En entradas
anteriores se han descrito las características que presentaban los fósiles de
diversos grupos de cetáceos desde un punto de vista muy técnico: estado de
conservación, grado de fosfatación, presencia de otros restos esqueléticos,
litologías adyacentes, etc.
En el primer
artículo se trata la descripción minuciosa de los restos esqueléticos de varias
especies de cetáceos en Togo, entre los que se encontraba una nueva, Togocetus traversei. El segundo artículo
explicaba la interpretación a la que se llego al encontrar un varamiento masivo
en la región de Atacama, Chile. Y en el último artículo se daban a conocer las
distintas técnicas que se utilizaron para averiguar la edad del yacimiento de
Purísima en California, al igual que las pautas de sedimentación que sufrieron
cada uno de los distintos depósitos. La interpretación de dichos restos no
siempre era fácil, teniendo en cuenta que una vez que quedaban enterrados no
permanecían estáticos, sino que podían continuar degradándose, como ocurría en
Cerro Ballena o en la Formación Purísima por la presencia de organismos
endobentónicos. Los restos de Atacama presentaban pruebas de haber muerto por
la proliferación de algas de manera masiva y los restos de la Formación
Purisima se encuentran en un contexto de cambio de facies transgresivas, por lo
que la interpretación de los fósiles también ayuda a identificar el contexto en
el que se encontraban los organismos, que procesos geológicos tenían lugar,
cuales eran las condiciones climáticas y en general el paleoambiente y la
paleoecología. El objetivo de esta entrada no es más que el de describir a
rasgos muy generales cómo era el periodo en el que vivieron estos organismos, esto es, una conclusión,
tanto a nivel geológico como ambiental y de paso hablar un poco de los
protagonistas, los cetáceos.
Como ya se ha
mencionado todos los restos pertenecen a cetáceos y vivieron en un periodo más
o menos cercado, desde el Eoceno hasta el Plioceno. Además, la configuración de
los continentes era muy parecida a la actual.
Fig. 1: tabla cronoestratigráfica del Cenozoico. Las
entradas están subidas en orden cronológico, es decir, los restos del primer
yacimiento en Togo datan del Eoceno, los de Atacama del Mioceno y los de
California del Mioceno-Plioceno.
Fig.2: mapamundi
con la distribución de los continentes y los océanos en el Cenozoico temprano.
Los yacimientos descritos están señalados con puntos rojos.
Cenozoico
_ Geología: se
extiende desde hace 65 Ma hasta la actualidad y se divide en dos periodos
Paleógeno y Neógeno. Tras la fragmentación de Pangea, los continentes
comenzaron a desplazarse hasta su posición actual dando lugar a dos sistemas
orogénicos, el conjunto Rocosas-Andes y el sistema Alpes-Himalaya. El Paleógeno
a su vez se divide en Paleoceno, Eoceno y Oligoceno. El Eoceno, definido a
partir de faunas de moluscos (Lyell), incluye restos de mamíferos marinos sobre
todo en Norte América. El Neógeno se divide también en Mioceno y Plioceno. En
el Mioceno os depósitos marinos de Sudamérica indican una trasgresión marina
durante las fases más tempranas (Pearson, 1964).
_ Paleoambiente: a
comienzos del Cenozoico el clima era cálido y húmedo, sin mantos de hielo en la
Antártida ni Groenlandia. La temperatura alcanzó un pico entre el Paleoceno y
el Eoceno, debido posiblemente a la liberación brusca de metano hasta ahora
atrapado en hielo. Después empezaron las
glaciaciones cíclicas, lo que supuso una pérdida del CO2 atmosférico,
que eran tanto glaciares como interglaciares (100000 años cada uno).
Los arrecifes de
coral hermatípicos encontrados en California a 39o de latitud N
junto con corales solitarios, lamelibranquios y gasterópodos indican que la
temperatura durante el Paleoceno fue ligeramente superior a los 20oC
(Durham, 1950). Según Durham, estos depósitos sugieren un carácter tropical del
clima. Existen también sedimentos marinos del Plioceno a 36o de
latitud Norte en California, en la Formación Jacelitos, que incluye
lamelibranquios y gasterópodos que señalan una temperatura mínima no inferior a
13oC. Durham consideró por tanto que las temperaturas en el
hemisferio norte durante el Terciario temprano eran superiores a las actuales.
_ Cetáceos: el
Eoceno marca la aparición de los primeros fósiles de dos grupos de mamíferos
marinos, los cetáceos y los sirenios (P. Rafferty, J, 2011). Dentro de os
cordados se distingue el suborden Mysticeti, es decir, ballenas. Es raro
encontrarlos en depósitos anteriores al Mioceno y pocos de los géneros
vivientes quedan en la actualidad. Sus barbas, numerosas y córneas, son
utilizadas para retener el plancton que, a través del agua, queda retenido en
las cerdas. El agua pasa por la cavidad bucal y es expulsada por la acción de
la lengua o de músculos subcutáneos gulares. Sus vertebras son cortas y están
fusionadas en una masa ósea continua, la caja encefálica es redondeada, la
escapula es ancha y plana y los vestigios de la pelvis se encuentran en forma
de un par de largos huesos. Algunas carecen de cerdas o de pabellones auditivos
y pueden sumergirse durante más de media hora (Parker et al., 1991).
Bibliografía
Durham, J. W. 1950. Cenozoic marine climatesof the Pacific Coast. Bull. geol. Soc. Amer., 61, 1243, 1264.
Parker, T. J. & Haswell, W. A. 1991.
Textbook of Zoology: Vertebrates, 7th edition. Macmillan & Co.,
Ltd, 838-843 pp.
P. Rafferty, J. 2011. The Cenozoic Era: Age ofMammals. The Rosen Publishing Group: 79 p.
Pearson, R. 1964. Animals and Plants of theCenozoic Era: Some Aspects of the Faunal and Floral History of the Last SixtyMillion Years. London
Butterworths: 5, 7, 102, 103, 104.
Silgado Herrero, A. & Tardón Díaz, A. 2010.
Biología y geología. 1º bachillerato. Ministerio de Educación, 72p.
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