viernes, 6 de marzo de 2015

Ovirraptorosaurios en Norteamérica: Aquellos olvidados o el renacer de una familia



 Introducción

 


Es bien sabido por todos, que en algún momento de nuestra vida, hemos sentido cierta curiosidad, en mayor o menor medida, por unos gigantescos reptiles extintos conocidos como dinosaurios; e incluso sabremos el nombre de alguno de sus géneros como Tyrannosaurus, Triceratops, Diplodocus o Iguanodon. Sin embargo, encontramos cientos y cientos de géneros en el registro fósil de la Era Mesozoica (también conocida como la era de los reptiles) y no todos encuentran un sitio especial en nuestra memoria; bien sea porque sus restos son muy fragmentarios, lo que dificulta visualizar su apariencia física, o porque no son tan grandes como los gigantes de nuestro recuerdo. A pesar de todo, la investigación que realizan los paleontólogos sobre estos géneros poco conocidos es tan importante como la de los más reconocidos y arrojan una información incalculable sobre la diversidad en los antiguos ambientes mesozoicos y la expansión de las familias de dinosaurios a lo largo y ancho del primitivo planeta Tierra.

En esta entrada, trataremos sobre la importancia paleoecológica de los restos hallados en Canadá pertenecientes a un dinosaurio ovirraptorosauriano de la familia Caenagnathidae. Basado en el artículo: Large caenagnathids (Dinosauria, Oviraptorosauria) from the uppermost Cretaceous of western Canada Phil R. Bell, Philip J. Currie, Dale A. Russell.




Descripción de los ovirraptorosaurios cenagnátidos

 


Oviraptorosauria es un grupo enigmático dentro de los dinosaurios terópodos manirraptores (ancestros directos de las aves) caracterizado por su pico desdentado, extremidades anteriores largas (especialmente las manos) con grandes garras, torso y cola cortos, patas largas y poderosas, y en algunas especies encontramos grandes crestas sobre el cráneo, el cual tenía grandes aberturas para hacerlo más liviano; estas características anatómicas se pueden atribuir a animales ágiles y de rápidos movimientos. Generalmente eran animales que no sobrepasaban los 2 metros de longitud; aunque se sabe de géneros que pudieron medir entre 3-4 metros e incluso llegar a los 8 metros de longitud ( género Gigantoraptor). Su alimentación sigue siendo un tema controvertido, aunque la mayoría de expertos creen que eran omnívoros y especulan con la posibilidad de que tuviesen plumas a partir de los trabajos sobre géneros basales como Avimimus y Protarchaeopteryx.


Las dos familias principales de ovirraptorosaurios se dividen en: Oviraptoridae y Caenagnathidae, las cuales presentan una dicotomía geográfica, con predominio de la primera en Asia y de la segunda en Norteamérica; aunque varios especies como Caenagnathasia martinsoni, Gigantoraptor erlianensis, Elmisaurus rarus en Asia y una supuesta vértebra aislada en la Isla de Wight (Reino Unido) indican una amplia expansión importante de Caenagnathidae por Laurasia (Currie et al., 1993).

Los representantes norteamericanos de esta familia forman el clado monofilético Caenagnathinae, cuyos restos se caracterizan por ser muy fragmentarios, aislados y confusos (sobre todo garras, partes de la mano y mandíbulas fracturadas) a lo largo de la historia paleontológica de este grupo (Maryanska et al., 2002); hasta el descubrimiento en la Formación Hell Creek (Montana) de Anzu wyliei en 2014, que permitió realizar la primera descripción del material prácticamente completo perteneciente a  un oviraptorosaurio cenagnátido en Norteamérica (Lamanna et al., 2014).


Nuevo material descubierto en Canadá

 

El nuevo material, procedente de las Formaciones Dinosaur Park (Alberta) y Frenchman (Saskatchewan), pertenecientes al Campaniense y Maastrichtense respectivamente, está caracterizado por cuatro garras de la mano de gran tamaño.


En la Formación Frenchman, se han descrito dos garras, identificadas como CMN-346 y TMM 41395-1 pertenecientes a I-2 (primer dedo, segunda falange) y II-3 (segundo dedo, tercera falange) respectivamentamente. La primera mide 110 mm a lo largo de su curvatura externa y la segunda 125 mm, carentes cada una de la punta distal. Se encuentran fuertemente comprimidas lateralmente y tres surcos recorren la garra (el dorsal y el ventral tan solo recorren la parte proximal y el surco central recorre la totalidad de la garra).


En la Formación Dinosaur Park también se han descritos dos garras, identificadas como TMP 1993.036.0475 y TMP 2009.003.0029, también pertenecientes a II-3 y I-2 respectivamente. La primera mide 85 mm y la segunda 108 mm a lo largo de la curvatura externa, también carentes cada una de la punta distal. Presentan características similares a las de la Formación Frenchman, salvo que la garra II-3 presenta una bifurcación en el surco central y la garra I-2 tan solo tiene un surco central.



Fig. 1. Ilustraciones de las garras de la mano descubiertas. CMN 346 en (A) vista lateral, (B) vista proximal, y (C) vista extensional; (D) TMM 41395-1; (E) TMP 1993.036.0475; (F) TMP 2009.003.0029.


Posibles sospechosos 

 

Además del material extraído en la Formación Dinosaur Park, se reconoce la presencia de otras tres especies de cenagnátidos en dicha formación: Leptorhynchus elegans, Chirostenotes pergracilis y Caenagnathus collinsi. Las garras descubiertas difieren de los holotipos de los dos primeros géneros en su tamaño (1,5 veces más grandes); se especula con la posibilidad de que perteneciera a una especie aún sin identificar del género Caenagnathus (Caenagnathus sp.) en base a una garra incompleta I-2 (CMN 12372) (Longrich et al., 2013), y existen ciertas semejanzas con la especie Hagryphus giganteus descrita en la Formación Kaiparowits en Utah (Zanno & Sampson, 2005), aunque aún falta material que pueda aportar alguna pista.

Las garras desenterradas en la Formación Frenchman constituyen el registro más septentrional de esta familia en el Maastrichtense y son excepcionales debido a su enorme tamaño (son un 50% más grandes que las de Chirostenotes pergracilis). El reciente descubrimiento de la especie Anzu wyliei, el espécimen más completo de esta familia, presenta equivalencias significativas con las garras de la Formación Frenchman, por lo tanto el cenagnátido de Frenchman sería junto a Anzu serían los representantes más grandes de esta familia en Norteamérica.


Fig. 2. Comparación de garras de cenagnátidos. Las garras de las columnas de la izquierda (gris) se han reducido a la misma longitud para acentuar las diferencias de curvatura y proporciones relativas. La columna de la derecha muestra las garras I-2  con la escala corregida para su comparación de tamaños. Siluetas basadas en Anzu wyliei (CM 78000, Lamanna et al, 2014.); Chirostenotes pergracilis (CMN 2367);  cf. Caenagnathus sp. (CMN 12372); Hagryphus giganteus (Zanno & Sampson, 2005); Formación Dinosaur Park (de izquierda a derecha: TMP 2009.003.0029, TMP 1993.036.0475); Formación Frenchman cf.  Anzu sp. (CMN 346, TMM 41395-1).



Escenario mesozoico en Frenchman y Dinosaur Park

 

La Formación Dinosaur Park del Campaniense formó parte de una cuña clástica que comprende facies de medios aluviales y estuarios en las que se depositó una unidad de arenas en la parte inferior de la cuña y una unidad de fango en la parte superior, que formaría la transición de la antigua línea de costa, dominados por canales sinuosos repletos de vegetación ribereña. Esta formación es contemporánea con la Formación Two Medicine en Montana, la Formación Kaiparowits en Utah y la Formación Aguja en Texas (donde también se han encontrado representantes de la familia Caenagnathidae).

El paleoambiente de la Formación Frenchman, formada por una serie alternante de arenas y lutitas (Kupsch, 1957), se ha interpretado como una llanura de inundación llena de vegetación estacionalmente húmeda y dominada por serpenteantes ríos, otras formaciones coetáneas son la Formación Hell Creek y la Formación Lance en los Estados Unidos y la Formación Scollard en Alberta.

Fig. 3. Mapa del oeste de Norteamérica que muestra las localidades de Dinosaur Provincial Park (A) en Alberta y Morgan Creek (B) en Saskatchewan donde fue hallado el material descrito de la Formación Frenchman.


Conclusiones

Los nuevos descubrimientos correspondientes la familia Caenagnathidae en el suroeste de Canadá han aportado una nueva visión sobre este enigmático grupo de dinosaurios terópodos. La evolución en el aumento de tamaño en las garras entre las edades Campaniense-Maastritchtense se encuentra íntimamente relacionado con el aumento de tamaño de estos dinosaurios, algo característico y muy bien representado en otras especies como Tyrannosaurus rex, Triceratops horridus, Ankylosaurus magniventris y Pachycephalosaurus wyomingensis (Wishampel & Norman, 1989) (Dodson, 1990). Se especula que este aumento de tamaño se debiese a cambios medio ambientales en los niveles de oxígeno (Vanden Brooks, 2007) y la relación tamaño de las presas/disponibilidad (Keogh et al., 2005). A su vez,  nos hallamos ante los restos de los ovirraptorosaurios más grandes del registro fósil; solamente eclipsados por Gigantoraptor erlianensis en Asia.


El descubrimiento de esta familia de dinosaurios en latitudes tan septentrionales permite reescribir la historia paleontológica de estos terópodos en el continente norteamericano, pasando de fósiles aislados y raros a restos con una distribución amplia por todo el oeste americano (Desde Alberta y Saskatchewan hasta Nuevo México) propiciado a su vez por un descenso de la línea costera del Mar Interior Occidental en el continente Laramidia durante el Maastrichtense (Blakey, 2013).


A pesar de todo, este es solo el primero de muchos otros hallazgos que arrojaran más luz sobre los dinosaurios más misteriosos y el mundo que habitaron.



Fig. 4. Diversidad de cenagnátidos en América del Norte durante el Cretácico Superior. Los taxones del  Maastrichtiense se ilustran en gris; mientras que los taxones del Campaniense están en negro. Distribución de los continentes a partir de los trabajos de (Blakey, 2013).


El baúl espacio-temporal del DinoFriki 


¡Saludos, Dinomaníacos! Hoy os tengo preparado una sección especial donde os contaré algunas curiosidades sobre los oviraptorosaurios, os mostraré algunas fotos divertidas e impactantes y fragmentos de documentales muy interesantes. ¡Abramos el baúl y viajemos al fantástico mundo de los dinosaurios!




  • El primer ovirraptorosaurio fue descubierto en Mongolia en el año 1924 por el explorador y aventurero Roy Chapman Andrews (el hombre que inspiró la creación del personaje de Indiana Jones), mientras buscaba los fósiles de los antecesores del hombre en Asia.
  • Henry Fairfield Osborn (conocido por describir y nombrar al famoso dinosaurio Tyrannosaurus rex) nombró al dinosaurio descubierto por Andrews como Oviraptor, que significa “ladrón de huevos”, porque al enviarle las fotografías del fósil pensó que estaba robando los huevos de otro dinosaurios.
  • Más de 70 años después paleontólogos estadounidenses y mongoles descubrieron embriones de Oviraptor en el mismo tipo de huevos que Osborn pensó que el animal estaba robando. Lo cierto es que los estaba protegiendo de una ventisca de arena y murió con ellos.
  • En la novela de James Gurney “Dinotopia” el Oviraptor es un dinosaurio que se encarga de cuidar los huevos de los demás dinosaurios y su nombre genérico es cambiado por “Ovinutrix” o lo que es lo mismo “el que cuida de los huevos”.
  • El mayor oviraptorosaurio encontrado hasta la fecha es Gigantoraptor erlianensis. Descrito en 2007, medía más de 8 metros de largo y con unas garras gigantescas, unas patas largas y un pico pavoroso se podría haber enfrentado contra los grandes dinosaurios predadores de la época, sin embargo se cree que era de hábitos vegetarianos.
  • Como Velociraptor, Deinonychus, Troodon y otros muchos dinosaurios terópodos de pequeño y mediano tamaño, emparentados con las aves, se cree que la gran mayoría de ovirraptorosaurios tenían plumas o en su defecto un plumón.
  • El nombre del recientemente descubierto Anzu wyliei procede de un ser mitológico de los acadios y sumerios y representaba un hombre pájaro que respiraba agua y fuego; por esa razón se le conoce informalmente como “el pollo del infierno”.
  • Chirostenotes es considerado como el “cajón perdido en el gran almacén de fósiles de dinosaurios” y nunca mejor dicho, ya que en 1988 fueron redescubiertas y estudiadas unas mandíbulas de este dinosaurio en un viejo cajón de muestras que estaba escondido desde 1923 en el Royal Tyrrell Museum (Alberta, Canadá) y que habían sido descritos, en su momento, como pertenecientes a un ave prehistórica.

Fotografías e ilustaciones



Antigua ilustración de Oviraptor, comiendo huevos de otro dinosaurio.


Moderna ilustración de Oviraptor, alimentando a sus crías.


Reconstrucción científica del feto de un Oviraptor, a punto de romper el cascarón.


Reconstrucción digital de Anzu wyliei.


Ilustración de Gigantoraptor, ahuyentando a otros terópodos.


Craneo reconstruido y maqueta a pequeña escala de Gigantoraptor.



 Fragmentos de documentales


Libro recomendado del día



Parker, S. 2007. El libro completo de los dinosaurios. Ediciones Blume. 448pp.

Descripción personal: Libro de divulgación científica que muestra una recopilación de descripciones muy detalladas desde el punto de vista paleontológico e ilustraciones de dinosaurios, mamíferos prehistóricos, trilobites y otras criaturas del pasado, lleno de datos y hechos interesantes o curiosos. Información científica bastante útil y actualizada.







Referencias bibliográficas



Blakey, R., 2013. Colorado Plateau Geosystems, Arizona, USA. http://cpgeosystems.com/paleomaps.html

Currie, P.J., Godrey, S.J., Nessov, L., 1993. New caenagnathid (Dinosauria: Theropoda)
specimens from the Upper Cretaceous of North America and Asia. Canadian
Journal of Earth Sciences 30, 2255-2272.

Dodson, P., 1990. Counting dinosaurs: how many kinds were there? Proceedings of
the National Academy of Science 87, 7608-7612.

Eberth, D.A., 2005. The Geology. In: Currie, P.J., Koppelhus, E.B. (Eds.), Dinosaur
Provincial Park: a spectacular ancient ecosystem revealed. Indiana University
Press, Indianapolis, pp. 54-82.

Keogh, J.S., Scott, I.A.W., Hayes, C., 2005. Rapid and repeated origin of insular
gigantism and dwarfism in Australian tiger snakes. Evolution 59, 226-233.

Kupsch, W.O., 1957. Frenchman Formation of Eastern Cypress Hills, Saskatchewan.
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Maryanska, T., Osmolska, H., Wolsan, M., 2002. Avialan status for Oviraptorosauria.
Acta Palaeontologica Polonica 47, 97-116.

Lamanna, M.C., Sues, H.-D., Schachner, E.R., Lyson, T.R., 2014. A new large-bodied
oviraptorosaurian theropod dinosaur from the latest Cretaceous of Western
North America. PLoS One 9, 92022.
  
Longrich, N.R., Barnes, K., Clark, S., Millar, L., 2013. Caenagnathidae from the upper
Campanian Aguja Formation of west Texas, and a revision of the Caenagnathidae.
Bulletin of the Peabody Museum of Natural History 54, 23-49.

Vanden Brooks, J.M., 2007. Atmospheric oxygen and vertebrate body size. Abstracts
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Weishampel, D.B., Norman, D.B., 1989. Vertebrate herbivory in the Mesozoic: jaws,
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Zanno, L.E., Sampson, S.D., 2005. A new oviraptorosaur (Theropoda, Maniraptora)
from the Late Cretaceous (Campanian) of Utah. Journal of Vertebrate Paleontology
25, 897-904.





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