jueves, 30 de abril de 2020

Una realidad escondida.


Todo principio tiene un final, y esta, mi última entrada, constituirá un reflejo de la dedicación a una práctica fascinante que, sin duda, ha despertado en mí un gran interés. La divulgación científica supone una importante vía de difusión de conocimientos y descubrimientos en el ámbito de la investigación y, la experiencia de sentirme partícipe de ello, ha supuesto un paso hacia adelante en mi sueño de convertirme en científica.

Mi ámbito de estudio se centra en la Biología, por tanto, ¿qué mejor forma de conectar todas mis entradas que haciéndolo con un ser vivo? El ser humano es el exponente fundamental y nexo de todas mis aportaciones al blog en distintas áreas de la Geología, como lo son: la Paleontología, la Estratigrafía o la Meteorología y, para descubrirlo, haremos un breve recorrido de lo expuesto en  cada una de ellas.



En la primera entrada viajábamos a la actual York, ciudad situada al nordeste de Inglaterra, de mano de la revista científica Journal of the Royal Society Interface que, al inicio del año 2020, publicó un estudio relativo al hallazgo en 2008 de un cerebro de 2600 años de edad. Su extraordinaria conservación lo convirtió en un resto humano de alto valor paleontológico, pues los tejidos blandos, como es el cerebral, se deterioran rápidamente tras la muerte. Esto provocó el desprendimiento de numerosas hipótesis acerca del inusual hallazgo:
  1. La existencia de proteínas estructurales agregadas pudo constituir un factor esencial para la conservación del tejido blando.
  2. Quizá la filtración de un preservativo químico natural en el cráneo donde se hallaba el cerebro, fuera la causa de la detención de la descomposición de estas proteínas estructurales.
  3. La conservación de la pieza paleontológica pudo estar ligada a la presencia de una posible enfermedad cerebral en el individuo. 
  4. La forma de la muerte del individuo pudo provocar la salida de un líquido ácido que se filtró en el cerebro facilitando su preservación.

Constituye una pieza única al conservar características como los
pliegues y los surcos.


En la segunda entrada, la revista científica Nature Communications nos trasladaba hasta Dhaba, en el estado de Madhya Pradesh, cuyo estudio nos dio la clave para valorar la supervivencia de la raza humana frente a la erupción del supervolcán Toba, permitiéndonos cuestionar si quizá se trató de un ultimátum a la humanidad.
Fue el hallazgo de un conjunto de herramientas de piedra conservadas en diferentes estratos, la evidencia de su fabricación ininterrumpidasu datación por termoluminiscencia, la pista para considerar que el ser humano superó esta adversidad.


Herramientas de piedra procedentes de excavaciones arqueológicas en Dhaba, 
en el valle medio del río Son, India. 

En la última entrada hablábamos de las consecuencias devastadoras del huracán Florence ocurrido en 2008 en Carolina del Norte y Carolina del Sur, como consecuencia de la convergencia de los vientos alisios en la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT). Fue la revista científica Science Advances al inicio de 2020, quien dio a conocer un estudio donde se analizaba cómo el tamaño, trayectoria y cantidad de precipitaciones del huracán se modificaban como consecuencia del cambio climático antropogénico aumentando el poder devastador del mismo. Entonces, ¿los fenómenos meteorológicos se alimentan de la actitud humana?





El huracán Florence (2018) fue uno de los fenómenos meteorológicos 
más poderosos y destructivos de la historia reciente. Causó devastadoras 
inundaciones en Carolina del Norte y Carolina del Sur, EE.UU. 
Imagen desde la Estación Espacial Internacional.


Tras realizar la síntesis de cada una de mis aportaciones, queda al descubierto una obviedad que parece esconderse entre líneas, la existencia de una relación estrecha entre el ser humano y el mundo natural que lo rodea. Una línea delgada entre formar parte de un mismo ente y correlacionar con él y, aunque sea un pensamiento que pase inadvertido para muchos, considero que deberíamos detenernos a valorar el hecho de que somos parte de esa Naturaleza, ese mundo natural que nos ha arropado como a un hijo desde el inicio de los tiempos demostrándonos con evidencias su afán por conservar lo que hemos ido legando en nuestro paso por el tiempo.

Parece irónico evidenciar que, por el contrario, algunas actividades del ser humano tengan un efecto negativo como el cambio climático, reportando a la Naturaleza un perjuicio grave y quizá irreversible, y aún estemos lo suficientemente ciegos para advertir las consecuencias de nuestros actos. Una irresponsabilidad que, sin duda, afecta negativamente a nuestro entorno y, como contraprestación, también a nosotros. 

Quizá sea hora de detenernos a apreciar la enorme importancia de ese vínculo que nos une con nuestro entorno natural. Una cohesión entre el ser humano y la Naturaleza a la que no hemos sabido corresponder.



He de decir que formar parte de este blog ha sido muy gratificante para mí. Brindarme la oportunidad de vivir esta experiencia tan instructiva, sin duda enriquecerá mi desarrollo profesional que acaba de empezar. 💚






2 comentarios:

Marta Barrado Villalba dijo...

Sin duda me encanta la relación de tus blog con la naturaleza. Uno de los motivos de mi elección de la carrera de biología fue su contacto con la naturaleza. Pienso que de verdad no cuidamos nada el medio ambiente ni nada que la Tierra nos ha dado, y es un bien sin el que no podemos vivir.

Nuria Batres dijo...


Todas tus entradas me han resultado de lo más curiosas e interesantes, he aprendido algo nuevo de cada una de ellas. Además, me ha gustado mucho como las has enlazado todas y la relación que presentan con la naturaleza. La concienciación que transmite tu síntesis final sobre la necesidad que tenemos de cuidar de los ecosistemas y de reducir nuestro impacto en la naturaleza en su conjunto me ha parecido maravillosa, pues yo comparto plenamente tu opinión y punto de vista. Además, me encanta el gif que aparece al final de tu entrada, me parece de lo más tierno y que refleja perfectamente que así es como debería de ser. Gracias por enriquecer el blog con tus aportaciones, y espero que nunca dejes de escribir. Enhorabuena!