Concretamente en la Antártida, la única época
del año durante la que es posible llevar a cabo este tipo de trabajos de
búsqueda de fósiles es durante el verano (entre el 21 de Diciembre y el 21 de
Marzo), a lo largo del cual las temperaturas oscilan entre los 0ºC y los
-20ºC.
Es así cómo, en el verano austral de
2012-2013, el Instituto Antártico Argentino (DNA-IAA) asociado con el Swedish
Polar Research Secretariat se estableció en una de las bases del continente
para llevar a cabo excavaciones en la zona oeste del mismo, concretamente en la
Isla Seymour, con el objetivo de rastrear los estratos Eocénicos, datados entre
los 56,8 y los 49 millones de años. Posteriormente, se realizó el artículo
científico en el que está basada esta entrada, llamado originalmente “THE OLDEST MAMMALS FROM ANTARCTICA, EARLY EOCENE OF THE LA MESETA FORMATION,SEYMOUR ISLAND”1.
Hoy en día, la Antártida es el único
continente en el que no habitan mamíferos terrestres. Aun así, sí encontramos
esta clase de vertebrados en forma de mamíferos marinos adaptados a las
condiciones extremas que se dan en el polo. Pero en el pasado, las condiciones
climáticas eran muy diferentes, permitiendo la vida en superficie, por lo que
se han podido encontrar fósiles y rastrear estos antiguos animales mediante
excavaciones en los niveles eocénicos del oeste del continente. La isla Seymour (figuras 1 y 2) o Isla Marambio (Llamada así por Argentina, que posee una base del mismo nombre
ubicada en este lugar), está localizada en el extremo oeste de la Península de
Trinidad y es en este lugar donde se han llevado a cabo numerosas
investigaciones sobre el período de enfriamiento Eoceno, que culminó con el
inicio de la glaciación de la Antártida.
Figura 1: Localización de Seymour Island en el continente Antártico.
Figura 2: Vista del lado noroeste de la Isla Seymour. La flecha roja indica el lugar donde fue encontrado uno de los restos por el equipo argentino (Diente).
Anteriormente a la investigación argentina,
han sido recogidos en esta zona restos de cetáceos, mamíferos placentarios
(Bond et al., 2006), gondwanetarios y astrapoterios (Bond et al., 2011).
Durante las excavaciones en el verano de
2012, se recogieron varias muestras de restos de vertebrados en la Formación de
La Meseta de la Isla Seymour, en la zona del ‘Channel Site’, al sur del Cabo
Wiman. Entre ellos un diente, aislado, y una falange intermedia de un mamífero
terrestre. Estos restos aparecieron en un entorno marino en Acantilados II de la Formación de la Meseta (Montes et al., 2013). Este nivel es
estratigráficamente más bajo que cualquier otra unidad en la que se hallan
encontrado restos de mamíferos de la Antártida.
En esta zona de La Meseta se registra un alto
contenido en lodo y en consecuencia, escasez de niveles estratigráficos bien
conservados. El espesor máximo es de 210 m, conteniendo una sucesión de lodos y
arenas intercalados, con estructuras de deformación sinsedimentarias
(deformaciones que ocurren al mismo tiempo que la sedimentación) de gran escala
(Marenssi et al., 1998). Las limolitas calcáreas contienen numerosos restos de
moluscos, equinodermos, hojas, artrópodos y peces. Además, concentrados en el
lodo y en algunas venas ferruginosas, se encontraron pequeños fragmentos de
madreas. Esta disposición deposicional puede ser interpretada como un antiguo
estuario exterior (Marenssi, 1995)
Figura 3: Columna estratigráfica de la zona de estudio. Esta imagen se encuentra en el artículo original.
El diente (figura 4) se encontraba compartiendo nivel
estratigráfico con Cucullaea, un
molusco bivalvo de agua salada, y braquiópodos. La parte preservada tiene 18,44
mm de largo y 15,33 mm de ancho y representa un molariforme completo (Bond et
al., 2006). Los dientes de varios mamíferos placentarios, en contraste con los
de muchos marsupiales, tiene un esmalte dental caracterizado por capas
dispuestas en forma de X. Estas capas, conocidas como bandas de Hunter-Schreger (HSB), poseen dos
colores, uno claro y otro oscuro, intercalándose unas con otras. Normalmente,
las HSB se encuentran rodeando horizontalmente la corona dental (Koenigswald,
1997), pero en el caso del resto encontrado en la Antártida, las HSB están orientadas verticalmente, disposición
ya descrita para el N. arquinotiensis,
un ungulado presente en Sur América. Las HSB verticales también se han
encontrado en rinocerontes vivos, aunque son más frecuentes en fósiles de
rinocerontes, tapires de Asia y
Dinocerata de Sur América, un mamífero placentario ya extinto similar a
los paquidermos.
Figura 4: Vista oclusal del fragmento del molar. Reconstrucción del diente completo teorizada para ajustarse a la descripción de la especie. La barra de escala representa 10 mm. Esta imagen se encuentra en el artículo original.
La falange (figura 5) se encontró bastante bien
preservada, siendo sus dimensiones de 20,45 mm de ancho y 11,4 mm de largo, con
morfología trapezoidal y superficie rugosa. Para interpretar el origen del
resto, los investigadores desarrollaron dos líneas de investigación; la
abundancia y tamaño de los taxones ya conocidos y presentes en el registro
fósil de la Antártida y la estructura general de éstos restos.
Figura 5: Falange, De izquierda a derecha y de arriba a abajo, vista planta, vista dorsal, vista distal y vista proximal. La barra de escala representa 10 mm. Esta imagen se encuentra en el artículo original.
Los marsupiales son los mamíferos de los que
más fósiles se han encontrado en el Polo Sur, por lo que los investigadores
contaban con abundante registro con el que comparar las características
morfológicas de la falange encontrada en 2012, y gracias a ello pudieron
inferir que el resto encontrado era demasiado grande para estar relacionado con
algún marsupial habitante de la Antártida ya conocido. Llegaron a la misma
conclusión comparando la falange con fósiles de mamíferos gondwanaterios, o
“Bestias de Gondwana”, un clado de mamíferos ya extinto que habitaron el
hemisferio sur entre el Cretácico superior y el Eoceno.
Continuando con la investigación, se
realizaron comparaciones entre la falange hallada en la Isla Seymour y otros
mamíferos placentados, como Myrmecophaga
tridactyla y fósiles de Lestodon,
Glossotherium y Scelidotherium, y otros no placentados originales del
Eoceno de Patagonia, de la provincia de Mendoza e incluso de Brasil (Cifelli,
1983; Bergqvist 2008; Gelfo y Lorente 2012),
siendo los resultados no concluyentes y no permitiendo por tanto
confirmar la hipótesis que relacionaba la falange encontrada con otros
mamíferos del sur de América.
En consecuencia, se considera el resto como
perteneciente a un mamífero incerate
sedis, expresión utilizada en taxonomía para señalar la incapacidad de
ubicar el resto en una clasificación exacta, aunque los investigadores
mantienen su hipótesis de que el resto pertenece a un ungulado nativo de Sur
América, por la similitud del fósil con la falange intermedia del tercer dedo
de Liptoterna, un orden extinto de mamíferos placentarios que vivieron entre el
Eoceno y Pleistoceno en ese continente, hace unos 55 millones de años, y
teniendo a su favor que la datación de los restos los sitúa hace 55.3 millones
de años.
Esta similitud temporal con los restos
sudamericanos llevó a los paleontólogos a cuestionarse la edad mínima a la que
el grupo de mamíferos se distribuyó entre el sur de América y en la Antártida.
La hipótesis es que esta separación debió de darse antes de la ruptura de
Gondwana, un evento que produjo la desaparición de las uniones terrestres entre
ambos continentes con la destrucción del Istmo de Weddel, que unía el oeste de
la Antártida con el extremo sur de Sudamérica desde el Cretácico Superior hasta
el Paleógeno inferior (Eagles y Jokat, 2014).
Figura 6: Continente Gondwana. En la imagen se indican qué zonas continentales actuales se relacionarían con las presentes en el supercontinente.
Esta mínima divergencia temporal puede
indicar que el aislamiento de los vertebrados terrestres en la Antártida pudo
darse 5 millones de años antes de lo que se pensaba hasta ahora, gracias a que
el descubrimiento del diente y la falange dan un dato más preciso sobre la
presencia de este tipo de mamíferos terrestres en el polo sur.
Referencias Bibliográficas
1. GELFO, J.N., MÖHRS, T. LORENTE, M., LÓPEZ, G.M., REGUERO, M. 2015. The oldest
mammals from Antarctica, early Eocene of the La Meseta Formation, Seymour
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BOND, m., REGUERO, M. A., VIZCAÍNO, S. F. and
MARENSSI, S. A. 2006. A new “South American ungulate” (Mammalia: Litopterna)
from the Eocene of the Antarctic Peninsula. 163-176. In FRANCIS, J. E., PIRRIE, D. and CRAME, J. A. (eds) Cretaceous-tertiary high-latitude
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EAGLES, G. and JOKAT, W. 2014. Tectonic
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MARENSSI, S. A. 1995.
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C. A. 1998. Paleoambientes sedimentarios de la aloformación La Meseta
(Eoceno), Isla Marambio (Seymour), Antártida. Instituto Antártico Argentino, Contribución, 464, 51 pp.
MONTES, M., NOZAL, F.,
SANTILLANA, S., MARENSSI, S. and OLIVERO, E. 2013. Mapa Geológico de la isla
Marambio (Seymour) Escala 1:20.000 Primera Edición. Serie Cartográfica
Geocientífica Antártica. Madrid-Instituto Geológico y Minero de España; Buenos
Aires-Instituto Antártico Argentino.
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