miércoles, 10 de junio de 2015

¿Que me aburro en tierra?, pues me voy al mar.

Quien iba a pensar que el hecho de que un reptil (por ahora desconocido), que vivía plácidamente en tierra, decidiera poner agua de por medio y se adentrara a los inmensos océanos, pudiera dar lugar a un gran linaje de reptiles marinos. Estos se convertirían en los depredadores más feroces que poblarían los océanos desde entonces.

Esto es lo que sucedió tras la extinción del Pérmico. Una extinción mortal para la mayoría de la vida terrestre, pero incapaz de apaciguar los instintos de supervivencia por parte de los reptiles terrestres y marinos, entre otros.
Los reptiles marinos tuvieron una lenta recuperación pero ya en el Triásico superior los océanos y mares ya contaban con una gran diversidad.

Pero, aunque no sepamos el tipo de reptil antecesor a estas formas marinas ¿De dónde vienen? ¿Cuál es su historia?
Los reptiles marinos pertenecen al clado de animales vertebrados Tetrapoda ya que presentan cuatro extremidades ambulatorias o manipulatorias.
 Son amniotas, clado de tetrápodos vertebrados  que se caracteriza porque el embrión desarrolla cuatro envolturas: el corion, el alantoides , el amnios y el saco vitelino, que recrean un medio acuoso en el que puede respirar y alimentarse. Esta es una adaptación evolutiva que permitirá la reproducción ovípara en un medio seco y terrestre. Se cree que los primeros amniotas surgirían en el Carbonífero cuyos linajes se fueron diferenciando, como Sauropsida (Fig.1). Su piel es dura y seca, suele estar cubierta de escamas y engloba a la mayoría de los reptiles y aves.


Figura 1. Cladograma esquematizado de reptiles
Una de las subclases de Sauropsida es Diapsida, caracterizada por presentar originariamente dos fosas temporales a cada lado del cráneo (aberturas del cráneo situadas detrás de las órbitas de los ojos) y que junto con los Sinapsida y Anapsida, forman los tres grandes linajes de amniotas, que divergieron durante el periodo del Carbonífero.
Llegamos así a una de las infraclases de Diapsida, Lepidosauromorpha. Incluye a aquellos diápsidos que son más cercanos a los lagartos, como Ichthyopterygia (Ichthyosaurs, Ophthalmosaurs…) Sauropterygia ( Nothosaurs, Plesiosaurs, Placodonto...) y Squamata (Mosasaurs, Iguania…).

El primer grupo de reptiles marinos que aparece en el Triásico Inferior es Ichthyosaurs (Fig 2), denominado como tal por Richard Owen en 1840. Se le asocia con los delfines actuales debido a su similar aspecto ya que también se desplazaban nadando mediante su cola, pero no solo por eso. También eran vivíparos como los delfines.


Figura 2. Ejemplo de Ichthyosaur
 
Se constituirán como los mayores depredadores hasta el Cretácico Medio debido a sus 15 m de longitud. Y como si fuera poco, eran grandes buceadores dotados de unos enormes ojos capaces de soportar grandes presiones (Ophthalmosaurs). Ahora entendemos por qué dominó durante todo el Triásico ¿no?
Este grupo convivió con Nothosaurs, un pequeño pero feroz reptil. Era un gran nadador y tenia dientes afilados como dagas. Pero no sería, ni mucho menos, un gran rival para Ichthyosaurs.
El segundo grupo fue Plesiosaurs (Fig.3) que utilizaba sus cuatro extremidades para desplazarse en el agua como si fueran remos. Esto contribuyó a que fuera el gran depredador marino del Jurásico permitiéndole ser un nadador genuino. Un claro ejemplo es Liopleurodon, un Plesiosaur de cuello corto pero con una capacidad de propulsión a la hora de emboscar a su presa. Por tanto nos encontramos ante otro gran depredador sin rival alguno, salvo otro Liopleurodon.
 
Figura 3. Ejemplo de Plesiosaur


También encontramos en este grupo a Elasmosaurs, un Plesiosaur de cuello mucho más largo y de una cabeza más pequeña en comparación con Kronosaurs (Fig.4).
Kronosaur tenía un cuello más corto pero una cabeza mucho más grande, es decir, era un Pliosaur.


Figura 4. Ejemplo de Kronosaur

El tercer y último grupo es Mosasaurs (Fig.5) que se desplazaba mediante un movimiento ondulante y vivió durante el Maastrichtiense en el período Cretácico. El gran depredador de esta época es el Prognathodon, un Mosasaur de gran tamaño. Pero, ¿de verdad fue el gran depredador?
Esto se pone en duda por el descubrimiento de dientes de una especie de tiburón de 7 metros en restos fósiles de Prognathodon. 

Figura 5. Ejemplo de Mosasaur

Mosasaur convive con Pleisosaur, pero éste deja de ser el principal depredador de la época porque se encuentra en inferioridad numérica.
Estos tres grupos fueron los dominantes de los océanos durante 180 Ma. Pero el linaje de los reptiles marinos no se queda ahí, abarca mucho más.
La transición de los reptiles al agua fue complicada, pero lo que no imaginamos son sus implicaciones. Durante el Mesozoico, cada especie fue capaz de desarrollar distintas estrategias para adaptarse a la vida acuática y como no, para convertirse en el más fuerte. Por ejemplo, el tamaño del morro en Ichthyosaurs, caracterizaba el modo de captura y el tamaño de presas (como puedes ver en Diferenciación entre especies de Ictiosaurus: Una cuestión de morros). La locomoción acuática en Plesiosaurs dio lugar a diferentes estilos de natación (Viaje al centro de la Tierra: Plesiosaurus, el depredador marino del Cretácico). El hecho diferenciador de salir a tierra a desovar o por contra dar a luz en el agua (de forma similar a los mamíferos acuáticos actuales), se apunta gracias al descubrimiento de restos de neonatales de individuos precoces como en "Cariño, ¿Dónde pusistes los huevos?": Una nueva hipótesis sobre el nacimiento de los pequeños mosasaurs.
Estas características provocaron una gran diversificación de reptiles marinos adaptados a un nicho ecológico en función de las presas que pudieran capturar, de las profundidades a las que pudieran llegar, etc…
Incluso las relaciones tróficas dadas entre estas especies de reptiles con el resto de habitantes de los océanos hicieron posible la repoblación y recuperación de cadenas tróficas, actuando así en el ciclo de nutrientes y volviendo a dar vida a un planeta desfallecido tras la masiva extinción Pérmica ("Come y calla". Estrategias de alimentación en los reptiles marinos).
A finales del Cretácico, miles de años de recuperación por parte de las especies, se ven truncados por la extinción que marcó la transición al Paleógeno. Hace 65 Ma muchas familias de braquiópodos y esponjas se extinguen, los ammonites de concha dura desaparecen y el plancton, primordial en la cabeza alimenticia del océano, se ve fuertemente afectado.
Y como todo, los reptiles marinos del Mesozoico también llegaron a su fin junto con los dinosaurios.

Lo que en principio me llamo la atención fue la aparente complejidad evolutiva de los reptiles marinos. Me parecía interesante como el instinto de supervivencia se abre camino ante todas las dificultades. Tras una extinción masiva estos supervivientes natos tienen que buscarse la vida, nunca mejor dicho, en un medio totalmente nuevo para ellos, y colocarse en lo alto de la cadena trófica (como los grandes).

Como idea final creo que el gran Charles Darwin no hubiera tenido mucho problema a la hora de elaborar sus teorías acerca de la selección natural si en lugar de tener a mano pinzones de las Galápagos hubiera conocido a nuestros amigos los reptiles marinos.

Para saber más...
Evolución en tetrápodos marinos.
En el siguiente gráfico se muestra una visión de la evolución tetrápodos marinos.
Los círculos señalan las invasiones iniciales de grupos de tetrápodos marinos. Los linajes extintos se indican con círculos blancos y los existentes en círculos sólidos, (amarillo - anfibios, reptiles -verdes, azules - pájaros, rojo - mamíferos). La curva del diagrama superior muestra la riqueza fósil de tetrápodos marinos a través del tiempo.
Dibujos esquemáticos de las extremidades demuestran extremidades anteriores hidrodinámicas convergentes en los tetrápodos marinos (de arriba abajo): León de mar, ballenas, pingüinos, tortugas marinas, Mosasaur, Ichthyosaurs . (Ma, hace millones de años). 

Encontrado el eslabón perdido.
En Anhui, China, un equipo de investigadores encuentran los restos de un reptil marino que se desplazaba tanto en tierra como en agua. Este individuo fue denominado como  Cartorhynchus Lenticarpus  y podría ser la muestra de la transición de los reptiles terrestres a marinos.
Sus aletas flexibles le permitirían arrastrarse por tierra y sus extremidades cortas y fuertes le darían la fuerza suficiente para nadar, pero sin grandes alardes.
Este descubrimiento podría aportar información sobre lo acontecido tras la extinción y que ocurrió con Ichthyosaurs hace 252 Ma.

http://www.nationalgeographic.es/noticias/primer-ictiosaurio-anfibio-noticia-utm-source-yhoo-utm-medium-partner-utm-campaign-yhoo

1 comentario:

Manuel Hernández Fernández dijo...

Da la sensación de que no sabes diferenciar los nombres vulgares de los científicos cuando lees en la lengua de Shakespeare... Intenta arreglarlo.

Y elimina la mayúscula del epíteto específico de Cartorhynchus lenticarpus.