Introducción
La extinción de los foraminíferos está principalmente relacionada a
impactos meteoríticos, eventos hipertermales, glaciaciones y diferentes
fenómenos geológicos, por lo que los patrones de extinción y las estrategias de
supervivencia de foraminíferos planctónicos y bentónicos pequeños, pueden
servir para evaluar la magnitud y las causas de los eventos de extinción además
de estimar la duración de dichos eventos, definiendo tres fases o intervalos:
extinción, supervivencia y recuperación. Molina (2015) en su trabajo titulado: Evidence and causes of the main extinction
events in the Paleogene based on extinction and survival patterns of foraminífera,
utiliza a los foraminíferos planctónicos para estudiar las grandes extinciones
ocurridas entre los límites Cretácico/Paleógeno, Paleoceno/Eoceno, Eoceno
medio/superior y Eoceno/Oligoceno. En adición a esto propone una nueva
terminología para los eventos de extinción masiva. Esta entrada se enfocará en
el estudio realizado en el límite Cretácico/Paleógeno.
Límite Cretácico/Paleógeno
El límite Cretácico/Paleógeno (K/Pg), es uno de los más estudiados, el
más reciente de los cinco grandes eventos de extinción masiva y está datado en
66,04 Ma (Vandenberghe et al., 2012). El estratotipo para el límite K/Pg está
definido en la base de las arcillas que contienen la anomalía en Iridio en la
sección El Kef en Túnez (Molina et al., 2006a, 2009). Alvarez et al. (1980)
proponen que la colisión de un meteorito de aproximadamente 10 Km. de diámetro
puede haber producido este nivel anormalmente rico en Iridio que coincide con
la repentina extinción masiva ocurrida en el límite K/Pg, la evidencia de este
evento puede encontrarse también en el límite K/Pg contenido en las secciones,
Gubbio(Italia), Stevns Klint (Dinamarca), Woodside Creek (Nueva Zelanda), así
como en Caravaca (España), entre otras. Este evento produjo una de las crisis
biológicas más significativas en la historia geológica, por lo que es utilizado
para definir el límite entre el Mesozoico y el Cenozoico.
La sección El Kef es la fuente de información más confiable con la que
se cuenta, gracias a su considerable continuidad y a su riqueza en
foraminíferos planctónicos, siendo también la sección más estudiada del límite
K/Pg. Se ha encontrado que los foraminíferos planctónicos muestran un patrón de
extinción masivo catastrófico y repentino que afecta al 90% de las especies. La
mayoría de las especies que fueron afectadas poseían tests grandes, morfologías
complejas y eran formas especializadas en estrategia de selección-K, que se
habían adaptado a ambientes de aguas profundas en latitudes cálidas, tales
como: Globotruncana arca o Abathomphalus mayaroensis. Por lo que
este evento es el más relevante en toda la historia de los foraminíferos
planctónicos, ya que cuenta con la mayor renovación morfológica, desapareciendo
por completo todas aquellas especies con forma de doble quilla y tegilla.
Figura 1. Patrón de extinción masiva en
el límite K/Pg (Arenillas et al., 2000a,
Molina et al., 2006a)
La extinción de los foraminíferos bentónicos pequeños fue muy distinta.
Al vivir en ambientes de aguas profundas, su dieta no dependía directamente de
la fotosíntesis, ya que habitaban en la zona afótica. Por lo tanto fueron los
menos afectados por el evento en el límite K/Pg. En la sección El Kef en Túnez
se observa la desaparición repentina de 13 especies de las cuales Cibicides beaumontianus, Heterostomella
austiniana, Bolivinoides draco, Praebulimina kickapooensis, Sitella cushmani, y Sitella fabilis se consideran extintas
(Molina et al., 2006a), encontrándose el resto en proporciones variables en las
diferentes secciones en las que se puede estudiar el límite K/Pg.
La fase de extinción para los foraminíferos planctónicos, la cual fue
extremadamente rápida, está en el orden de años o décadas, coincidiendo con un
descenso brusco en la temperatura global debido al impacto del Chicxulub (Vellekoop et
al., 2014). La fase de supervivencia está claramente demarcada y cubre el
intervalo de la biozona del G. cretacea (P0)
(Fig. 1), la cual ha sido estudiada a través de calibración
bio-magnetoestratigrafica de alta resolución (Arenillas et al., 2004). La fase
de recuperación fue la más larga, ya que los foraminíferos planctónicos no
recuperaron su tamaño normal hasta la parte inferior de la biozona del Parasubbotina pseudobulloides (P1)
(Fig. 1) y la densidad del sedimento acumulado es mayor, produciendo una mayor
diversificación en los foraminíferos planctónicos, aunque nunca alcanzaron la
diversidad que existía antes del evento de extinción.
Discusión y conclusión.
La existencia de un cráter (Chicxulub) de aproximadamente 170 Km. de
diámetro localizado en la península de Yucatán (Álvarez, 1997; Schulte et al.,
2010), así como evidencias del impacto de un meteorito (anomalía de Iridio,
etc), que están concentradas en una capa delgada de arcillas, en las diferentes
secciones estudiadas, que contienen el nivel correspondiente al límite K/Pg,
pueden ayudar establecer relaciones causa-efecto, para explicar el evento de
extinción masiva ocurrido, ya que todos coinciden perfectamente.
Los ambientes más afectados fueron el terrestre y el pelágico marino,
siendo la catástrofe de tal magnitud que no dio tiempo a que la selección
natural operara. La vaporización del meteorito y del material impactado, así
como las cenizas generadas por incendios forestales a nivel mundial, generaron
un oscurecimiento atmosférico a escala global, que duró muchos meses, alterando
la fotosíntesis y un descenso acelerado de la temperatura. Aunque existe
evidencia de lluvia ácida, anoxia o hipoxia en los fondos oceánicos, siendo
esta acidificación el factor determinante para la extinción del plancton
calcáreo (Orth et al., 1981). Tales cambios repentinos en las condiciones
paleoambientales, explican la gran magnitud de esta extinción masiva, pudiendo
extrapolar la extinción de los foraminíferos planctónicos, a otros grupos
relacionados a este evento cuyo registro fósil no es tan bueno. Muchas otras
causas pueden proponerse, siendo el eustatismo el principal competidor, aunque
no explica la extinción masiva de ecosistemas marinos pelágicos y mucho menos
en ambientes continentales (Brussatte et al., 2014).
En función del análisis realizado al evento de
extinción ocurrido en el límite K/Pg, asi como a las extinciones ocurridas en
el Paleógeno, Molina (2015) propone una nueva terminología para los eventos de extinción. Extinción Masiva Repentina, la cual ocurre de forma súbita y puede durar un
periodo que puede ir desde unos cuantos años a décadas (Límite K/Pg). Extinción
Masiva Rápida está caracterizada por eventos de corta duración relativa, los
cuales pueden durar alrededor de los 100.000 años (Límite Paleoceno/Eoceno,
Eoceno/Oligoceno). Y por ultimo Extinción Masiva Lenta, la cual puede durar
desde 1 millón de años en adelante (Transición Bartoniense/Priaboniense).
Referencias
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- Alvarez, W., 1997. T. Rex and the Crater of Doom. Princeton University Press.
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- Vellekoop, J., Sluijs, A., Smit, J., Schouten, S., Weijers, J.W., Sinninghe Damsté, J.S., Brinkhuis, H., 2014. Rapid short-term cooling following the Chicxulub impact at the Cretaceous–Paleogene boundary. PNAS 111 (21), 7537–7541.
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