En entradas anteriores hablábamos de cómo las corrientes marinas afectan a la distribución geográfica de los pingüinos y de cómo los mamíferos marinos "exiliaron" a los pingüinos, pues bien, hoy hablaremos cómo influenció la llegada del hombre a las comunidades de pingüinos (y también de los malvados mamíferos marinos), dándose diversos periodos de extinción y reemplazamiento en un artículo cuyas credenciales son: Collins, C.J., Rawlence, N.J., Prost, S., Anderson, C.N.K., Knapp, M.R., Scofield, P., Robertson, B.C., Smith, I., Matisoo-Smith, E.A., Chilvers, B.L. & Waters, J.M. (2014) Extinction and recolonization of coastal megafauna following human arrival in New Zealand. Proceedings of the Royal Society B, 281: 20140097.
Así pues, esta entrada es una mezcolanza de temas que a todo el mundo gustan, tales como los pingüinos y sus archienemigos pinnípedos, la historia o los hermosos paisajes de Nueva Zelanda; sin olvidarnos de la paleontología, claro está. Con temas tan maravillosos para tratar, uno puede pensar que sería algo similar a esto:
Dos hoplingüinos custodian la entrada al Palacio Real admirados por un joven infante. |
Introducción
Bien es sabido que los eventos de extinción pueden remodelar enormemente las comunidades biológicas, y que dichos eventos facilitan las radiaciones evolutivas de los grupos supervivientes, a lo que los paleontólogos entienden que las extinciones masivas presentes en el registro geológico tienen profundas consecuencias en estos grupos de supervivientes (Hallam & Wignall, 1997).
Nueva Zelanda fue la última gran masa de tierra en ser colonizada por el ser humano, y ligada a esta colonización se da un gran número de extinciones de vertebrados (hasta 40 especies de aves se extinguieron en los primeros 200 años de colonización, según Tennyson & Martinson (2007)) aproximadamente en el año 1280 C.E. (Wilmshurst et al., 2008), como es el caso del león marino Phocarctos spp. o los pingüinos Megadyptes spp., ambos endémicos de esa zona.
Al igual que a la Luna, no se sabe cómo llegó el hombre a Nueva Zelanda, pero se cree que fue algo así.
Esto se ha estudiado mediante análisis de DNA, que confirman que la especie endémica Megadyptes waitaha fue extinta tras la colonización humana y posteriormente reemplazada por sus primos subantárticos M. antipodes (Boessenkool et al., 2009). Para demostrarlo, los autores del artículo tomaron muestras del registro holoceno anterior a la llegada humana, donde se incluyen los leones marinos y los pingüinos endémicos y cuyos análisis filogenéticos muestran claramente una distinción genética entre los ejemplares actuales y pretéritos de Phocarctos.
Resultados
Como ya se ha mencionado, los autores del artículo realizaron diversos estudios, que incluyen análisis filogenéticos, datación de radiocarbono, pruebas en escenarios demográficos o secuenciación y autentificación de DNA.
Dado que no son excesivamente trascendentales en esta entrada, se van a omitir los cálculos estadísticos y figuras empleados en los resultados del artículo. No obstante, pueden leerse los resultados en el artículo original y comprobar la información complementaria (PDF) empleada en los mismos haciendo clic aquí.
Discusión
Los análisis genéticos espacio-temporales de Megadyptes y Phocarctos revelan patrones muy similares de rotaciones (Figura 1), coincidentes con la rápida extinción causada por la caza excesiva a manos del ser humano, que llevó a la completa eliminación de estas poblaciones prehistóricas de pingüinos y focas aproximadamente en el año 1280 de la Era Común.
Figura 1. Extinción paralela y recolonización de los pingüinos Megadyptes y los leones marinos Phocarctos siguiendo a la colonización humana de Nueva Zelanda. A. Distribución de Megadyptes (M. waitaha, en rojo; M. antipodes, en azul) anterior a 1450 C.E. y posterior a 1792 C.E. B. Distribución de Phocarctos (subantárticos prehistóricos, en rojo; modernos, en azul) anterior a 1450 C.E. y posterior a 1992 C.E. C. Extinción y recolonización de Megadyptes y Phocarctos. Early Maori
(EM) representa el periodo desde la colonización humana aproximadamente
en 1280 C.E. hasta la extinción de la megafauna aviana aproximadamente
en 1450 C.E. (la zona sombreada de morado); Middle - Late Maori (ML), comienza en 1450 C.E. hasta la llegada de los europeos a las costas neozelandesas en 1792; Historical (H) comprende el periodo desde 1792 hasta el fin del comercio en la zona, en 1946; y por último, modern (M) es el periodo desde 1946 hasta nuestros días.
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Se ha comprobado que Phocarctos perduró en Nueva Zelanda durante el último episodio glaciar (circa 14 – 11,6 miles de años) y el Holoceno (11,6 miles de años – presente). Así pues, las evidencias arqueológicas y genéticas de la caza excesiva y la posterior extinción de la megafauna neozelandesa durante los primeros estadios del establecimiento humano en la Polinesia (ca 1280 – 1450 C.E.) es convincente (Wanner et al., 2008).
Las rotaciones en la población de focas y pingüinos arroja la intrigante posibilidad de que los primos subantárticos de ambos taxones fueron excluidos, por lo que no pudieron asentarse en los maravillosos paisajes de Nueva Zelanda, donde se incluye Rohan, el Reino de Gondor o la región volcánica de Mordor, donde sus aguas termales son famosas en el mundo entero.
A título propio, creemos que la exclusión de los pingüinos subantárticos por sus primos nativos fue similar a esta imagen. |
Con tal mal sabor de boca se tuvieron que ir los primos subantárticos. |
Por ejemplo, las respuestas biológicas a la extinción han sido sugeridas para la megafauna continental del Hemisferio Norte (Barnes et al., 2002). En estos casos, los escenarios de extinción-reemplazamiento difícilmente reflejan los episodios de retracción y/o expansión de los linajes como resultado de los cambios climáticos y que afectan a las preferencias de una especie por un hábitat u otro.
El registro palinológico de Nueva Zelanda muestra una clara evidencia de rotaciones biológicas (extinción-reemplazamiento) asociadas a la submersión oligocena de Nueva Zelanda (Landis et al., 2008).
Por último, los autores tienen la hipótesis de que el reciente establecimiento del pingüino azul australiano (Eudyptula minor), por ejemplo, puede reflejar una dinámica similar a la de la extinción-reemplazamiento mencionada ya en el artículo. Este estudio refuerza la hipótesis de que la exclusión competitiva puede jugar un importante papel en la distribución de la biodiversidad en un amplio rango en la escala espacio-temporal.
Resumen épico-literario de la entrada
Estudios recientes de arqueopingüinología han demostrado que la prohibición de los pingüinos neozelandeses a sus primos subantárticos de establecerse en las islas se debió a motivos políticos y dinásticos, ya que estos pingüinos subantárticos estaban bajo el vasallaje de la Casa Stark, que gobernaba el continente antártico desde su Trono de Hielo y que pretendió invadir Nueva Zelanda formando una alianza con sus acérrimos enemigos los odontocetos de la Casa Lannister. Así pues la Casa Martell, con capital en Cercano Harad, pudo defender la plaza en los Campos de Pelennor gracias a una carga frontal de las tropas pinnípiedas, que llegaron cuando toda esperanza estaba perdida, constituyéndose así la Última Alianza de pingüinos y focas.
Siglos después, un malvado señor oscuro llamado Darth Feather sedujo a la fuerza biológica más mortífera que haya conocido la Tierra: el ser humano, al que le fueron prometidas abundantes tierras y parajes naturales para que pudieran arrasarlos a su libre albedrío, destruyendo así los nichos ecológicos de los pingüinos y focas endémicas como venganza por los episodios pasados.
Fue así como Megadyptes waitaha y Phocarctos abandonaron sus hogares, partiendo desde los Puertos Grises hacia los mares de poniente en búsqueda de la Tierra Imperecedera donde poder comer pescado y krill y pasar el día tumbados como buenos pingüinos y focas.
Finalmente, la cultura maorí ya asentada en Nueva Zelanda se dio cuenta de su error, y lloraron por haber acabado con tantas especies endémicas y favorecer la colonización de las invasoras especies subantárticas, mas era demasiado tarde ya que poco después llegaría el hombre blanco a lomos de sus monstruosas embarcaciones y con pingüinos azules australianos para repoblar estas islas y destruir así lo poco que quedaba de La Comarca, Rohan, Pingüinalia, Gondor, Mordor, el Nido de Pingüinos, y un famoso monasterio de focas monje, dando lugar a la Séptima Edad o Edad Ominosa.
Referencias
Barnes, I., Matheus, P., Shapiro, B., Jensen, D. & Cooper, A. (2002) Dynamics of Pleistocene population extinctions in Beringian brown bears. Science, 295: 2267–2270.
Boessenkool, S., Austin, J.J., Worthy, T.H., Scofield, P., Cooper, A., Seddon, P.J. & Waters, J.M. (2009) Relict or colonizer? Extinction and range expansion of penguins in southern New Zealand. Proceedings of the Royal Society B, 276: 815–821.
Hallam, A. & Wignall, P.B. (1997) Mass extinctions and their aftermath. Oxford University Press, Oxford.
Landis, C.A., Campbell, H.J., Begg, J.G., Mildernhall, D.C., Paterson, A.M. & Trewick, S.A. (2008) The Waipounamu erosion surface: questioning the antiquity of the New Zealand land surface and terrestrial fauna and flora. Geological Magazine, 145: 173–197.
Rawlence, N.J., Metcalf, J., Wood, J.R., Worthy, T.H., Austin, J. & Cooper, A. (2012) The effect of climate and environmental change on the megafaunal moa of New Zealand in the absence of humans. Quaternary Science Reviews, 50: 141–153.
Wilmshurst, J.M., Anderson, A.J., Higham, T.F.G. & Worthy, T.H. (2008) Dating the late prehistoric dispersal of polynesians to New Zealand using the commensal Pacific rat. Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA, 105: 7676–7680.
Tennyson, A.J.D. & Martinson, P. (2007) Extinct birds of New Zealand. 180 pp. Te Papa Press. Wellington, New Zealand.
Lecturas recomendadas
- Pingüinos: evolución e información sobre el Plioceno en la zona central de Chile
- Antartica: los cetáceos que no amaban a los pingüinos
- La evolución en los medios marinos, una aproximación a través de los mosasaurios
- Macroevolución de los tetrápodos marinos: motores físicos y biológicos a lo largo de 250 millones de años de evolución en los ecosistemas marinos
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2 comentarios:
Hay más gente por ahí interesada en los pingüinos:
http://sciworthy.com/science-news/science-authors/extinction-and-recolonization-of-coastal-megafauna-following-human-arrival-in-new-zealand/
Eso por no hablar de los fans de los mashups de CdHyF y ESDLA ...
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