viernes, 12 de junio de 2015

Conservados y atrapados: Resumiendo


En mis entradas anteriores, he escrito sobre diferentes ambientes de conservación de fósiles y otros restos orgánicos, y algunas de sus aplicaciones en estudios de paleontología y otras disciplinas.

En mi primera entrada, titulada “De los hidrocarburos y los fósiles en América”, he tratado el tema de los huesos de animales atrapados en pozos de asfalto o brea. América es el continente que posee los yacimientos de asfalto más destacados del mundo. En el asfalto se han encontrado centenares de huesos de animales que fallecieron tras ser atrapados por la viscosidad del asfalto durante decenas de miles de años. Lo elegí porque son yacimientos fosilíferos menos conocidos y estudiados que la mayoría, y por el excelente estado de conservación de los restos. Gracias a la brea, se ha avanzado mucho en el estudio de la vida pasada en América. Eso sin contar los fósiles que aún quedan sin rescatar de las masas bituminosas.



Figuraa 1.1: Un ejemplo de pozo de asfalto. En la Figura 1.2 se puede ver un ejemplo de la buena conservación de los huesos hallables en estos yacimientos.

Luego elegí el ámbar para hacer mi segunda entrada, a la que titulé “La historia conservada en resina”. Todos ya conocemos a la resina fósil y los “regalos” que puede incluir: pequeños animales encerrados en la resina (generalmente artrópodos) cuyas morfologías apenas se han alterado gracias a la conservación, lo que permite a los paleontólogos reconstruir su aspecto, como Mediumiuga sinespinis, el primer coleóptero atrapado en ámbar descrito en España; o incluso su etología, como destaqué con Wathondara kotejai y el cuidado de sus ninfas. 


Figuras 2.1 y 2.2: Wathondara kotejai y Mediumiuga sinespinis (en blanco y negro), respectivamente.

Obviamente tampoco podemos olvidar que fue un artrópodo atrapado en ámbar lo que permitió la creación del Parque Jurásico de la película de culto homónima.

Figura 2.3: El susodicho mosquito que tenía sangre de dinosaurio misteriosamente bien conservada durante todo el Cenozoico.

Mi tercera entrada (Permafrost y frío: más importantes de lo que solemos pensar) trató de la conservación de restos orgánicos y fósiles en ambientes fríos, haciendo hincapié en el permafrost y su importancia; pues el frío ralentiza la descomposición. Destaqué la conservación excepcional en el permafrost siberiano de ejemplares de Mammuthus primigenius, lo que ha permitido poder estudiar in situ a un individuo de una especie extinta casi tal y como falleció.

Figura 3.1: Tundra ártica.

Obviamente no podía olvidar hacer alguna mención a la micropaleontología, pues proporciona una importantísima información sobre el estado de los ecosistemas acuáticos y pantanosos, pues si cambia, aparecerán y se desarrollarán nuevas especies de foraminíferos, radiolarios, diatomeas… etc. Una gran mayoría de los microfósiles son de taxones que cuentan con representantes en la actualidad, lo que permite reconstruir la evolución pasada y futura de las condiciones de temperatura, acidez, profundidad, etc.



 Figura 3.2: Diatomeas. Fuente: www.nextnature.net




Breve conclusión


Escribir y participar en este blog me ha permitido conocer más en profundidad esta gran ciencia, e indagar sobre especies que nunca habría conocido de otro modo. Otro objetivo era dar a conocer la paleontología y su constante renovación, a medida que se descubren nuevas especies cada año. El tiempo que dura mi relación con esta ciencia es casi tanto tiempo como el que llevo de vida. Gracias a varios documentales divulgativos que he conocido a través de los años (Caminando entre dinosaurios, Caminando con monstruos, Una máquina viva, El misterio del clima, Historias de otros mundos, el destino de la Tierra, Futuro Salvaje, etc.) y a las asignaturas de ciencias, mi interés por las ciencias de la Tierra (paleontología incluida) se despertó y arraigó con una profundidad tal que nunca me abandonará. Otra contribución que todos hacemos a la paleontología sin excepción es, como seres vivos que somos (Homo sapiens), formar parte del inmenso árbol filogenético (aún por terminar) que agrupa a toda la vida presente, pasada y futura, pues quién sabe si dentro de millones de años nuestros restos se habrán fosilizado y seremos estudiados por paleontólogos del futuro de otras civilizaciones que aún no han surgido.

Figura 4: Los entretenimientos de hoy pueden ser tema de teorías e hipótesis entre los paleontólogos de los próximos eones...


Referencias

Entrada 1

Steadman, D.W., et al., The diversity and biogeography of late Pleistocene birds from the lowland Neotropics, Quaternary Research (2015)

Entrada 2

Wang, B., Tappler, T., et al., Brood care in a 100-million-year-old scale insect. eLife http://elifesciences.org/lookup/doi/10.7554/eLife.05447.001 (2015)

Peris, D.; Ruzzier, E., A new tribe, new genus, and new species of Mordellidae (Coleoptera: Tenebrionoidea) from the Early Cretaceous amber of Spain. Cretaceous Research (2013)

Entrada 3

Miller, W. et al., Sequencing the nuclear genome of the extinct woolly mammoth. Nature (2008), http://www.nature.com/nature/journal/v456/n7220/full/nature07446.html
C. Recasens, et al., Diatoms as indicators of hydrological and climatic changes in Laguna Potrok Aike (Patagonia) since the Late Pleistocene. Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology (2015)
G.T. Swindles et al., Evaluating the use of testate amoebae for palaeohydrological reconstruction in permafrost peatlands. Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology (2015), http://dx.doi.org/10.1016/j.palaeo.2015.02.004.



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