVII

En este siglo aun prevalece la idea de que los fósiles sean de origen inorgánico. Aunque se expuso tres teorías sobre la fosilización y el origen de los fósiles, a manos de Chiocco. Estas tres teorías fueron: la del “lapidifying juice”, el “aura seminalis” y una tercera que exige la retirada del mar y la deposición de los organismos marinos.  A pesar que Chiocco describió algunos ammonites, el autor los interpreto como serpientes petrificadas.
Lodovico Moscardo ilustro dos ammonites (Figura 5) aunque también los interpreto como serpientes petrificadas. Pero al menos acepta que el mar en algún momento cubrió grandes extensiones y no que los fósiles encontrados crecieron entre los depósitos de las montañas.
Aunque se va aceptando que los fósiles son de origen orgánico, aun su interpretación es errónea confundiéndolos como serpientes petrificadas. Esto es debido a que Ammonoidea  no tiene un ser análogo esclarecedor en la actualidad.
Otro autor que está de acuerdo con la naturaleza orgánica de los fósiles hallados en las montañas es Agostino Scilla, un pintor italiano. Sin embargo, Scilla nunca menciona los fósiles de ammonites en su obra, esto puede ser porque el pintor solo analizaba y describía fósiles que recolectaba el mismo, y la mayoría de esos fósiles provenían de depósitos cenozoicos de las colinas de Messina, y en estos depósitos no abundaban los ammonites. Otro motivo por lo que el autor obvio los fósiles de ammonites fue por las teorías fijistas, (las especies no se crean ni se destruyen), ya que los ammonites no tienen ningún homologo y se podrían considerar simplemente como “fenómenos de la naturaleza” quitándoles su origen orgánico.
Paolo Silvio Boccone (1633-1704) es otro autor que apoya el origen orgánico de los fósiles, además de estar en contra del poder mágico que se le atribuyo algunos tipos de rocas. Además de criticar teorías como que los materiales fósiles encontrados en las montañas son los restos de organismo que vivían directamente ahí. En su obra, el autor menciona los fósiles de ammonites con los términos “Corne d’Ammone” que representa los moldes internos, mientras las conchas originales debieron ser “pulverizadas”.  Siendo así que se interpretan los ammonites como material orgánico, y su conservación es por medio de moldes internos o la sustitución de la concha por carbonato de calcio.

Siglo XVIII

Antonio Vallisneri (1661-1730) contribuye mucho a la historia de la geología, reconoce correctamente la falta de concha en los fósiles de ammonites y hace una breve referencia a los ammonites. Posiblemente no mencione a estos fosiles debido al concepto de fijismo y  que los ammonites no tengan representante actual, por lo que se consideran “fósiles incómodos” y el autor prefiere evitarlos.
Pero aun así, se plantearon la posibilidad de extinciones de especies, enfrentándose a la doctrina cristiana.
Barlomeo Beccari empezó a analizar bajo el microscopio muestras de pequeñas conchas que analizando la estructura de su concha tanto interna como externa los atribuyo a los “Corni di Ammone”. Provocando esto una confusión entre ammonites y foraminíferos.
Otro autor que analizo numerosos micro foraminíferos fue Giovanni Bianchi, el cual critico las teorías de Woodward, que cree que las pequeñas conchas son productos del azar. Desgraciadamente Bianchi arrastra el error de interpretar los foraminíferos como ammonites microscópicos.
El autor Gregorio Piccoli Del Faggiol considera los ammonites como crustáceos y se le deberían denominar con el término “testaceans” que vendría a significar algo como “organismos que llevan concha”. Además el autor considera que los fósiles encontrados en estratos deberían considerarse como organismos marinos litificados. El autor también añade que es difícil la explicación de la retirada del mar de las montañas y la presencia de ammonites en ella, por lo que Piccoli  establece que la única explicación es con una intervención divina.
Lo que provoca un paso atrás en el avance, ya que intentan clasificar a estos fósiles en una categoría de “antes del diluvio” o  “del diluvio”.
Un autor que critica la teoría del Diluvio Universal es Lazzaro Moro, el cual critica el sistema de Woodward el cual interpreta que los fósiles se habrán depositados en las capas inferiores debido a su peso. Algo que es contrario a lo observable ya que se sitúan en los estratos más superiores y los fósiles de menor tamaño en los inferiores, donde están incluidos los “Corni di Ammone”. Moro proporciona teorías para explicar la presencia de estos fósiles en las montañas.
Baldassari en 1750, ofrece dos teorías sobre el origen de los depósitos de los fósiles que aun eran un enigma. Uno de ellos  son que el “Corni di Ammone” son solo conchas petrificadas de Nautilus indio, pero a pesar de eso no proporciona suficiente información para incluir correctamente a los ammonites en los sistemas de clasificación. Annibale Bastiane nos habla sobre arcillas terciarias y como en distintos estratos nos encontramos distintos fósiles tanto de “Corni di Ammone” como de bivalvos.
Giambattista Passeri acepta que los fósiles son restos litificados de organismos vivos y continua con la hipótesis de Moro de que en algún momento el mar tuvo que cubrir la zona de Italia y sus montañas. Además de entender el concepto de “deep time” y los procesos de sedimentación, levantamiento de montañas… El autor menciona a los ammonites a la hora de hablar de los modos de fosilización, al poner como ejemplo que si un “Corni di Ammone” es de color rojizo es que el material por el que se cubrió es de color rojo. El autor también reconoce los detalles externos de los ammonites que son las costillas, lo que son características útiles para identificarlos y así dividirlos en unas siete u ocho especies distintas.
Ambrogio Soldani distingue entre los “Corni di Ammone” microscópicos (confundidos con foraminíferos) con los “ammonites de montaña” que se presentan mineralizados y de gran tamaño. Además considera admitir la posibilidad de la extinción de especies ya que es imposible de encontrar ammonites vivos excepto que vivan en un abismo profundo en el mar.
Si hacemos un resumen de este siglo sobre la interpretación de los fósiles vemos que ya se interpretan como restos orgánicos marinos y no son fenómenos naturales y además de usar las características de la concha para clasificarlos.

Siglo XIX

Scipione Breislack clasifica a los fósiles en cuatro clases, donde la tercera clase este dirigida a los ammonites de los Apeninos. Breislack reconoce que muchos fósiles pueden pertenecer a especies desconocidas que se han ido degradando o han desaparecido. El autor parece aceptar los interpretación de los microforamíferos pero pone en duda si realmente son ammonites siendo el primer autor italiano en dudarlos. También hay que añadir que Breislack ya usaba la terminación actual que es “ammonites”.
Por el contrario Gianbasttista Brocchi aun sigue usando el término “Corna d’ammone” y define fósil para incluir distintos tipos de rocas y minerales junto al de resto orgánico petrificado (Brocchi 1811). Para Brocchi el mar ha variado sus límites a lo largo de la historia de la Tierra, por lo tanto muchos organismos vivos se habrán extinguido, y explica que la desaparición de una especie es lenta y gradual.
Volviendo al Diluvio Universal, Bellenghi considera que no hubo un único diluvio e intenta combinar los nuevos descubrimientos con las Escrituras Sagradas, con una edad de la Tierra mucho mayor, extinciones y creaciones de nuevas especies.
Tommaso Antonio Catullo rechaza completamente la hipótesis del Diluvio Universal ya que los estratos y los fósiles contenidos en ellos  lo rechazan completamente. Además el autor sugiere que los depósitos estratificados dan a entender que la Tierra ha sido cubierta por el agua durante mucho tiempo, debido a la presencia de fósiles marinos, de este modo Catullo da indirectamente a loas fósiles un significado paleoecologico. También acepta la extinción de especies debido  a la falta de equivalencia en el mar actual.
Y no solo se le atribuye un valor peleoecológico, también se le añade un valor estratigráfico, incluyendo a los ammonites para la interpretación de distintos materiales, llegando así a tener la posibilidad de correlacionar distintas capas de materiales.
A pesar de que los ammonites tuvieron un gran potencial bioestratigráfico, su clasificación fue poco desarrollada, teniendo solo el género Ammonoidea.
Gemmellaro es el primero en usar el sistema de clasificación de ammonites, usando el género Ammonoidea que ahora se ha dividido en distintos géneros.
Al final del siglo XIX, se abandona el único género Ammonoidea para utilizar los nombres genéricos aun en uso.

Discusión

Ahora vamos a intentar sintetizar todo este proceso evolutivo en la interpretación en los fósiles.
En los siglos XVI y al finales del siglo XVIII, hay muchos autores que apoyan el origen inorgánico de los fósiles como por ejemplo Mercati, y otros que prefieren el origen orgánico, ejemplo Imperato o Scilla, y mucho antes Leonardo Da Vinci, pero aun así se prefirió teorías sobre origen inorgánico.
En el siglo XVII empieza a tener fuerza la interpretación de los fósiles como restos orgánicos, pero se lucha con las teorías fijistas y la posibilidad de la extinción de especies.
Por otro lado, está el reconocimiento de foraminíferos por el microscopio con la errónea interpretación de diminutos ammonites. Sobre la posición zoológica de los ammonites los asociaron con los Nautilus pero no pudieron llegar a ningún acuerdo.
Siguiendo con los foraminíferos, se consideraron incluso especies de ammonites y pequeños nautilus vivos, uniendo así foraminíferos con cefalópodos, siendo claramente errónea.
También se llego a pensar que estos foraminíferos aun existían en las profundidades oceánicas.
Al final en el siglo XIX se distinguió entre Nautilus y ammonites, estableciendo así una nomenclatura y la separación en tres categorías principales. 

Bibliografía

  • Brocchi G. 1811. Memoria Mineralogica della Val di Fassa in Tirolo. Milano: Per Giovanni Silvestri. 233 pp
  • Foresti L. 1887. Sopra alcuni fossili illustrati e descritti nel Musaeum Metallicum di Ulisse Aldrovandi. Boll Soc Geol Ital. 6:81–116.

  • Salgari E. 2004. Alla Conquista di un Impero. Milano: Fabbri Editori. 515 pp.

  • Sarti C. 1994. Le ammoniti nella storia della geologia, tra XVI e XX secolo. Museol Scient. 11(1-2):13–28
  • Sarti C. 2003a. The geology collections in Aldrovandi’s Museum. In: Vai GB, Cavazza W, editors. Four centuries of the word geology: Ulisse Aldrovandi 1603 in Bologna. Bologna: Minerva Edizioni. p. 153–167.
  • Nelson CM. 1968. Ammonites: Ammon’s Horns into cephalopods. J Soc Bibl Nat Hist. 5:1–18.
  • Romano M. 2015. "From petrified snakes, through giant "foraminifers", to extinct cephalopods: the early history of ammonite studies in the Italian peninsula". Historical Biology: An International Journal of Paleobiology.

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